Laika kids stories

Ricitos de Cobre

No se por qué le encuentro tanto parecido a Winnie con ricitos de oro, pero la verdad me gusto mucho este

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--¡Vuelvan aquí! ¡ladrones de mierda!--habló uno de los caballeros en la persecución

--¡Si los ladrones son mierda! ¡Entonces ustedes son mierda de burro!--se mofaba la pelirroja desde el lomo de la osa

Los hombres, con cólera, empezaron a disparar flechas hacia la familia criminal. Los tres osos se movían esquivando los disparos, pero la chica sabía que no podían correr por siempre; y al notar una carreta llena de barriles un poco más adelante, se le encendió el foco

--¡Corran hasta la salida del pueblo!--se puso de pie en el lomo de su madre mientras está seguía avanzando

--¡¿Qué harás Winnie?!--le preguntó el oso mayor al notar su expresión determinada

--¡Haré que estos idiotas no nos sigan más! ¡Bebe, ahí te voy!--advirtió a su hermano para seguido saltar a su lomo, y luego con agilidad saltar a la carreta de los barriles, específicamente al lugar donde estaba un hombre con las riendas de los caballos que seguían corriendo

El hombro gritó de terror por enemisa vez en la mañana desde que la familia de osos hizo su aparición, Winnie rápidamente le apunto con su bastón, sonriendo con sorna--¡Esto es un asalto, tarado!--gritó para luego desatar con su bastón rápidamente las cuerdas que mantenían esos barriles en su sitio, los pateó haciendo que cayeran rodando por el camino de los caballeros que los perseguían, haciendo a sus caballos detenerse

Rió con fuerza y orgullo, alzando los brazos victoriosa--¡Ahí tienen imbéciles! ¡Nadie se mete con Ricitos de Cobre!--exclamó con orgullo

De pronto sintió sus pies abandonar la superficie en la que se encontraba y su cuerpo salir volando hacia atrás, gritó por la sorpresa hasta que cayó en el suelo. Quejándose, alzó la vista encontrándose con el mismo hombre de la carreta tratando de calmar a los caballos, y pronto entendió porque había salido disparada, pero su ceño se frunció al notar como los mismos caballeros de antes se acercaban a la zona corriendo

Soltó otro quejido, hastiada, mientras se levantaba--¿Qué no se cansan?--murmuró para si misma tomando su bastón, para luego empezar a correr por distintas calles

Corrió por varios minutos, siempre cambiando de dirección constantemente, hasta que se detuvo en un callejón para tomar aliento. Se apoyó en la pared mientras su frente tocaba la madera del bastón, tenia los ojos cerrados

Todo quedo en silencio, solo podía escuchar su corazón agitado y su respiración irregular

--¿Estás bien?--

Su cuerpo se movió casi en automático. Sus párpados se abrieron y en cuanto tuvo al emisor de esa voz en su rango de visión, le pegó con el bastón en la pierna haciéndolo perder el equilibrio, luego una patada en el estómago que lo empujó contra la pared, y finalmente pusó su bastón en su cuello

--¡Tranquila, tranquila! ¡No iba a hacerte daño!--habló el muchacho rápidamente con el pánico tiñendo su voz

Winnie le puso más atención, era un chico que podría ser de su edad, castaño, piel clara, y unos ojos verdosos que la veían con nerviosismo