Capítulo 5

1.6K 141 261
                                    

—Fue mágico—suspiro contándole a Ava—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Fue mágico—suspiro contándole a Ava—. Realmente mágico.

Tan solo con recordarlo un escalofrío me recorre la piel. Aun puedo sentir sus manos sujetándome con fuerza, su cuerpo presionando el mío y el calor que me invadió en ese momento. Podría haberme tenido a sus pies, pero se detuvo, y luego sin decir una palabra se marchó.

Yo no estaba apta para decir nada, por primera vez en mi vida alguien me dejó completamente en silencio y no solo eso, si no que todo mi cuerpo temblaba y ¡Dios! Que manera de derretirme.

Ava suelta un suspiro trayéndome al presente. Está sentada con las piernas cruzadas en mi cama mientras acaricia uno de mis peluches. Yo estoy acostada apoyando mi rostro con ambas manos y una sonrisa tan tonta en la cara que creo que será muy difícil de quitar.

—Debe besar muy bien entonces—sonríe—. Y ustedes hacen linda pareja... Espero que salga todo bien.

—También yo—frunzo mis labios—. Ya puedo verme siendo su novia, presentándole a mis padres y...

—¡Alto ahí! —me interrumpe y alza sus cejas—. Nada de ilusionarse, todo tiene que ser paso a paso.

Resoplo y asiento levemente, luego frunzo el ceño.

—No se despidió—murmuro— ¿Crees que...? ¿Eso es malo?

—Mmm... No necesariamente—encoge sus hombros, luego sonríe con malicia—. Quizás lo dejaste tan duro que prefirió irse.

Ambas reímos y le lanzo otro de mis peluches.

—Tonta—ella sigue riendo—. ¡Que vergüenza!

—No tiene porque avergonzarte—agarra uno de mis rizos y lo tira jugando—. Si yo fuera un chico, seguro que me la pondrías dura también—vuelve a reír.

—No puedo hablar en serio contigo—me pongo en pie y salgo de mi habitación mientras ella continúa riendo.

En la cocina reviso el refrigerador para ver que puedo cocinar. Aquí la que se encarga de las comidas soy yo; es uno de mis pasatiempos favoritos y después de muchos líos con Ava (ella cocina realmente mal) quedamos en que seré yo la que cocine mientras ella se encargue de las compras.

No les parecerá justo a muchos, pero a nosotras nos viene perfecto. Cocinar me relaja, y no es que me la pase todos los días haciéndolo, a veces comemos fuera, pero cuando lo hago, lo disfruto al máximo.

Saco lo necesario y lo pongo en el mesón, luego voy a la pequeña sala y coloco música a todo volumen. Vuelvo bailando, me coloco mi delantal y empiezo.

Me entretengo tanto que no siento a Ava llamarme hasta que la música se apaga de repente, tiene mi celular en la mano y me mira frunciendo el ceño.

—Tu príncipe azul te está llamando—me lavo las manos y cuando me acerco a recibir mi celular, niega y sonríe—. Mejor ve a abrir la puerta.

Quiero que tú quieras [Elbdo #2] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora