27- En el mercho

671 67 11
                                    

Los minutos se sentían pesados y pasaban a la velocidad de una tortuga. Livakovic miraba a uno por uno, que estaban frente a frente sin despegar sus infernales miradas de uno del otro, y trataba de hacer que alguno de ellos le dijera un simple "¿qué pasa?" para romper el silencio de una vez por todas.

Lukas, de brazos cruzados, se levantó y le pidió a Dominik que vaya con él adentro del restaurante de tintes veraniegos. Le dijo unas cuantas palabras en croata y volvieron.

—¿No comer nada?—le dijo Livakovic al argentino mientras se sentaba.

—No...se me quitó el hambre—respondió con frialdad, y tratando de no formar contacto visual con ninguno, pegando su mirada a un punto indefinido del restaurante.

El arquero asintió levemente.

—Bueno, los traer acá porque quiero que Dibu conocer a Britney Spears—volvió a hablar, pronunciando el nombre de la cantante con un acento tan yankee que daban ganas de arrancarse las orejas con un cutter.

Las palabras del más alto llamó la atención de los dos restantes, les gustaba la idea.

—¿Y por qué necesitas mi ayuda?—le preguntó Luka, frunciendo el ceño.

—¿Qué?—Dominik acercó un poco su cabeza para que el mayor repita su pregunta.

Zašto ti treba moja pomoć?—repitió pero en su idioma natal.

—¡Aaah!—se sorprendió Livakovic—es por personales motivos.

La respuesta no satisfació al mediocampista, que lo demostró haciendo una "cara de culo".

—¿Por qué no trajiste a Messi, entonces?—volvió a cuestionar.

—Es hombre ocupado.

—Bueno, ¿qué tenemos que hacer?—habló el único argentino presente.

—Me acompañar al lugar, después ustedes conseguir hotel lujoso for Britney.

Luka supo lo que quiso decir su compañero, mientras que Ángel trataba de entender lo que quiso decir.

—Ángel—el argentino miró al portero croata que lo acababa de llamar—¿poder anotar ubicación?

—Eeh...sí, sí.

Di María prendió su celular para abrir la aplicación de notas, puso la contraseña pero se escuchó a un volumen altisisisimo el coro de la canción "En el Mercho". El rosarino se desesperó a salir de la aplicación "Tik Tok", pero por mera mala suerte el celular se trabó y se escuchó el segmento de la canción en loop. Los croatas lo miraron con una cara de como si estuviese loco,se miraron entre sí, luego a sus alrededores notando que todos los gringos no despegaban la mirada del argentino y su celular fallado. Luka tragó saliva.

—Mejor la anoto yo—dijo el más bajo, sacando su celular.

Dominik le dictó la ubicación. Pagaron la cuenta y Ángel, ya con su problema resuelto, fue tras de ellos.

—Perdón...

—Don't wor—no terminó de completar su frase— no te preocupes—se corrigió entre risillas— es más, me saber la canción.

Dominik empezó a cantar el coro con un acento del español de típico estadounidense tratando de hablar el español. ¿Y Luka?, Luka no dijo ni una sola palabra en el curso del pequeño viaje hasta encontrar un taxi vacío.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 02, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El último Mundial - ModríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora