Nadie les dijo que ser padres iba a ser difícil pero aún así estaban feliz con la familia que habían formado y lucharán por las sonrisas de sus hijos.
Distintos relatos sobre estos héroes junto a sus hijos.
•°•Katsudeku
•°•Algunos contenido 18+
•°•C...
—¿Que pasaría si llego a ser estéril?--- Dijo Izuku mientras miraba su abdomen plano.
—¿Que te llevo a pensar eso?--- Dijo Katsuki viendo a su esposo frente al espejo de su cuarto.
—Es solo que venimos intentándolo un tiempo el tener cachorros pero no logro quedar embarazado.
Katsuki se levanta y camina detrás de él, abrazándolo y acariciando su vientre con sus manos suavemente.
—Quizas ya estás embarazado y nuestro cachorro es tímido.
—¿Y porque mi vientre aún es plano?
—Porque nuestro cachorro será pequeño o algo.
—¿Y si soy estéril?
Katsuki se tensa pero se calma al instante, lo que menos quería era darle inseguridades a su Omega.
—No te preocupes amor, no eres estéril, de seguro yo soy el del problema.--- Intento bromear un poco el rubio pero aún notaba angustia en la mirada de Izuku.--- De todas formas no quería ser papá.
—Y-Yo si quería ser mamá.
—Entonces adoptaremos cachorros, hay padres imbéciles que abandonan a sus hijos y ellos esperan amor de padres como nosotros, podemos darle nuestro amor cariño.
—¿Quieres eso?
Katsuki asiente.--- Todo sea por complacer a mi Omega.
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Izuku veía a su esposo en el patio de su casa, con los pies metidos en el agua de la piscina, desde que había llegado a casa había querido estar completamente solo, no quería que sus hijos se acercaran a él y mucho menos al omega.
Habían pasado dos días desde que salió del hospital y una semana desde que despertó, gracias a la anciana de la UA su mejora fue más rápido y fue por eso que salió del hospital más rápido.
Katsuki aún seguía con su problema en la cabeza, su sueño de tener un ejército de niños se había ido por el caño, quería volver a ver a su esposo con una bella panza, ver otra vez a sus cachorros ser bebés.
Antes del accidente, ambos lo habían hablado y el quería volver a quedar embarazado una vez más, a ambos le pesaban que Shiro estaba por cumplir un año y touya seis años, sus cachorros crecían y querían volver a tener un solo cachorro más.
Pero ahora Katsuki quería morirse, era estéril, no podía darle cachorros a su esposo y eso era algo que le dolía y tenía ganas de llorar solo que sus lágrimas no salían.
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Eran las diez de la noche cuando Katsuki se digno a entrar a su casa, la cual estaba completamente silenciosa y oscura, le extraño ya que sus cachorros eran revoltosos.
