Su amenaza surtió efecto, soñé con él, con que el mundo había sido destruido y solo quedábamos vivos Romeo y yo. Había acabado con mis hermanos, con mis amigos, y con Jungkook, y yo tenía que pasar la eternidad con su asesino. Me desperté con un sudor frío que bañaba mi cuerpo. Hasta me alegré de la realidad que me había tocado vivir. Era la peor pesadilla que había tenido nunca.
Desde esa noche su actitud cambió, creo que hasta entonces solo me veía como una posesión de la que presumir, pero a partir de entonces me empezó a prestar más atención, como si se hubiera dado cuenta de que no solo era un símbolo, sino un juguete con el que entretenerse, porque me negaba a pensar que me viera como una persona, no podía ser que existiera un ser como él que tratara sin ninguna empatía a sus semejantes. Era demasiado cruel.
Si antes me costaba estar en su presencia, con su nueva actitud era mucho más difícil.
—¿Quieres algo para ti?
Era de noche, cuando yo iba a levantarme después de cenar, pero me detuve ante su ofrecimiento. Él estaba tomando su habitual vaso de whisky, y por primera vez me invitaba a uno.
—No, gracias —dije ya casi saliendo por la puerta, pero no me lo iba a poner tan fácil.
—¿Por qué tienes tanta prisa? Quédate conmigo —su voz sonaba demasiado melosa para salir de él.
No podía decir que no. Me volví a sentar en esa silla que cada día me parecía más incómoda.
—¿Qué te gusta?, ¿ron?, ¿licor de frutas? —insistía.
—No bebo alcohol —respondí.
—Mentirosa —me asusté por el modo en el que lo dijo, suave e intenso —Te puedes emborrachar con el líder de Los Chicos pero no conmigo.
—¿Cómo lo sabes? —dije sin pensar, sorprendida.
—Yo lo sé todo, preciosa.
Se apoyó en la mesa, acercándose más a mí. Yo me intenté echar hacia atrás, para poner espacio entre nosotros, pero el respaldo me lo impedía.
Me puso su vaso frente a mí.
—Bebe —no era un ofrecimiento, era una orden.
Su mirada era demasiado intensa, le hice caso.
A pesar de no tomar todo el contenido, cogió la botella que estaba junto a él, y lo llenó hasta la mitad.
—Bebe —repitió.
—No quiero beber más.
Temía más lo que me podía ocurrir si me emborrachaba, que por negarme a su capricho. Si ya de por si no podía ejercer mucha resistencia ante un hombre bastante más corpulento que yo, si acababa demasiado mareada, o incluso inconsciente, sería mucho más vulnerable. No quería ponerme en esa situación.
Cogió el vaso y lo volvió a dejar sobre la mesa con fuerza, parte del líquido salpicó.
—¿Por qué sí en un antro de mala muerte pero no conmigo? —se levantó de la mesa enfurecido —¿Puedes decirme la verdad por una vez?
—¿La verdad? —la rabia subía por mi garganta, ¿cómo se atrevía aquel imbécil a pedirme la verdad? Como si le importara lo más mínimo algo de mí —La verdad es que no me fío de ti.
Se me quedó mirando unos segundos. Aguanté la respiración, hacía mucho que no le desafiaba, volvía a sentir como la sangre corría por mis venas, me sentía viva y no una linda y silenciosa muñeca de porcelana, pero mi arrebato podía traer consecuencias. Cuando comenzó a reír podía parecer que se relajaba, pero me dio todavía más miedo.
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La última apuesta (Trilogía Póker: 3) [Terminada]
FanfictionCada vez que la vida de Alice parece encauzarse, una nueva traición se cruza en su camino, pero ya está harta, si la casa de cartas se vuelve a desmoronar, será ella quien la vuelva a reconstruir. ♥ ♦ ♣ ♠ Tercera parte de House of Cards. ♥ Historia...