Capítulo 11

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Mónica siguió a Madelaine hasta el hotel, la pelirroja no le había contestado, no había hablado en todo el regreso, ni cuando subieron juntas en el ascensor.

-¿Dijiste en serio lo de ayudar a mi hermano? -preguntó Madelaine

-Sí, te mandaré un mensaje con mi correo, envíamelo y le echaré un vistazo y les diré a Vane e Iñigo que lo revisen -Mónica se quitó la chaqueta y se la devolvió-. Gracias

-¿La entrevista de mañana la harás en tu habitación?

-Sí, dijiste que ella se sentiría más cómoda en un lugar privado

-Vale, nos vemos a las diez. Hasta mañana

-Mad -la llamó Mónica cuando estaba a punto de cerrar su puerta-. ¿Te quedas porque voy a ayudar a tu hermano o porque deseas quedarte?

-Por ambos

Mónica se metió en su habitación con una sonrisa.

***

Cuando Mónica abrió la puerta de su habitación a la mañana siguiente, lo que menos esperaba encontrar era a aquel hombre frente a su puerta, aunque obviamente no estaba esperándola a ella, estaba apoyado al lado de la habitación de Madelaine

-Debería dejarla tranquila -Mónica se sorprendió de haber hablado, no era de su incumbencia lo que aquel hombre hiciera

-¿Disculpa?

-Madelaine seguirá en el programa, hemos rechazado su oferta -le informó Mónica-. No le haga daño, porque no está sola

-¿Quién es usted? -preguntó el hombre asombrado de que aquella mujer le hablase así

-Su amiga

-Moni, ¿pasa algo? -Gilbert y José que habían terminado de recoger todo en la habitación de Mónica y al salir se encontraron la escena

-No -dijo Mónica seria

La puerta de enfrente a ellos se abrió, todas las caras se volvieron a Madelaine

-¿Qué está pasando? -preguntó

-Toma -dijo el hombre ofreciéndole un termo que Mad cogió sin dudar

-Bajo en cinco minutos -dijo Madelaine cogiendo al hombre y metiéndolo en su habitación

Mónica suspiró y bajó a la cafetería, donde estaban los demás desayunando

-¿Qué haces aquí? -preguntó Madelaine dando un sorbo al café del termo

-Quería disculparme por lo de ayer, no debí hacer nada sin consultarte, pero creí que estabas interesada en la oferta que te hice

-Te dije que iba a pensarlo y te dije que estaba comprometida con este proyecto. En ningún momento te dije haz lo que quieras para tenerme a tu voluntad. Voy a seguir con el trabajo papá, porque me gusta y creo que puede ser importante. Y porque el otro aunque es muy prometedor, no es un trabajo que aceptar a la ligera, sería mudarme, irme de España, alejarme de Nico, de mi hermana, ver aún menos a mis hermanos, no es algo que pueda decidir en unas horas.

-Yo solo quiero lo mejor para ti -el hombre le cogió el rostro y la besó en la frente

-Lo mejor para mi es dejarme elegir mi camino

-Está bien

Madelaine recogió sus cosas para salir, acompañó a su padre hasta la cafetería donde estaba su madre sentada, la abrazó por la espalda y le dio un beso en la mejilla

-¿Lo habéis solucionado? -preguntó la mujer

-Sí -dijo Mad-. Tengo que irme, tengo trabajo

Madelaine se reunió con el resto del equipo que la miraba con curiosidad

Mónica y el (sexo) amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora