Capítulo 31: No me gusta ese apodo.

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"Estás nerviosa" aseguró Lena, la miré.

"Ansiosa, hace tiempo que no los veo". No desde que me había dado cuenta de que estaba enamorada de ella. Temía que mis padres se dieran cuenta.

Ella se estacionó fuera de la casa de mis padres y bajamos. Yo más rápido que ella y la miré para que se apresurara, ni siquiera sabía porque la esperaba.

"Ya voy" dijo al verme y llegó a mi lado.

Ya en la puerta toqué y esperé. Mi padre abrió a los segundos.

"¡Papi!" casi grité al verlo y me arrojé a sus brazos.

"¡Ey!" rio él y me abrazó con fuerza.

Suspiré feliz al sentir ese olor que solo él tenía. Olía a hogar, su colonia, incluso un poco a mamá. Y no quería que me liberara, me hacía sentir como una niña y por esos segundos quise tener otra vez diez años y pensar que todos los niños en el mundo eran asquerosos, la vida era más simple en ese entonces.

"Pasa" le dijo a Lena sin dejar de reír y lo miré, acaricio mi cabello, "parece que hace años no te veo".

"Cierto" arrugué mi frente, "me da la impresión de que ha pasado mucho tiempo".

"Bueno, el matrimonio causa eso" volteé mis ojos.

"No esté" aseguré y miré alrededor, "¿Y mamá?"

"Esa sería yo" dijo está saliendo por la puerta de la cocina.

También la abracé enseguida.

Me reí cuando agarró mis mejillas y las piñizco suavemente.

"Mírate, pareces toda una mujer" alcé una ceja.

"¿Antes no lo parecía?"

Miró el techo un segundo.

"Eras una rara mescla entre adolescente vieja y adulto joven" la miré confundida y sonrió.

"Hola señora Zor-El" saludó Lena.

Mi madre se acercó a ella y sorprendiéndonos a todos la abrazó unos segundos. Mi esposa le devolvió el gesto torpemente.

"No me llames así, mi nombre es Alura y eres parte de esta familia así que deja las formalidades". Abrí mi boca ante las palabras de mi madre y miré a papá, él se veía divertido.

"Tiene razón, hay que dejar esas cosas atrás" le dijo papá, "Alura" se apuntó, "Zor-El" lo apuntó a él, "Lena" y me miró a mí, "y ella es supergirl".

Jadeé al oírlo, odiaba ya ese apodo.

"No me digas así".

Lena nos miró confundida.

"¿Supergirl?" preguntó, "¿Como la de esa serie de televisión vieja?"

Me quejé abiertamente ante su comparación.

"Yo no soy un extraterrestre".

Lena alzó una ceja en mi dirección al oírme.

"¿Por qué el apodo?" le preguntó a mi padre.

Él le sonrió y apuntó hacia la sala.

Lo seguimos.

"Ven, sentémonos y te lo contaré". Volví a quejarme y salí de la sala, luego regresé.

"¿Alguien quiere algo para beber?" pregunté de mal humor, casi como una niña pequeña.

Mi padre sonrió al verme y mi madre volteo sus ojos.

"Vamos por unas bebidas" dijo ella y los dejamos solos.

Ya en la cocina refunfuñé mi molesta.

"Cálmate" me dijo ella.

"Le va a contar" me quejé.

"Antes te gustaba el apodo".

"Antes era una niña".

Ella rio y me entregó una bandeja con vasos. Regresamos a la sala, pensé que mi padre ya le habría contado, pero al notar que hablaban de otras cosas arrugué mi frente.

"Entonces" Lena me miró un segundo, "¿de qué va esa historia?"

Entrecerré los ojos y ella sonrió.

"Claro", dijo papá. "El apodo surgió cuando era una niña, tenía seis años y luego de ver un programa en la televisión me persiguió por la casa una semana exigiéndome un apodo", me quejé y tapé mi rostro, "como todas las niñas del programa que veía lo tenían ella quería uno" lo miré por entre mis dedos, sonreía, "así que imagínate" miró a Lena, "no sabía cómo llamarle, ninguno le gustaba porque no tenía relación con su nombre, y un día surgió. Supergirl".

Volteé mis ojos y bebí lentamente.

"Entonces, ¿por qué te molesta?" Lena me miró.

"No lo adivinas" negó con su cabeza. "Me encantaba el apodo, no me gustaba que me llamaran de otra forma, pero cuando cumplí los doce años y alguien hizo lo mismo que tú, compararme, no me siguió gustando, comencé a odiarlo porque se volvió una burla".

Mi madre se rio entre dientes.

"Una vez me llamaron de la escuela" le contó, "para decirme que mi hija de trece años le había roto la nariz a un chico más grande por llamarla así".

Lena soltó una suave carcajada.

"¿En serio?" me preguntó, asentí avergonzada, "¿y la castigaron?" les preguntó a mis padres.

"No" soltó papá, "porque iba a hacer algo así, si yo mismo le he enseñado que si alguien la molesta no debe reaccionar, pero que si lo hace de nuevo solo hay una forma de arreglar las cosas".

"A golpes" soltó mamá irritada.

"No, claro que no" dijo papá, sonreí un poco al ver que se había metido en un problema, "solo le enseñé a defenderse" eso lo dijo con un poco de orgullo.

Negué suavemente y miré a Lena. Ella alzó una ceja en mi dirección.

"Lo raro es que si puedo imaginarte peleando con un niño".

Volteé mis ojos.

"No fue una pelea, ni siquiera llego a tanto" solté un bufido.

"Creo que voy a tener cuidado cerca de ti, sobre todo cuando estas molesta" mis padres se rieron y los ignoré.

"Mejor vamos a comer" dije luego de un rato.

"Sí, señora" soltó Lena y aunque no quise, sonreí.

Una hora después estaba ayudando a mi madre a limpiar, observé a Lena y a mi padre a través de la ventana unos segundos y suspiré. Ambos hablaban animadamente.

"Deja eso o comenzare a preocuparme por ti" miré a mi mamá. "¿Qué tienes en la cabeza?"

"Nada, es solo que..." volví a suspirar y terminé.

Me senté en una silla. Mi madre se sentó frente a mí mientras cortaba una manzana en rodajas.

"Esto no se ve como nada" miré alrededor.

No podía decirle que estaba enamorada de mi esposa, se iba a preocupar, pero mentirle a ella, era lo mismo que mentirle a un agente de la CIA entrenado.

"Me estoy acostumbrando a ella" solté al fin.

Arrugó su frente.

"¿Qué tan acostumbrada?"

Negué con mi cabeza.

"No como piensas" la miré a los ojos, "pero sé que me costara un poco pasar por el divorcio y todo eso".

Entrecerró los ojos.

"Pero sabes que va a suceder, ¿cierto?" asentí. Ella tomó mi mano sobre la mesa. "Tiene que terminar hija, esto es una mentira, una gran farsa con fecha límite, algo que comienza así no llevara a nada bueno".

La miré unos segundos y asentí.

"Lo sé" susurré.

Claro que lo sabía, hoy más que ayer, y solo esperaba que mañana no fuera peor.
  
  
  
  
  
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Solo Son Negocios (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora