Día después de la pijamada

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Dejó caer la yema del huevo en la sarten caliente, para seguido botar la cáscara en la basura. Con tranquilidad revolvió las yemas mientras a sus espaldas se oían pisadas, poco después escucho un bostezo conocido

––Ohayō––el pelinegro dijo con flojera antes de sentarse en una de las sillas

––Buen día Kubo––Norman le miró de reojo antes de volver su vista a la ornilla ––¿Mucha hambre?––preguntó apagando el fuego

––De otra forma no me habría levantado––respondió ya un poco más despierto

Kubo apartó la mirada del castaño para ver el reloj en el teléfono de Norman (el cual estaba sobre la mesa)

9:35 am; apago el aparato y volvió a mirar al castaño que dejaba dos platos en la mesa

––¿Cuando te levantaste?––preguntó tomando el tenedor que el ojiazul le extendió, no tardo en dar el primer bocado

––Como hace 15 minutos, escuche unas dos canciones antes de que me diera hambre––contestó antes de empezar a comer

Pasaron unos minutos comiendo en silencio antes de que el otro castaño apareciera en la cocina

––Buenos días––dijo Huevo estirando sus brazos en medio de un bostezo

––Buenas––le saludo Kubo, mientras Norman tenía la boca llena

Sin decir nada más Huevo se acercó a la alacena y sacó una caja de cereal, seguido tomó dos tazones que dejó en la mesa junto con el cereal, busco la leche en la nevera y luego se sentó con sus amigos, los cuales casi terminaban

––Le diré a la señora Jones que debe comprar más cereal––comentó Trubon luego de echar el cereal

––¿Cor puede desayunar?––preguntó Norman levantándose tomando su plato

––Si, queda suficiente para ella––respondió antes de empezar a comer

Casi 10 segundos después, la anfitriona de la pijamada apareció en la cocina

––Buenas––Kubo la saludo con una sonrisa

Coraline sólo parpadeó un par de veces antes de responder––¿Dónde estoy?––la expresión de la chica decía que aún no estaba del todo despierta

––En tu cocina, si desayunas seguro lo sabrás––Norman se acercó a ella y gentilmente la empujó hacia la silla en la que había estado anteriormente

Coraline paso una mano por su despeinada cabellera acomodando vagamente el cabello que caía por su rostro, luego tomó la leche y el cereal

Al terminar de echar el cereal hizo una pequeña mueca

––Se lo tendré que recordar a mamá––

Y sin tomarle mucha importancia empezó a comer el cereal junto a Huevo, mientras Norman y Kubo lavaban cada uno su propio plato

Pasados unos minutos el ojiverde y la peliazul terminaron de comer y lavaron los platos. El cuarteto subió al cuarto de la peliazul, donde se encontraban tres sacos de dormir desparramados en el suelo y una cama muy desarreglada

––5 minutos más––Huevo se tiró a la cama de la chica quedando boca abajo

––No no, vamos, es mi cama––de forma floja la muchacha trataba de mover al más alto, para luego suspirar y terminar acostándose encima de él––5 minutos más––

Kubo rió levemente antes de acercarse al par, y seguido tocar el punto débil de cada uno; el de Coraline, su cuello, el de Huevo, su costado. Apenas los tocó ambos empezaron a reír y retorcerse hasta caerse de la cama

Ambos muchachos en el suelo alzaron la vista para ver mal al de parche, el cual sonrío con diversion

––Oigan ayuden––los tres voltearon a ver al ojiazul que se encontraba enrollando su saco de dormir

––¿Ya se tienen que ir?––preguntó Coraline sentándose como indio en el suelo

––Yo si, quede con Neil para ayudarlo con inglés––

––Tengo que llegar temprano, buscaremos a mi abuela en el aeropuerto––

––Yo no tengo nada que hacer––Huevo le sonrío a la peliazul––¿Unas rondas de mario kart?––ella le devolvió la sonrisa

––Vas a morder el polvo, poste de luz––

Luego de un rato el pelinegro y el ojiazul se despidieron de sus amigos antes de partir en sus bicicletas

––Vas a perder––la chica miraba al ojiverde con superioridad, ya con el control en las manos

––Ya veremos, teñida––ella le sacó la lengua y él le devolvió el infantil gesto

Y antes de que el juego empezará, Huevo notó algo en su mejor amiga

––¿Esa es la chaqueta de Norman?––

Las mejillas pecosas de la contraria se sonrojaron levemente, pero de todos modos respondió con una sonrisa

––Sip––

•••

Kubo y Norman pararon en la intersección, en la que cada uno se iría por su lado, para despedirse

Y antes de que el ojiazul se marchará, el japonés cayó en cuenta de que le faltaba algo

––Norman––el susodicho lo miró––¿Y tu chaqueta?––

Norman le vio con extrañeza antes de verse a si mismo y notar que no llevaba dicha prenda

––No otra vez––dijo el castaño, sabiendo perfectamente donde estaba su chaqueta, y sabiendo a la perfección que ella lo hizo a propósito

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X: ¿Cuando dejaras de hacer cosas de Laika?

Yo: Cuando me deje de gustar, osea, NUNCA

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