Laika kids stories

Bloqueo

Un pequeño drabble de mi niño favorito

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La música en sus oídos ya le parecía irritante, los movimientos de su mano al trazar lo frustraban, y el resultado del plano no le convencía de ninguna manera. Huevo exclamó su frustración en voz alta, tiro el lápiz sobre la mesa y arrugó la hoja donde estaba haciendo su plano hasta convertirlo en una bola de papel, para seguido arrojarla sin importarle donde iba a caer

Se quitó los audífonos de una forma un tanto brusca, los dejo sobre el escritorio y dejó su frente golpear la madera de este mismo, no quiso moverse después de eso

Últimamente estaba pasando por el bloqueo del inventor, como lo llamaban su amigo Hiro y su grupo. Pensó que lo superaría rápidamente, pero lo único que conseguía era querer golpearse la cabeza con la pared

Hubiera seguido sumido en su autodesprecio un rato, pero una sensación esponjosa golpeando su tobillo derecho no se lo permitió. Su cabeza se movió lentamente para ver al piso, encontrandose con unos amigables y tiernos ojos negros y una nariz en constante movimiento

Involuntariamente, esbozo una perezosa sonrisa, movió los brazos lentamente y tomó con cuidado al conejo marrón, levantodolo a la altura de su rostro

––¿Qué tienes amigo? Hambre no creo, aunque no te culparia––habló con una voz un poco más aniñada, como si le hablará a un recién nacido

Carrot no le mostró las típicas señales de que tenía hambre, así que solo se encogió de hombros y dejó al conejo sobre su regazo, complaciendolo con gentiles caricias en su cabeza

––Ojalá estuviera en tu lugar Carrot, solo me tendría que preocupar porque me den de comer y de no ensuciar las alfombras––habló como si el animal le fuera a responder

El chico siguió acariciando y hablándole a su mascota de sus inquietudes y frustraciones, meciéndose en la silla giratoria y dando suaves vueltas, casi como si arrullara a un bebé. Estuvo en eso por al menos cinco minutos, cuando su vista olivo se enfocó en los materiales de carpintería, que llevaban empolvandose ahí  desde el año pasado

Se acercó al pequeño rincón y tomó una de tabla de madera, unas herramientas y volvió a colocarse bajo la luz del escritorio, todo sin perturbar al conejo sobre sus piernas. Mientras sus manos se movían casi por sí solas, tarareaba la melodía de la canción que siempre le ponía su padre

Duro así por lo menos quince minutos, sopló para quitar los restos de aserrín y contempló su creación. En una pequeña porción de la madera, había tallado la silueta de un troll, al menos como él se los imaginaba en las historias de su padre

Sonrío y volteó hacia su mascota––¿Qué tal? Hace años que no trabajo con madera, pero no se ve mal––

El conejo levantó un poco su cabeza y olfateo la pieza de madera, elevando sus orejas al segundo, una reacción que Huevo tomó como positiva

Le dio vueltas a la figura, la vio por todos los ángulos, y tras unos segundos se permitió reír con orgullo, contento de que apesar de su bloque, había creado algo