𝟐. 𝐋𝐚 𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞 𝐲 𝐞𝐥 𝐝í𝐚

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- Bueno... Eris- La chica rubia seguía hablando mientras su voz solo había sido eco en mi cabeza- Yo soy Enid, y esta es Miércoles- Se presentaron cuando mi vista se enfocó en ellas.

- Encantada- Contesté en voz baja por pura cortesía.

- Ven- La chica rubia tomó mi mano y comenzamos a correr, o más bien yo me arrastraba mientras ella corría y me hablaba de cotilleos, clases sociales, redes sociales... En fin, supongo que en relación a un instituto promedio, la única característica que tenía Nevermore, era que los alumnos eran fenómenos, y que podría despertarme perfectamente un día con una mordedura de vampiro. Aunque no sé si eso en la vida real lo hacen por alimentarse o es un rollo sexual.

- ...Ay, y te busqué por redes sociales pero encontré muy poco sobre tí, solo...- Qué pena que lo poco que escuché de la chica arcoiris fuera interrumpido por un chico con la cabeza tapada.

- Oye, Enid, no te lo vas a creer, he oído que la nueva...

- Cállate ya Ajax, a nadie le interesan tus rumores falsos con las alumnas nuevas- La chica de negro habló por primera vez desde que la había visto.

El chico se fue y la chica arcoíris rió vagamente- Miércoles también es casi nueva, y su primer día pasó algo similar.

Yo ignoré lo que decían y seguí caminando por mi cuenta notando que me seguían hasta alcanzarme y seguir con el tour, hasta finalmente llegar a mi cuarto.

- Tu compañera de cuarto llegará enseguida, nosotras vivimos cerca de aquí, en la habitación al final del pasillo- Indicó la chica rubia mirando mi expresión frente a la cristalera que dejaba entrar totalmente la luz de la luna.

Yo me giré y coloqué mis cosas encima de la cama libre- Gracias.

- Ha sido un placer- Dijo la rubia- Bienvenida a Ophelia Hall. Si necesitas los que sea, llámanos a la puerta, recuerda Enid y Miércoles, para lo que necesites-

Estaban a punto de cerrar la puerta, pero- ¡Tengo una pregunta!- Grité antes de que se fueran, la chica de Nombre Miércoles arqueó una ceja- ¿hay alguna sala de arte o lugar para pintar?

- Oh, por supuesto, está junto a la biblioteca, en el edificio principal, tienes todo tipo de materiales allá.

- Gracias de nuevo- Ellas se despidieron y no tardé en quedarme sola, en un cuarto totalmente vacío.

Comencé a vaciar mis maletas, y llenar mi cuarto con los dibujos que hacía y las fotografías que tomaba. Era un pasatiempo que adoraba, y que me ayudaba a calmarme. supongo que cuando pintaba tenía las manos demasiado ocupadas como para recalcar las media lunas de mis palmas.

Al terminar, me vestí con el uniforme de la academia, tomé mi bolsa con mis pinturas propias y me dirigí a donde me dijeron que se encontraba la sala de arte.

Sabía que debería descansar para mis clases, pero la única forma en que mi mente descansaba era con la soledad y el óleo.

La sala era preciosa, llena de ventanales y mesas de madera oscura sobre las que había cajas con toda clase de materiales. Yo me senté en una de esas mesas, casualmente la única garabateada y algo sucia, posé ahí mi cuaderno y comencé a pintar.

Mientras tanto, sentía que de mi cabeza desaparecían mis padres, las chicas de mi anterior instituto, las marcas de mis manos, mi tía, el recuerdo borroso y mis desmayos...

Al menos hasta que me sentí lo bastante observada como pra levantar la cabeza y cruzarme unos ojos azules.

- ¿Qué quieres?- Pregunté neutral

- Oh, na-nada, es que suelo sentarme ahí- El chico hablaba seguro y a la vez, extrañado- No suele haber mucha gente por aquí.

- ¿Y yo qué tengo que ver en eso?- Me fijé en que él llevaba un sketchbook en su mano, y de esta brotaba un pequeño hilo de sangre- Esto... Se te van a manchar los dibujos- Por si nadie se dió cuenta antes, mis habilidades sociales son bastante nulas.

Me levanté tomando un pañuelo que iba a usar para difuminar y se lo dí para que este absorbiera la sangre- Ya está-

El chico parecía ser bastante lento, reaccionaba tarde a todo. Yo volví al sitio, y él en silencio se sentó a mi lado, y abrió su libro para comenzar a dibujar.

No pude evitar fijarme en que tenía un boceto de una persona en la página de al lado.

- ¿Miércoles sabe que tienes el cuaderno lleno de dibujos suyos?- Pregunté mientras yo seguía pintando, dejándolo aún más callado. En mi cabeza escuchaba su pulso alterado- Disimula un poco más, hace a penas cuatro horas que estoy en esta academia y eres lo bastante predecible como para saber que te gusta esa chica. No te juzgo, pero al menos disimula.

- Vaya primera impresión...

- ¿De mí o de tí?

- De ambos- Contestó él haciendo que ambos riéramos a la vez. La primera vez que reía en mucho tiempo- ¿Y qué tal tu primera impresión de Nevermore?

- He estado en sitios peores- Contesté recordando vagamente el fuego, y dándome cuenta de que volvía a apretar los puños. Escondí mis manos rápidamente bajo el escritorio- Oye creo que debería irme

Me levanté corriendo y salí de la habitación llevándome mis pinturas y caminando cada vez más rápido hasta regresar a mi cuarto.

Me tiré de cabeza a la cama, mirando al techo.

-¡Mierda me he dejado el cuaderno!

𝐋𝐚𝐬 𝐛𝐫𝐮𝐣𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫𝐦𝐨𝐫𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora