Capítulo 37

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Madelaine volvió junto a Anita y Miguel que habían recogido todo y se iban, le extrañó no ver a Mónica por allí, fue Vane la que se disculpó por la cantante, alegando que tenía una llamada que no podía esperar, pero había algo en su forma de decirlo, en la mirada que le echó a la pelirroja, que ésta supo al instante que algo no iba bien.

-¿Te quedas? -preguntó Anita extrañada, últimamente siempre llegaba la primera y se iba la última de villa Naranjo

-Sí, quiero terminar de apuntar las impresiones del día de hoy antes de irme, además noté a Moni un poco alterada en la práctica y quiero asegurarme que está bien

-No paraba de moverse, ¿te diste cuenta?

-Sí...

Madelaine los acompañó hasta fuera y se despidió de ellos, prometiéndoles que quedarían al día siguiente para discutir las cosas que harían en Brasil. Madelaine se volvió cuando la puerta se cerró tras ello, miró la casa y suspiró, sabía que aquél ejercicio no iba a gustarle, ¿pero podría haberse molestado tanto como para ni siquiera despedir a sus amigos?

-¿Tan mal ha ido? -preguntó Vane en cuanto Madelaine entró

-Tal y como pensé que iría, no le ha gustado nada el ejercicio, ha estado muy incómoda, pero ha seguido grabando, incluso al final parecía haberse relajado un poco, sabía que estaba molesta, apenas me ha mirado durante el ejercicio, ¿pero negarse a despedir a Anita y Miguel? Eso no es propio de ella

-No está molesta, cuando se metió en el estudio estaba bastante cabreada -dijo Vane

Madelaine entró en el despacho de Mónica, miró antes de entrar por si estaba ocupada, pero la vio andando por el estudio a grandes zancadas, todo su cuerpo estaba rígido. En cuanto sintió que la puerta se abría se giró y Madelaine se quedó clavada en la puerta por la mirada que acababa de echarle, ni siquiera cuando se conocieron la había mirado así, con esa dureza, frialdad, ¿odio?

-Mó, sé que el ejercicio de hoy...

-¿De verdad piensas que eres un parche para olvidar a Óscar? -la cortó Mónica

-¿Qué? -Madelaine la miró sin comprender

-Lo que no me queda claro es, ¿soy simple o tengo dos caras? ¿Mentirosa? ¿Aburrida? ¿Se puede saber que haces conmigo si piensas eso? ¿Sabes qué? No quiero oírlo, no quiero escuchar más mentiras

Madelaine miraba a Mónica sin comprender, veía la rabia y el dolor en su mirada pero no sabía qué se supone que le estaba recriminando, ¿no era por el ejercicio de ese día? ¿Entonces qué era? Madelaine intentaba recordar algún momento en ese día en el que hubiera hecho algún comentario sobre que Mónica fuera aburrida, ni siquiera se imaginaba llamarla mentirosa, ella no mentía, aunque en el ejercicio si lo había hecho, lo había apuntado en su... Madelaine entonces cayó, dos caras, simple, mentiras, aburrida..., palabras que había apuntado en su libreta, y fue en ese momento en que la vio abierta sobre la mesa del escritorio

-¿Has leído mi libreta? -preguntó Madelaine incrédula acercándose a la libreta y cogiéndola-. ¿Desde cuándo violas mi intimidad?

-¿Intimidad? Todo lo que dices ahí... -Mónica estaba furiosa, sabía que había hecho mal pero en ese momento no le importaba

-Todo lo que viene aquí son cosas de mi trabajo, algo que solo yo debo ver, no tenías ningún derecho a leerlo, yo nunca me he puesto a revolver tus cosas

-Quizás porque yo nunca he pensado esas cosas de ti -Mónica se giró dándole la espalda-. Recoge tus cosas y vete, esto se ha acabado.

-¿Así sin más? ¿Ni siquiera vas a dejar que me explique? -Madelaine la miró dolida

Mónica y el (sexo) amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora