Quiero que tú quieras [Elbdo #2] COMPLETA

Capítulo 7

Llevo todo el día encerrada en el cuarto de invitados de Dahlia. La comida que Martha trajo ni siquiera la he probado. No hay manera de deshacerme del nudo en mi garganta, ni siquiera el agua ayuda.

Ha pasado tanto desde que alguien me rompió el corazón que había olvidado lo que se siente, aunque esto es peor, mil veces peor. No tengo manera de describirlo, pero quema por dentro.

Quisiera decir que no he pensado en llamar a Mark, pero lo he hecho. Aun tengo el celular en la mano, esperando que él quizás llame o me busque pero, ¿de qué serviría? Lo conozco hace tanto... Sé que él prefiere dejar que las cosas se enfríen, mientras yo quiero solucionar todo ya. Sé que él se toma su tiempo para pensar mientras yo exploto y suelto todo lo que pasa por mi cabeza, tal como lo hice anoche.

Y eso me lleva a los malditos pensamientos, porque sí, sobre pienso mucho las cosas. Llevo todo el día dándole vueltas a esto... ¿Debería arreglar las cosas?, ¿para qué?

Creo en su palabra, él estaría dispuesto a casarse y lo haría por mí pero, ¿es eso suficiente? En el fondo, sé que no. Yo quiero algo y él no, el amor puede ser fuerte pero ¿qué se hace ante dos perspectivas diferentes? No es algo pequeño, es algo que impactará en nuestras vidas.

No quiero que pasen los años y él se resienta de alguna forma conmigo por "obligarlo" a hacer algo que no quería.

Llevo todo el día así. Le pedí a Dahlia que me diera espacio, pero solo ha sido para torturarme a mí misma con recuerdos, ideas y un futuro oscuro. Me siento como una momia aquí encerrada, pero no tengo la suficiente fuerza de voluntad como para hacer algo al respecto.

Despierto con un horrible dolor de cabeza. No tengo ganas de meterme a la ducha y tengo que obligarme a lavarme los dientes. ¿Estaré exagerando con todo esto? Tengo tantos sentimientos mezclados que ni siquiera sé cual es el más fuerte; enojo, culpa, tristeza, decepción...

Por lo menos hoy no desperté llorando. No tengo idea que hora es, pero cuando tocan la puerta imagino que es Martha o Dahlia con el almuerzo. No se molestaron en despertarme para desayunar, anoche no dormí casi nada y mi mejor amiga fue la que me acompañó hasta altas horas de la madrugada para asegurarse de que estaba mejor.

No lo estoy, pero mentí diciendo que estaba más calmada. A veces eso es más fácil que explicar que mi cabeza puede ser realmente un caos. Una parte de mí se avergüenza por todo esto y eso es lo peor, porque sé que es mi mejor amiga, que no me juzgaría y solo quiere apoyarme, pero cuesta reconocer que en vez de mejorar me estoy hundiendo.

Lo necesito a él y eso es lo que más me duele, porque él no está.

—¿Alyssa? —escucho a Dahlia—. Voy a entrar.

Me cubro aun más con las mantas y espero. Se sienta a un lado y acaricia mi espalda encima de la ropa de cama.

—¿Cómo te sientes? —habla con esa voz maternal—. Pediré algo para comer, ¿qué se te antoja?