Capítulo 6

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 -Anita, ¿has venido solo para tirarte en mi cama? -preguntó Mad bostezando

-Podría ser, pero no -dijo Anita-. A partir de ahora nada de lo que vamos a hacer se lo puedes comentar a Mónica y queremos que nos ayudes

-¿Que os ayude? -Madelaine necesitaba café no escuchar a Anita tan temprano, volvió a bostezar

-Después de lo de ayer, hemos pensado llevar a Mónica a que la aten -dijo Anita-. Seguro conoces algún sitio

-Sí, claro -dijo Mad cogiendo una lista que le había dado Anita-. ¿Y todo esto?

-Nos hemos estado informando para el viaje de Japón, queremos llevar a cabo esto -Anita se comenzó a reír emocionada como una niña que acaba de hacer una travesura

-Muy bien, ¿puedo ir ya por una taza de café? -preguntó Mad bostezando

-Sí

Anita salió de la habitación, Madelaine dejó la hoja sobre la cama, la revisaría más tarde, salió de la habitación y se encontró de frente a Mónica que la miró alzando una ceja

-¿Anita y tú...?

-¿Qué? -Mad la miró sin comprender. Había dormido dos horas. ¡Necesitaba café! Tarde, pero comprendió lo que le había preguntado-. No, ha venido a traerme trabajo. Lo siento, estoy muy espesa, apenas he dormido y no seré persona hasta que tome un poco de café

-Madelaine, a mi no me importa, pero teniendo en cuenta que es un programa familiar, quizás deberías ponerte pantalones antes de bajar y que Miguel te grabe

Mad miró hacia abajo, llevaba la camiseta larga que se había puesto para abrir a Anita, pero apenas le llegaba por la mitad de los muslos

-Bien pensado

Mónica comenzó a bajar las escaleras riendo, aquella mañana estaba especialmente de buen humor. Madelaine bajó cinco minutos más tarde, Mónica había estado preparando café mientras tanto

-Gracias -dijo Mad dándole un beso en la mejilla mientras cogía el café, ni siquiera lo pensó, le salió por inercia

Mad se sentó en la terraza y cerró los ojos disfrutando del sabor del café. Se lo bebió en silencio, fue a echarse un segundo y se alejó de todos mientras llamaba por teléfono. Mad tenía en una mano el teléfono y en otro su taza de café, estaba apoyada en la barandilla de los límites del jardín de Mónica, mirando al mar, estuvo quince minutos hablando por teléfono y, finalmente, volvió.

-Gilbert -dijo Mad regresando donde el equipo estaba desayunando-, hoy hazle trenzas o un recogido, nada de pelo suelto

-¿Hoy que toca? -preguntó Mónica curiosa

-Hoy grabamos fuera y no ha sido idea mía -aclaró Madelaine sin añadir nada más-. Miguel me voy a prepararlo, ¿si quieres grabar como se prepara todo?

-Sí -dijo el chico levantándose

-Termina tranquilo, voy a ducharme y vestirme -dijo Mad apoyando sus manos en los hombros de Miguel para que se sentase de nuevo

-Yo voy también -dijo Anita

-Ponte ropa cómoda y fácil de quitar -le advirtió Mad, miró hacia Mónica-. Tú también. Te paso la ubicación cuando llegue

Mónica la miró con muchísima curiosidad y nervios

***

Una hora y media más tarde llegó Mónica a la ubicación dada, estaba nerviosa y ansiosa. Anita fue la que la recibió, obviamente con Miguel grabándolo todo. Mónica entró por una puerta, era un galeón normal, había unas escaleras que descendía y al ver a Anita bajar la siguió. Una vez abajo vio a Madelaine charlando con un chico que tendría su edad, quizás un poco mayor, la habitación estaba vacía a excepción de un gancho de arnés.

Mónica y el (sexo) amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora