3- Aliados

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Julián le impidió el paso a Rodrigo, nadie de los presentes quería que esta situación se les vaya de las manos porque esto podría implicar la expulsión de los tres.

—¿Vos estás enfermo, hermano? Vos sabes muy bien que lo que llegues a hacer va a implicar a todos—lo regañó Julián, que con sus expresiones parecía que padecía demencia.

—Pero hay que ponerlos en su lugar, no hay que hacer de cuenta que no pasó nada.

Mientrás discutían, llegó un pequeño grupo de croatas charlando de lo más normal: Luka Modric, Andrej Kramaric, Josko Gvardiol y Borna Sosa. Los jugadores croatas se sorprendieron al presenciar tal situación, se saludaron con sus compañeros argentinos y dudaban seriamente en preguntar acerca de la incómoda discusión de Álvarez y De Paul.

Por contraparte, los argentinos tuvieron que hacer de cuenta que no había sucedido nada, Julián se puso nervioso al ver al rubio de ojos celestes y Messi sorprendido al ver a Gvardiol sin la negra máscara.

—¿Sucede algo? No hay problema si no nos quieren contar—intervino Kramaric, de treintaiún años, que estaba interesado en la "pelea" de los sudamericanos.

Los argentinos se miraron entre si, dudando en si contarles o no.

—¿Le contamos?—susurró Rodrigo.

—Sí, si después de todo, ellos fueron los únicos que nos respetaron—respondió Lionel, manteniendo la conversación en susurros.

De Paul tragó saliva.

—Messi recibió una carta de amenaza de parte de los holandeses. No quieren que Messi juegue la final, y si lo hace lo buscarán cuando termine el partido.

Al igual que los argentinos, los croatas se miraron entre si pero no por duda, si no por "shock". Los ojos de Modric parecían platos, claramente no lo podía creer. Sosa tenía un expresión de decepción, Kramaric de confusión y Gvardiol de nerviosismo.

—Pero si ellos ya están eliminados...no se en que les afecta—comentó Borna Sosa, en un tono meláncolico.

—Sí, pero ellos aseguran que compramos el partido y que hicimos trampa, y según ellos no es justo—habló Julián, aún ruborizado.

—Es imposible que no acepten que están eliminados, perdieron y ya esta, no se puede hacer nada—agregó Kramaric.

—Los neerlandeses siempre fueron así, en el 2006 se destacaron por su violencia, ¿o no se acuerdan de lo que quisieron hacerle a Ronaldo?—agregó Luka, tragando saliva.

—Lo recuerdo muy bien, son lo más parecido a boxeadores que hay en este Mundial de sorpresas—dijo Messi, que se apoyaba en la pared.

—Lo que me sorprende es que ustedes no hagan nada, no se pueden dejar ganar así por los neerlandeses—habló Gvardiol.

—Estaba por ir a reclamarles—contestó De Paul—pero alguien  no me dejó—miró a Julián.

—Ya se, nosotros los vamos a ayudar, algo como una alianza, ¿Les parece?—propusó el enmascarado de Croacia.

—Me parece bien, sabes—le respondió Messi, afirmando con la cabeza.

Gvardiol sonrió al escuchar la respuesta del "mejor jugador de la historia".

—No se si pueda, hay muchas cosas que andán dando vueltas en mi cabeza y no quiero traerme más problemas—comentó Luka con nerviosismo.

«Por favor, Dios, que no se note que no quiero estar junto a Di María» pensaba el croata.

El último Mundial - ModríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora