Laika kids stories

Gimnasio

La cabeza le dolía

Sus piernas flaqueban a cada paso

Sentía que se iba a desmayar

Saquenme de aquí por favor

Rogó mentalmente mientras se desplomaba en el suelo, a su lado sintió como Kubo se sentaba

--¿Estás bien?--preguntó con media sonrisa

Norman volteó la cabeza hacia él, viéndolo con una mueca lastimera

--Me quiero morir--el japonés rió--Después de esto, no pienso volver a acompañarte--declaró sentándose junto a su amigo

--El primer día te sientes así, a la semana te acostumbras--le dijo Kubo levantándose, ya la hora había terminado

Norman lo miró con cansancio mientras extendía sus brazos hacia él, Kubo volvió a reír antes de tomarlo de las manos y levantarlo del suelo

El ojiazul empezó a preguntarse en que diablos pensó cuando dijo que quería acompañar a su amigo al gimnasio

Bueno en realidad no fue su decisión, sus padres decían que necesitaba hacer actividad física y salir de su habitación, así que para que dejarán de recordarselo, optó por acompañar al pelinegro al gimnasio al que iba

Al principio Kubo le miró confundido y un tanto dudoso, ya que sabía de antemano que ese tipo de actividades no eran las favoritas del ojiazul, pero luego de explicarle aceptó gustoso de tener esa compañía

Durante la sesión, no pudo reprimir las sonrisas y risitas que le daban las expresiones de Norman, mientras este se sentía como una masa débil de carne

Pero ya no puedes arrepentirte

Pensó el castaño mientras tomaba agua de su termo

Ya había ido, ya le había dicho a sus padres que seguiría yendo, ya no le quedaba de otra que aguantar y acostumbrarse

--¿Y si te recompezo con una pijamada?--le preguntó Kubo mientras caminaban a casa de este

El gimnasio estaba a dos cuadras de su casa

--¿En serio?--habló el contrario

--Seguro, y cocinare algo que te devolverá la energía--sonrío mientras daba una palmada en su hombro

Norman sonrió--Claro, solo tengo que avisar a mamá--

--Dale--

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Uno aquí reflejándose en Norman