Capítulo 21: Nuevo miembro en la familia.

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"Quiero un perro", le dije a Lena un día luego de desayunar.

De la cena con mis padres había pasado casi una semana. Por extrañas coincidencias Lena y yo comenzamos a vernos en los desayunos y cenas, tanto porque me levantaba a la misma hora que ella y Lena llegaba más temprano a su casa.

No sabía que había generado este cambio, quizás por fin había aceptado que tenía a otra persona allí.

Lena detuvo su cuchara a medio camino al oírme y me estudió. La idea había surgido de la nada, o más bien de un comercial que había visto en la televisión, pero en resumen me sentía sola allí y aburrida, un perro podía solucionar el asunto, un poco.

"No" siguió comiendo.

"Quiero un perro" insistí.

Me ignoró.

"Llevo más de dos meses aquí y me aburro" dije, siguió ignorándome. "Pagaré todo con mi dinero", me miró y terminó de comer, se limpió la boca con la servilleta.

"No" dijo y se puso de pie.

"Esta casa es inmensa", la seguí por el lugar, "qué mal puede hacer".

"Dejan pelo, ensucian, babean, no quiero un perro en mi casa, sabes lo que le hará a mi patio".

Negué con mi cabeza y Lena se detuvo para recoger su maletín.

"¿Qué quieres a cambio?" cambie de táctica y me estudio.

"No hay nada que puedas darme".

"Y si te aseguro que yo limpiaré todo lo que ensucie, lo sacaré a pasear, será mi responsabilidad y tú nunca tendrás que hacer nada por el", la seguí por el pasillo hacia el garaje, "piensa que solo lo aguantarás un tiempo, luego me lo llevaré".

Lena se detuvo al lado de su automóvil y me observó.

"Mira" le dije más seria, "podemos hacer esto fácil o difícil, yo quiero un perro y no me voy a rendir".

Alzó una ceja.

"Me voy" dijo.

Entró al vehículo.

"Cuídate querida", le dije sonriendo con dulzura, me miró enseguida, "te llamaré a la oficina".

Abrió la boca, pero antes de que pudiera decir algo me giré y entré a la casa. No me conocía si creía que me rendiría tan fácilmente.

Esperé exactamente el medio día para llamarla a su celular, contestó al segundo toque.

"Sí".

"Hola, ¿estás ocupada?" suspiró.

"No ahora"

"¿En serio?", pregunté mirando la televisión.

"Sí, ¿por qué?"

"Porque va a comenzar el primer asalto".

"¿Qué?" soltó y colgué.

Sonreí mientras cambiaba de canal. Diez minutos después volví a llamarla.

"Así que el primer asalto" dijo enseguida.

"Sí, esto se llama joder la paciencia".

"Cariño estas en alta voz en una reunión con algunos socios".

Me sonrojé enseguida e intenté pensar en algo que decir.

"Buenas tardes caballeros" dije como si nada.

Mierda, mierda, mierda, pensé.

"Buenas tardes" dijeron en coro.

"Lamento la interrupción" me disculpé, "cariño, te llamaré más tarde".

Solo Son Negocios (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora