—Te quiero —su voz, aquella voz que podía ser sensual, amorosa, excitante, entró por mis oídos y el resto del mundo quedó en silencio.
Aquellas dos palabras se asentaron en mi cerebro, no había más pensamiento que aquel.
El mundo daba vueltas, aquellos sentimientos tan fuertes mareaban. Uní mi frente a la suya. Puse mi mano sobre su corazón que latía tan rápido, un corazón que me amaba con sinceridad. Y comencé a llorar.
—Yo...
Debía responderle, debía decir algo, pero no podía hablar. Aquel amor me atenazaba por dentro, me ahogaba.
—Lo sé —dijo él.
Las lágrimas cada vez caían con más ganas.
—No puedo, Tae, no puedo.
Nuestras frentes seguían unidas, mi mano seguía en su pecho.
—Lo sé —repitió él.
El torrente seguía cayendo, mojaba mis mejillas, rodaban hasta precipitarse de mi rostro.
—Lo quiero tanto, tanto.
Los sentimientos que me mataban no eran los que tenía hacia el hombre ante mí, sino hacia Jungkook, un hombre que cuando más lo había necesitado me había arrojado a los leones por su propio interés. ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué no podía Jungkook amarme como me amaba Taehyung? Dolía demasiado.
El ese momento un sollozo me sacudió. Tae me abrazó, me llevó hasta su pecho, me aferré a su cuerpo y me rompí, dejé que aquel dolor escapara.
—Lo sé, pequeña, lo sé.
Mis puños se aferraban a su camisa, mientras me apretaba contra él con fuerza y acariciaba mi cabello. Sus labios al final me alcanzaron, pero fue un beso de cariño en la cabeza.
Me sentía querida, protegida.
Solté aquel dolor que por tanto tiempo quise aguantar, aquel que no podía tener si quería ser fuerte, pero que no podía simplemente dejarlo al fondo de mi corazón porque estaba llenándolo de pesar, estaba colmando su interior con lágrimas de pena que ahora desbordaban.
Con sus caricias, con su comprensión, poco a poco, el llanto remitió.
—Lo siento —pude decir cuando conseguí separarme de su pecho.
—No digas eso, nunca te arrepientas de amar.
Tenía la cabeza baja, avergonzada por la explosión de sentimientos. Él puso sus dedos bajo mi barbilla y la levantó para conseguir mirarme a los ojos, unos que seguramente estaban rojos y cansados.
Me limpió la cara con delicadeza.
—Lo siento —repetí.
—Te he dicho que no...
—Siento no poder corresponderte.
Sus dedos se detuvieron por mi declaración, un segundo después retomó su trabajo de quitar de mi rostro los restos de mi tristeza.
—Es algo que ya sabía, pero no quería admitir —no me miraba mientras hablaba, pero no dejaba de tocarme —Cometí demasiados errores desde el momento en que te conocí, demasiados.
—Parece un siglo —pensé en voz alta.
—Al principio no quise reconocer que estaba sintiendo algo por ti —continuaba —Era extraño, me pareció que entre nosotros había una química especial.
—No te equivocas, la hubo.
Un instante, tan solo un instante, nuestros ojos se cruzaron y nos reconocimos en el otro.
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La última apuesta (Trilogía Póker: 3) [Terminada]
FanficCada vez que la vida de Alice parece encauzarse, una nueva traición se cruza en su camino, pero ya está harta, si la casa de cartas se vuelve a desmoronar, será ella quien la vuelva a reconstruir. ♥ ♦ ♣ ♠ Tercera parte de House of Cards. ♥ Historia...