Capítulo 16: Solo una casualidad.

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Me observé en el espejo varios segundos. Y por décima vez, me pregunté cómo es que un vestido y un par de zapatos podían hacer que me viera así.

Me moví para verme por los lados hasta mi trasero, que también se veía bien. Por último, observé el collar que tenía puesto.

¿Lo usaba o no?, me pregunté. ¿Era buena idea usarlo? No lo creía, pero si no lo usaba que más me iba a poner. Me quejé y lo toqué con mi dedo. La esfera pequeña llegaba justo en medio de mi clavícula.

"¡No!" me dije. No podía usarlo, por mucho que fuera un regalo y todo, no debía usarlo ahora. Lo usaría cuando ya no estuviera casada, pero como lo estaba, no era adecuado. ¿O sí? Era un regalo, y me gustaba, pero no era adecuado, ¡oh rayos!

Pasé los siguientes cinco minutos quitándomelo y regresándolo a su lugar en mi cuello hasta que vi la hora y abandoné la habitación.

Golpeé la puerta de Lena apenas llegué allí. No la había visto en todo el día y se suponía que la cena seria en menos de quince minutos.

Volví a golpear antes de tener una respuesta.

Lena me abrió la puerta y me dio la espalda, la seguí. Al ver que se ponía su chaqueta noté que recién se había terminado de arreglar. Lena me observó a través del espejo que había en la pared mientras arreglaba su cabello.

"Lindo vestido", dijo.

Eso hizo sonrojarme enseguida, no sé si por sus palabras o porque recordé el beso de Ben y me sentí culpable.

"Gracias", murmuré y Lena alzó una ceja.

"¿Y qué estuviste haciendo todo el día?"

"Recorrí la ciudad y fui a un museo".

"¿No ibas a ir a la playa?"

"Iré mañana un rato"  Asintió y al acabar apuntó la puerta.

Caminamos en silencio por el pasillo hasta el ascensor, dentro suspiré.

"¿Qué pasa?", preguntó.

"Nada, solo estoy recordando que debo actuar como una mujer enamorada", la miré "y tú también debes".

Alzó una ceja.

"Si lo pides tan amablemente" me miró un segundo, no, no a mí, a mi cuello. Me tensé enseguida al recordar algo. "Lindo collar".

Miré hacia al frente enseguida y lo tapé torpemente con mi mano. Tenía la impresión de que ese collar le diría lo que había hecho, que un hombre me había besado, solo que esa idea era ridícula. Aun así, me sentí muy incómoda. Me sentía como si hubiera traicionado a mi esposa, lo cual de cierta manera sí había sucedido.

Las puertas del ascensor se abrieron y sentí la mano de Lena en mi espalda. Suspiré suavemente cuando comenzamos a caminar hacia el comedor.

"¿Con quién nos vamos a reunir?", le pregunté para distraerme.

Lena observó alrededor y luego me guió.

"Nos reuniremos con dos hombres; uno de ellos es dueño de una de las empresas de turismo más grande de la zona norte" asentí; "Y el otro es dueño de varias decenas de tiendas pequeñas, vende ropa de mujer" la miré un segundo al oírla, luego negué.

No, no podía ser tanta coincidencia. Me equivoqué.

Cuando llegamos a una mesa observé a dos hombres ponerse de pie al vernos. Uno de ellos, el mayor, tenía el cabello blanco y corto, y unos ojos extremadamente azules. El otro, era mucho más joven.

Ben me observaba fijamente.

"Lena" saludó el hombre mayor y le estrechó la mano.

"Albert ¿Cómo has estado?, déjame presentarte a mi esposa. Kara" dejé de mirar a Ben y observé al hombre, "él es Albert West".

Solo Son Negocios (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora