Capítulo 43

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Mónica abrió los ojos, lo primero que sintió fue el aroma de Madelaine en la almohada, aspiró el olor y sonrió, giró la mirada hacia el ruido en la habitación y se tapó apresuradamente, fue un acto reflejo al ver a Vanesa, no era como si Vane no la hubiera visto mil veces desnuda, pero sin dudas no era la mujer que esperaba ver

-Así que Madelaine y tú habéis solucionado vuestros problemas

-No lo sé... -Mónica hizo una mueca de dolor al incorporarse un poco-. ¿Dónde está ella?

-Salió hace una hora, me dijo que tenía que encargarse de algo y que le hiciera el relevo

-Estoy bien, no es necesario que esté alguien conmigo siempre

Vane iba a responderle cuando sonó su teléfono

-Es Mad, podrás quejarte a ella que es la que ha dicho que haya alguien contigo -Vane pulso el botón verde que salía en pantalla-. Justo estábamos hablando de ti... ¿Lauren? Lo siento, no sé quién eres...

Mónica frunció el ceño, así que Madelaine había ido a verla

-Espera más despacio, ¿cómo que en la cárcel? -Vane abrió los ojos ante la sorpresa-. ¿Que hizo qué? ¿Pero en qué estaba pensando? Voy para allá

-¿Quién está en la cárcel? -dijo Mónica con un mal presentimiento

-Al parecer Madelaine ha ido a escuchar la declaración de Óscar y no se le ha ocurrido nada mejor que ponerse a pelear con el tío que te tiró por las escaleras, ¡con la policía delante nada menos! Consiguió darle el móvil a esta tal Lauren y le dijo que me llamara

-Voy contigo -dijo Mónica poniéndose en pie, intentando que no se le notara lo que le había costado hacerlo sola

-No, Moni debes descansar

-Voy contigo -dijo Mónica comenzando a vestirse-. O me llevas tú o cogeré un taxi en cuanto te vayas

-¡Qué terca eres! -dijo Vane-. Termina de vestirte iré a mi habitación por mis cosas y avisaré a Iñigo para que no se preocupe si ve que no estamos

-Si en diez minutos no estás aquí saldré -le advirtió Mónica con miedo a que fuera una excusa para irse sin ella

***

Vane y Mónica llegaron a la comisaría, mientras Vane hablaba con la persona que estaba al mando, Mónica se tuvo que quedar atrás, en la sala de espera vio a una pareja que al verla recordó su sueño. Mónica miró a la chica, por primera vez la veía de cerca, era una mujer realmente preciosa que desprendía una gran sensualidad. Lucas y Lauren, ambos eran de los que mirarías dos veces si te los cruzaras, sin dudas Madelaine tenía un exquisito gusto. Y al ver la juventud de aquellas dos personas recordó su sueño, a sabiendas de que no era una pesadilla, aunque ella no los hubiera visto juntos, sabía que Madelaine se había acostado más de una vez con ellos, y no pudo evitar mirarse a ella misma, no creía desprender la sexualidad que ellos desprendían, aunque ella sabía que era buena en el sexo, suponía que ellos estaban más experimentados, más afines a los gustos de Madelaine, y en esos momentos, ella apenas podía moverse. Sí, lo había hecho la noche anterior con Madelaine en la ducha, pero apenas había podido moverse y después había acabado agotada. ¿Acaso podía competir con ellos?

Lucas se había acercado a Mónica para saludarla y le había presentado a Lauren como su mujer, Mónica se había obligado a sonreír y a darle las gracias a Lucas por su ayuda, ya que no había tenido oportunidad de hacerlo en persona

-Vaya susto nos dimos cuando llamaron a Maddie -comentó Lauren

-¿Maddie? -Mónica ignoró la punzada de celos y siguió sonriendo-. Pocas personas la llaman así

Mónica y el (sexo) amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora