Capítulo 15

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Mónica podía entender lo que Madelaine había visto en aquella mujer, a pesar de la cultura en la que estaba, su forma de hablar era muy liberal, su forma de ver la vida era muy parecida a la de Madelaine y totalmente opuesta a la que estaban conociendo de Japón. Mónica admiraba a aquella mujer, porque a pesar de en las circunstancias en las que vivía, hacía lo que quería y criaba a su hija con unas libertades y unas enseñanzas admirables. Al conocer a aquella mujer, al escucharla hablar, todos los prejuicios que tenía sobre aquella fiesta se le fueron. Había ido con la mentalidad de que a aquellas fiestas iban depravados, pero al escuchar a Yuka, supo que no era así, eran personas que querían liberarse de una sociedad opresora.

Todos fueron a vestirse, la primera en salir fue Madelaine que iba con unos pantalones de vinilo, un top que cubría únicamente su pecho y encima una chaqueta de cuero y unas botas de tacón fino también de vinilo, su pelo pelirrojo suelto contrastaba bastante con aquella vestimenta. Se sentó a esperar a los demás, Anita que era la que menos prenda tenía, ayudó a vestirse a Miguel, pero sin dudas la que más tardó fue Mónica.

La espera valió la pena, Mónica salió aún más impresionante que como la había visto en la tienda, el maquillaje, la sombra de ojos oscura, le daba una fiereza en la mirada que la hacía más intimidante, salió con un pequeño látigo, y Anita tenía ra...

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La espera valió la pena, Mónica salió aún más impresionante que como la había visto en la tienda, el maquillaje, la sombra de ojos oscura, le daba una fiereza en la mirada que la hacía más intimidante, salió con un pequeño látigo, y Anita tenía razón al decir que caracterizada, Mónica cambiaba su semblante, realmente parecía una dominatrix.

Tanto Madelaine como Mónica se miraban de arriba a abajo, ambas impresionadas por lo bien que se veía la otra, cuando las miradas de ambas se toparon ninguna de las dos pudo evitar sonreír al ver el deseo en la otra

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Tanto Madelaine como Mónica se miraban de arriba a abajo, ambas impresionadas por lo bien que se veía la otra, cuando las miradas de ambas se toparon ninguna de las dos pudo evitar sonreír al ver el deseo en la otra.

Mónica se metió tanto en el papel que iba dando latigazos a todo el que veía, entre ellas también empezaron a dárselos

-Debo admitir -dijo Mónica a la cámara-, que dar latigazos produce placer y recibir..., ese picorcillo... en las nalgas...

-¿Te da placer? -preguntó Miguel

-Sí

-Vais entendiendo el rollo, ¿no?

-Sí, por eso estamos probándolo primero nosotras -explicó Mónica

Mónica se giró para ver donde estaban Anita y Mad y sorprendió a la pelirroja mirándole el culo. Se acercó a ella con una sonrisa de suficiencia.

Mónica y el (sexo) amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora