[ESPECIAL] 20- Papá Noel no existe

1.5K 213 288
                                    

24 de diciembre, nueve de la noche. Los ocho estaban terminando de preparar y acomodar las comidas que iban a comer, casi devorar, esa noche. Habían comprado los ingredientes y las bebidas unas horas antes, tenían pensado privar del alcohol a Ángel porque tenían miedo que se convierta en un degenerado busca carne, dato que al final se enteraron todos por culpa de Rodrigo que en medio del viaje a Chubut le contó personalmente a cada uno. Julián y Rodrigo se hallaban finalizando la receta del Vitel Toné que, dato adicional, estaban siguiendo la primera guía que encontraron en Google. El Dibu estaba cumpliendo el rol de asador mientras cantaba las canciones de Gilda que ponía Enzo, desde adentro de la cabaña se olía la apetitosa carne. Papu y Alexis estaban preparando ravioles para la cena. Nahuel permanecía cocinando un helado casero que siempre hacía para eventos similares, por lo que estaba demasiado concentrado. Por otro lado, Enzo preparaba tres pastafrola, o como él le decía, la "basta trola", una de dulce de batata y otra de dulce de membrillo. Y, finalmente, como a Ángel no lo querían cerca de la cocina, lo tenían armando la mesa, tarea que el rosarino se había tomado a pecho.

-¿Coca o fanta primero?-preguntó Di María.

-Coca-coincidieron todos.

Asintió y fue en busca de la bebida. Julián ya estaba colocando el vitel toné en la mesa, entre que Rodrigo se sentaba.

-¡Chisme!-casi gritó Rodrigo, llamando la atención de todos los presentes, excepto por el arquero que seguía en su mundo cantando canciones, ya no de Gilda, ahora de los Auténticos Decadentes.

Los que estaban dentro de la cabaña se sentaron en las sillas desocupadas, atentos a su amigo.

-A Scaloni le gusta alguien-lo dijo sin filtros.

-¿Quién?-habló Julián, entusiasmado por saber más.

-Ah, eso sí que no lo puedo decir.

-¿No lo podes decir o no lo sabes?-cuestionó Alexis.

-No, no es eso. Hay que ir de a poco, y eso es información muy confidencial

Mientras cotorreaban y cotorreaban como señoras chusmas de casi de la tercera edad. El celular de Ángel, que se hallaba sobre la mesa, sonó. Lo agarró rápidamente, porque el chisme ya lo estaba aburriendo, una notificación desde Instagram lo alarmó: una solicitud de mensaje de Luka Modric. Abrió los ojos como plato, dió click a la barrita en seguida. El mensaje sólo decía "Feliz Navidad.😊🎉" así de simple y conciso. Los contrarios ya estaban sirviendose Vitel Tone y Coca-Cola en sus propios vasos, incluso el mismo Dibu lo hacía.

-¿No vas a comer?-se preocupó Julián por el mayor, que estaba a su lado.

Ángel le mostró el mensaje. Julián se sorprendió y siguió comiendo de su Vitel Tone.

-Respondele cuando ya sea 25-respondió por fin el más joven.

Ángel guardó su celular y empezó a comer.

-«Ay, Lukita, no te puedo sacar de mi mente, sos como una plaga»-decía en su interior, entre que comía.

Rodrigo trajo una cerveza. Todos, excepto él y Ángel se sirvieron, mirándose fijamente mientras todos lo hacían.

-Esperen que voy a traer el asado-se levantó el portero.

Los restantes esperaron, hambrientos. El Papu fue a dejar el Vitel Toné en la heladera. Y ahí fue donde regresó Emiliano, con una bandeja negra sostenida por su mano llena de distintos cortes de carne en ella. La dejó en el centro de la vasta mesa, dejando que las fieras hambrientas saquen lo que gusten.

-Ahí tienen de todo: matambre, vacío, bife, lomo, lo que quieran-dijo orgulloso-yo voy por más cerveza-fue directo a la cocina.

-¡Qué rico es este matambre, Dibu!-Enzo comía con una gran desesperación un matambre.

-♥-

Ya era 25, ya estaban sumamente borrachos antes de las doce. Los únicos sobrios eran Rodrigo y Ángel, el primero observando todo el loquero desde el sillón del living con un rostro de decepción. Alexis y Nahuel, que eran los otros medianamente sobrios, se fueron a su habitación por el susto que les causó Enzo al empezar a cantar, y el Papu, se fue a vomitar al baño más cercano, al de el cuarto de Julián y Enzo, por supuesto.

-¡WE ARE THE WORLD, WE ARE THE CHILDREN...!-cantaba Enzo, esas eran las únicas frases que se podían entender en inglés, porque el resto ya parecía intento de hebreo básico.

El Dibu se había dormido en la silla, su cabeza estaba apoyada sobre la mesa, y de su boca salía saliva.

-¿Vos decís que lo llevemos a su cama?-se sentó Ángel al lado de Rodrigo.

-No, ahí parece un angelito-respondió, con una forzada sonrisa que lo acompañaba a todos lados.

-¡TE ODIO BORNA SOSA, POR TU CULPA ESTOY SOLTERO, TODO EL DÍA LE ANDABAS CHUPANDO LA PIJA A EL TILINGO TEÑIDO DE ANTONY!-ya se revelaba Julián que, mientras decía tales palabras, seguía tomando y tomando.

-Uy, que fuerte, ¿no?-Esa fue la reacción de Rodrigo a los gritos de borracho de Julián.

-Sí, sí.

-Lo de los regalos lo debemos dejar para cuando se despierten de su mundo, me parece.

-Sí, me parece que sí-Ángel le siguió la corriente.

-¡VIVA PAPA NOEL! ¡VIVA JESÚS! ¡VIVA LA PACHANGA! ¡VIVAN TODOS!-festejaba sin razón Enzo, que había dejado sus villancicos a un lado.

-¡CÁLLATE UN RATO, ENZO! ¡PAPA NOEL NO EXISTE!-le gritó Julián al más joven, con una furia del tamaño de la Federación de Rusia.

Enzo se puso a llorar ante el comentario de su amigo como nene luego de que no le compraran un Max Steel. Rodrigo y Ángel no emitieron palabra por unos minutos. Sólo veían el mundo arder.

-¿Sabes?-se acercó De Paul a Di María poco a poco, sin que el contrario lo notase-ya que somos los únicos que no estamos borrachos, hay algo que me gustaría hacer.

Rodrigo miraba como un animal salvaje los labios de Ángel.

-¿Qué?-le preguntaba el moreno.

No dijo una sola palabra, sólo agarró fuertemente de las mejillas del rosarino, y lo llevó hacia él, de un segundo a otro. A Di María le sorprendía lo bien que besaba su compañero, pero también le asombraba lo bizarra de la situación, lo agarró de la cintura, y la distancia se hizo nula.

Se separaron de ese apasionado beso, por falta de aire.

-A Luka no le va a gustar esto-susurró Ángel.

-A Tini tampoco-al decir eso Rodrigo, se mordió los besos.

Al más joven le encantaba tal situación, si fuera por él, estaría haciendo eso ahora mismo, por lo que no dudó y siguió con lo que estaban. Di María se deshizo de su remera color gris, y Rodrigo de la suya, eso casi sin despegarse de los besos que se daban el uno al otro.

De pronto, oyeron un ruido detrás de ellos: un carraspeo que los detuvo de inmediato. En principio creyeron que se trataba o de Alexis o de Nahuel, pero los dejó sin palabras la presencia de aquella persona y en ese explícito momento que los incluía a ambos jugadores.

-¡Ay! Perdónanos pero, ¿qué haces vos acá?-habló rápidamente Rodrigo.

En eso, bajaba el Papu con el celular de Julián.

-¡Juliiiii! ¡Te llama Beto, el de Plaza Sésamo!-refiriéndose a Lautaro, claramente-Uy...-dijo al mirar al "extraño" y a Rodrigo muy cerca de Ángel, ambos sin prendas superiores.

El último Mundial - ModríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora