Capítulo 4

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Mónica se quedó en silencio, intentando asimilar todo lo que acababa de escuchar, no era para nada lo que esperaba de aquella conversación, ni siquiera se había dado cuenta que se había acercado a Madelaine y se había sentado en la silla frente a ella mientras la escuchaba. Óscar le había dicho que se había acostado con aquella mujer, no habían sido imaginaciones suyas. La cantante se quedó mirando a Madelaine, ella no tenía por qué mentirle sobre eso, la miró en los ojos y creyó ver sinceridad en ellos.

-Yo... -Mónica volvió a quedarse en silencio-. No sé qué decir

-No hay nada que decir -dijo Mad-. Aunque ahora entiendo muchas cosas

El teléfono de Madelaine sonó, al levantarse e ir por él se dio cuenta que llevaba allí más de una hora, llegaba tarde a la cena.

-Lo siento Mónica, pero me están esperando -dijo Mad recogiendo sus cosas

-Vuelve al trabajo -le pidió Mónica-. Intentemos que funcione

-¿Crees que ha cambiado algo? -preguntó Mad

-Puede ser que sí, tendremos que intentarlo -dijo Mónica, dudó pero la abrazó-. Gracias por ser sincera conmigo

-Ambas necesitábamos esta charla -dijo Madelaine saliendo del despacho acompañada de Mónica

-¿Y entonces volverás? -preguntó Mónica cuando estuvieron en la calle

-No lo sé, creo que es mejor dejarlo así y no complicar más las cosas -dijo Mad-, si no resulta será más tiempo de retraso y...

-Una semana, tú me pediste una semana, ahora me toca a mí -dijo Mónica con una sonrisa-. Probemos una semana, si no funciona no podremos decir que no lo intentamos de verdad

-Una semana -estuvo de acuerdo Mad-, pero hoy no, tengo planes. Iré mañana a primera hora

-Mejor a media mañana, si vas a beber vino, mejor que no vengas con resaca

-Bien visto

Las dos mujeres se miraron por unos instantes y después ambas siguieron su camino, con la promesa de un nuevo comienzo rondando sobre ellas.

***

Madelaine se presentó en casa de Mónica a las once de la mañana, el equipo le dio la bienvenida de nuevo, después de algunas broncas cariñosas por haberse ido sin decir nada ni despedirse.

-Me alegro que estés aquí -dijo Mónica con una sonrisa sincera

-Era lo justo, una semana, tú me la diste -dijo Mad-. Pero no te fuerces Mónica, si no te sientes cómoda para, pero no lo hagas por el programa ni porque me quede porque es contraproducente, ¿de acuerdo?

-Sí -dijo Mónica

-Por cierto, ¿podría recuperar mi libreta? -pidió Mad

-Está en el estudio -dijo Mónica

-Miguel, ¿me enseñas lo último que grabé? -pidió Mad

-¡No! La última vez que te dejé ver algo te marchaste

-No voy a irme, sé que fue lo último, pero quiero asegurarme, para poner en práctica un ejercicio, pero tengo en mente dos y quiero ver que se grabó como bueno antes de decantarme por uno u otro -explicó Mad

Miguel, Anita, Mónica y Vane estaban en el estudio viendo los videos

-Es ese, vale fue la charla del clítoris -dijo Mad-. No necesito más. ¿Estás preparada?

Mónica asintió, ambas esperaron a que Miguel cogiera la cámara y se preparara

-Este ejercicio se trata de reconectar contigo misma -explicó Mad

Mónica y el (sexo) amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora