21- Neymar el OKUPA

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—¡Chicos! ¡Vino el tío Neymar!—avisó Rodrigo al grupo de borrachos que estaban en la cocina.

Ángel se puso su remera rápidamente. Enzo, Julián y Alejandro estaban saltando alrededor de Neymar, este estaba confundido a tal especie de "celebración". A los segundos bajaban Alexis y Nahuel, alucinados por la situación y, por parte del Dibu, este estaba apenas despertandose.

—¿Por qué no nos avisaste que venías?—se paró De Paul, aún sin remera.

—Si les dije, pero ninguno respondía—respondió el brasilero, con Enzo y Julián abrazandolo en ambos lados.

De Paul y Di María revisaron el buzón de notificaciones en sus celulares y, como había dicho Neymar, tenían mensajes por parte de él o, mejor dicho, DEMASIADOS mensajes por parte de él.

—Ah... tenes razón—afirmó Ángel, un poco nervioso.

—¿Cómo sabías que estábamos acá?—preguntó Rodrigo.

—Messi me lo dijo, los tiene en la mira.

—Lo sabemos, tiene miedo que descuidemos a estos dos—De Paul le dedicó una mirada a los más jóvenes.

—Cambiando de tema—volvió a hablar el brasilero—miren lo que traje desde Brasil, para que mi llegada no les desagrade tanto—mostró sus bolsas, llenas de snacks y caramelos.

—Lo que me causa intriga es porque no estás festejando navidad con tu familia—cuestionó Alexis.

—Oh, si, problemas familiares, nada más.

—Bueno, vengan a la cocina—ordenó De Paul, yendo al lugar.

—Es más lindo en persona—le dijo Julián a Ángel, hablando del brasilero—un bombón de pies a cabeza.

—Basta, Juli, te estás enamorando de todos, tomate un respiro.

No tomaron más de treinta segundos en ir a la cocina, ahí seguía el portero durmiendo, desparramando saliva y con Rodrigo tratando de despertarlo como si fuera su madre.

—Dale, Emi, despertate, tenemos visita—lo acariciaba por la espalda.

El Dibu abrió sus ojos, y lo primero que vieron estos fue la figura de Neymar que no reconoció y, al instante al verlo, se alarmó y se levantó de golpe.

—¡UN OKUPA! ¡RAJENLO!—fue a buscar una escoba que había dejado al lado de la parrilla.

—¿Qué le pasa?—preguntó Neymar, con un gesto de confusión.

—Ay, no te preocupes—lo tranquilizó Rodrigo—siempre es así cuando se emborracha con Fernet con coca, además, los okupas solo se apropian de lugares deshabitados, ¿y a vos te parece que este cuchitril de alcohólicos anónimos sea un lugar deshabitado?

—Eh...—dudó el brasilero en decir su respuesta—me parece que no...

Di María, por su parte, decidió contestar el mensaje de Luka. Le respondió "Feliz Navidad igualmente. Espero que la estés pasando bien, te mando abrazos". Era más largo y un poco más sofisticado de lo que le había mandado el croata.

El Dibu volvió a la cocina-comedor corriendo con una escoba en la mano, y tratando de echar al brasilero con la misma. Julián, por si fuera poco, estaba embobado con la belleza del diez de Brasil y Enzo, trataba de descifrar qué snacks había traído desde Brasil el visitante.

—¡Ay, Emiliano! ¡Qué irrespetuoso sos! ¿Cómo vas a tratar así a Neymar?—lo retó Rodrigo.

—¿A Neymar? ¡Me hubieran avisado, no lo reconocí!—tiró la escoba, con una sonrisa abierta que se había dibujado en su rostro al oír el nombre—¡cuánto tiempo, flaco!—lo abrazó, siendo correspondido.

—¿Verdad que sí?

En realidad, se vieron por última vez en el cumpleaños de Mbappé, pero ambos estaban tan concentrados en la suya que ni un "hola" intercambiaron, y esa diferencia de días les resultaba enorme.

—♥—

Neymar colocó la bolsa sobre la mesa, y la volteó, cayendo todos los caramelos, galletas, chocolates y snacks sobre el mueble.

—Saquen lo que quieran—dijo el brasilero.

Todos se quedaron sin palabras al ver la cantidad de cosas que había traído. Julián cayó un poco más por Neymar, su corazón se iba despidiendo de Borna y de Antoine.

—Estos son, sin duda, mis favoritos—indicó Neymar, mostrando un paquete de chocolate "Bis" blanco—é uma delícia—habló en su idioma natal, portugués, dejando por deleitado a Julián y refiriéndose a que el chocolate es una delicia.

Los argentinos veían a Julián con una expresión de asco por lo enamoradizo que estaba del brasilero, como si hace unos días no lo estaba de Griezmann o Sosa, a excepción de Enzo, que estaba sumamente concentrado comiendo un chocolate "Talento" de envoltura violeta, y con almendras y pasas de uva en el interior de la barra de chocolate.

—¿Estás soltero?—preguntó de repente Julián, causando que las miradas de asco hacia él cambien a unas sorpresivas. Neymar dió una sonrisa leve y afirmó con la cabeza.

El último Mundial - ModríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora