Capítulo 43 : Jugando a ser uno.

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Besé a Lena lentamente, tomándome el tiempo que quise. Ella me dejó hacer y respondió igual que yo, solo sintiendo, jugando. Exploré sus labios con los míos y los recorrí con mi lengua. Me alejé un poco cuando sentí sus dedos en mi cabello y su mano en mi espalda. Volví a besarla suavemente, dulcemente y me permití por esa vez creer que esto iba más allá.

Me estremecí al imaginar que quizás sentía algo por mí, tanto por mi deseo, como por el miedo de que no fuera así.

Preferí concentrarme en lo que hacía así que seguí el contorno de su mandíbula, su cuello y su pecho. Me senté sobre su sexo que ya estaba despierto y lo acaricié con el mío, con un movimiento de mi cadera. Lena gruñó y detuvo el bamboleo. Aun así, continué acariciándonos suavemente. Lena suspiró al sentirme y se levantó hasta que tuve su boca contra la mía.

Nos besamos unos minutos, mis dedos recorrieron su cabello negro y suave, su cuello y sus hombros. La sentí imitarme, solo que sus manos bajaron por mi espalda, sus dedos hicieron círculos en mi espina, mandando estremecimientos de placer al resto de mi cuerpo. Continuo más abajo, hasta que agarró mi trasero y lo apretó. Mordí su mentón con cuidado un segundo antes de empujarla de vuelta a la cama. Luego, lentamente, la llevé dentro de mi cuerpo, saboreando esa primera intromisión, sintiendo como mi cuerpo se adaptaba a ella.

Me gustaba tanto tenerla así, sentirla dentro de mí, por esos primeros segundos podía creer que era parte de mí, que éramos una sola persona. Podía imaginar cientos de cosas en unos cuantos segundos, cada una de ellas increíbles e imposibles, muy bellas y sobre todo dolorosas.

Me moví para sacarla de mi cuerpo y volví a llevarla dentro de mí. Lo hice de nuevo simplemente para observar ese proceso, ese hecho sorprendida. Nunca había podido imaginar que era lo que les gustaba a las personas de esto, de observar este simple suceso, jamás había podido llegar a dimensionar el erotismo de esta acción, como me hacía sentir, lo que me hacía desear.

Y era aún mejor cuando la escuchaba, gemir.

Observé a Lena mientras me movía. Oí su voz llamarme, jadear mi nombre. Y cuando me observó, cuando sus ojos, esos ojos que me recordaban tanto a un bosque, a uno inmenso y sin fin, noté que estaban sólidos y oscuros, gemí.

Lena me observó montarla, acaricio la piel de mis muslos mientras lo hacía y subió con sus dedos hasta mi cadera. Me incliné hacia ella al segundo que el se levantaba.

Unimos nuestras bocas con suavidad, con dulzura. Lena se recostó y me llevó con ella, inclinándome más hacia su cuerpo. Gemí contra sus labios y Lena me imitó. Continué moviéndome contra su cuerpo y como ella, sujete su rostro. Solo soporté unos minutos ese lento vaivén. Por todo lo sucedido en la noche estaba más que sensible, más que lista. Por eso me alejé de su dulce boca y apoyé mis manos en su pecho, luego empujé con más fuerza, con más velocidad.

Ambas gemimos ante ese acto, yo solo pude arquear mi espalda y jadear. Lena tocó mis manos y la miré. Sentí su corazón golpear rápidamente contra su pecho. Lena tomó una de mis manos y entrelacé mis dedos con los suyos. Gemí cuando su otra mano tocó uno de mis pechos para acariciar mi pezón. No pude soportarlo más.

Al final, me incliné hacia ella y llevé su mano junto con la mía sobre su cabeza, apreté los dedos en el colchón para sujetarla y empujé más profundo, más rápido. Lena tocó mi cadera, pero no me apresuró, solo movió sus dedos más arriba, hasta que llegó a mi cabeza y me llevó contra su boca. Fue ella quien se alejó para respirar mejor. Jadeando la vi abrir su boca, cerrar los ojos y gemir.

Lena empujó hacia arriba, tan desesperada como yo.

Miles de pensamientos rondaron mi cabeza al verla así, tuve que apretar los labios para evitar que una de ellas escapara de mi boca. No quería decirlo de nuevo, no podía, me daba miedo y un poco de vergüenza. Que lo supiera era lo suficientemente malo ya.

Solo Son Negocios (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora