¿Como era mamá?

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Huevo no podía decir que le faltaba algo, siempre había tenido lo que necesitaba, una gran y unida familia, luego a su vida llegó una buena amiga, y la cereza del pastel, un padre que, apesar de todo lo malo, intentaba incansablemente recuperar todo el tiempo que habían perdido

Herirberto Trubon era un hombre maravilloso, gentil, carismático y creativo, por no decir bastante inteligente. Después de recuperarlo y empezar a vivir juntos, no había nada que no le sorprendiera de ese hombre, a veces era la facilidad con la que armaba y desarmaba aparatos, o verlo cocinar los mejores manjares que había probado (aunque el adulto le dijera que eran comidas sencillas y ordinarias). Todos los días aprendía algo nuevo de él

En este preciso momento, podía asegurarle a cualquiera sin un ápice de duda, que su vida estaba completa

Pero como todos los días su curiosidad prevalecía, y esta vez lo incitaba a preguntar algo que nunca se le había pasado por la mente antes

¿Cómo era su madre?. Por las calles veía a los niños ir de las manos con sus madres, incluso a Winnie ser tratada con cariño por la señora Camenbert. Eso le hacia preguntarse si el tenia algo parecido a eso, tenía un padre (hasta dos si incluía a Pez), ¿Qué hay de una madre?

Y todas esas dudas lo orillaron a este momento, sentado frente a su padre, ambos degustando unos panqueques que el hombre había preparado para cenar (y que a Huevo le fascinaron al instante)

--¿Padre?--llamó su atención dejando el cubierto en el plato vacío

El adulto alzó la vista a su niño--¿Si hijo?--

--¿Puedes aclararme una duda?--habló algo dubitativo

--Por supuesto que si--le sonrío al menor al responder

--¿Tengo una madre?--

El pequeño comedor quedó en silencio, un silencio que preocupo al ojiverde, ya que acompañado de la mirada perdida de su progenitor, le angustiaba haber dicho algo malo

Antes de que pudiera volver a hablar, el mayor suspiró para volver a centrar su ojos en su hijo, viéndolo con comprensión y una sonrisa melancólica

--Si tienes una madre hijo, solo que ella ya no está entre nosotros--

Huevo comprendió sus palabras rápidamente, aumentando su curiosidad--¿Qué le pasó?--

El hombre se mordió el labio, buscando las mejores palabras para explicarle el suceso al preadolescente--Ella tuvo que hacer un gran esfuerzo para que nacieras, y al final su cuerpo no soportó tanto desgaste--respondió bajando la mirada a su plato

El castaño vio la reacción de su padre, tan desganada, y un sentimiento amargo le invadió--¿Fue mi culpa que ella muriera?--

Herirberto alzó la vista de golpe, sorprendido ante lo que decía el muchacho--¡No no! Por supuesto que no Huevo, no pienses eso ni por un segundo, lo que le paso a tu madre fue algo trágico, pero no fue por ti, solo se dio la situación--le habló firme y seguro

El aludido asintió, sintiéndose más tranquilo, y más confiado al hacer su próxima pregunta--¿Cómo era ella?--

La sonrisa volvió al semblante del mayor, con matices de melancolía y dulzura

--Su nombre era Angela, y era igual a ti...--

Al joven se le contagió la sonrisa de su progenitor, con la ilusión reluciendo en su expresión

--Era la mujer más hermosa, era audaz, gentil, lista, graciosa, valiente...y algo tosca...--el hombre rió entre dientes--...no tenía los mejores modales, algunas personas la tachaban de salvaje, pero era parte de su encanto...siempre defendía a quien lo necesitaba, así fue como la conocí...--

Se enfoco en el rostro de su hijo, su sonrisa inmensa con dientes algo torcidos, sus ojos verdosos como los suyos, pero con un brillo que solo había visto en esa auténtica y osada mujer

--En serio eres su viva imagen--dijo con voz dulce

--¿De verdad?--

--Tienes sus rasgos y su sonrisa, y por dentro eres igual a ella...--se levantó de su asiento para acercarse al menor y acariciar su cabeza--...estaría muy orgullosa de ti--

--¿Lo crees?--

--Lo sé, estaría igual de orgullosa que yo––

De pronto se sentío bastante tranquilo, alegre, al saber que una gran mujer había estado junto a su padre

––¿Por qué me preguntas hijo?––

––Pues, veía a los otros niños con sus madres y...––

––¿Quieres una madre?––

––No en realidad, ya tengo todo lo que necesito contigo y los boxtrolls, solo sentí curiosidad, quería saber si yo tenía una––

––La tienes, y ten por seguro que donde sea que esté, ella te cuida y está orgullosa de ti––

Padre e hijo compartieron un abrazo calido y amoroso. Se sentían plenos y completos con su pequeña (gran) familia. Huevo no sabía lo le vendría de ahora en adelante, solo sabía que tenía un padre en el cuál buscar apoyo

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