Capítulo 20

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Gilbert maquillaba a Mónica sin hacer ningún comentario sobre las ojeras que tenía, Ana también estaba allí Gilbert se encargaba de maquillarlas y peinarlas a ambas. Llamaron a la puerta y José fue el que abrió

-¡Buenos días! -dijo Mad con una sonrisa al ver que no estaban grabando

Madelaine llevaba una bandeja como si fuera camarera profesional

-Servicio de desayuno -anunció Mad-. José, este es el tuyo

Empezó a describir cada uno de los cafés mientras se lo entregaba a la persona, el último se lo entregó a Mónica

-Traigo dulces caseros hechos por Sofía, están deliciosos -Mad miró a su alrededor-. ¿Anita y Miguel aún no se han despertado?

-No, a saber a qué hora llegásteis anoche -comentó Gilbert

-¡Voy a despertarlos! -dijo Mad con una sonrisa malvada, fue hacia la puerta, se detuvo antes de salir-. ¿Qué habitación es?

-La 201, dos habitaciones a la derecha -le indicó José

Madelaine se fue encajando la puerta sin llegar a cerrarla, se escuchó como aporreaba la puerta sin parar

-¡Madelaine yo te mato! -se escuchó el grito de Anita cuando abrió la puerta de su habitación

Madelaine volvió a la habitación de Mónica riendo, cogió un dulce y comenzó a comérselo tomando su café

-Parece que te has levantado de buen humor -dijo Ana

-La verdad es que sí, necesitaba un día como el de ayer -reconoció Mad

-¿Te divertiste en la fiesta? -Mónica no sabía si había conseguido controlar el tono de su voz y que no se notase la brusquedad con la que lo había dicho

-Mucho, fue casi tan buena como la de Tokio

Mónica la miró a través del espejo, aquellas palabras le habían dolido, para ella la fiesta hentai a la que habían ido había sido especial, se había liberado, había estado buena parte de la fiesta besándola o bailando con ella. Y al parecer para ella no fue más que otra fiesta sin más, seguramente también había estado besando a la chica con la que bailaba la noche anterior, y seguramente la chica no la habría detenido cuando se hubiera acostado con ella.

-¿Habéis adelantado mucho estos dos días? -preguntó Madelaine

-He tenido trabajo -dijo Mónica de forma seca

Ana al darse cuenta del estado de ánimo de su amiga y temer que volviesen a como estaban la última vez que estuvo con ellas, comenzó a hablar con Madelaine de otras cosas. Anita y Miguel entraron con cara de resaca

-¡Buenos días dormilones! -dijo Madelaine con una gran sonrisa

-Te odio -dijo Anita tirándose en la cama

-¿Cómo puedes estar tan bien? Bebiste igual que nosotros -comentó Miguel

-Cariño, en mis salidas bebía tequila, estoy acostumbrada, vosotros al tercer trago os tambaleábais

-¿Hicimos mucho el ridículo? -preguntó Miguel

-No, os traje a tiempo, aunque le diste tu teléfono a mi hermano, cito textualmente: "para amistad o lo que surja". Miguel, tiene diecisiete años, ¿sabes que eso es delito?

-¿Qué hice qué? -Miguel se puso pálido-. Dile a tu hermano que...

-Miguel, Vlad estaba halagado, es la primera vez que le entra un tio

-Si es que no se os puede dejar solos -dijo Ana Milán negando con la cabeza-. ¿Y tú qué mucha locura? -dijo mirando a Mad

-Por una vez creo que fui la más buena de todos -comentó Mad-. A la una estaba en mi casa, con el pijama puesto y viendo una película con Diego y Vlad

Mónica y el (sexo) amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora