𝟑𝟏. 𝐋𝐚𝐬 𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞 𝐦𝐚𝐫𝐚𝐯𝐢𝐥𝐥𝐚𝐬

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La mañana siguiente fue bastante cansada. Honestamente llegué a pensar que tenía una especie de fe ciega por la Señorita Laveau, no sabía muy bien si era su forma de hablar, su presencia imponente, o su intuición. Pero confiaba demasiado en ella.

Estuve desde las 7 de la mañana haciendo ejercicios físicos. Desde correr hasta ir a un lago y nadar, a pesar del frío, a pesar de que sentía que tenía una entrenadora personal más que una maestra.

Al terminar, me dejó una pausa para ir a comer, y al volver, su estudio estaba lleno de libros de historia de la brujería.

- Si vas a potenciar tus habilidades necesitas conocer tu cuerpo y tu alma, saber sobre tus iguales y la naturaleza, además de ser lo bastante fuerte físicamente como para soportar la energía que necesitas para cada hechizo- Creo que no escuché tantas veces en un día esa misma frase.

Aquel día llegué a casa casi arrastrándome. Estaba agotada, y todavía me faltaba por leer un manuscrito gigantesco llamado ''El grimorio egipcio''. Cosa estaba preocupado y algo extrañado de lo que mee ocurría, pero al menos sabía que estaba consiguiendo aquello por lo que había emprendido este viaje, así que no hacía más que recibirme con una sopa caliente y una manta térmica listas. Era muy buen amigo.

Mi segundo día con Aretha Laveau fue igual de intenso que el anterior, solo que cambiamos los libros por hechizos básicos, aunque a pesar de ser tan solo telekinesis y control mental como para levantar objetos, me costó demasiado.

- Es como te dije- Ella me miraba mientras elevaba con facilidad una tetera de porcelana y me servía el té- Estás tan acostumbrada a hechizos de sangre y de oración que la magia más fácil te cuesta dominarla.

- ¿Qué hay de malo en los hechizos de oración?

- Son poco prácticos, solo sabes lo que haces si dices lo que quieres en latín y te concentras, en cambio, con esto tan solo tendrás que pensar en lo que quieres y conseguirlo, tendrás acceso a mucho más...-

Comprendía lo que decía, pero no estaba segura de si realmente lo compartía. Era mil veces más fácil decir una frase que usar el control mental para todo. Aunque, si algo es cierto, tendría más acceso a hechizos mil veces más complicados, y dominaría aún más mi magia.

Después de unas 4 horas de romper tazas al levantarlas, invocar dos entidades de las que luego tuvo que deshacerse Aretha, y varios intentos fallidos de pociones curativas, me pidió que volviera mañana para seguir intentándolo. Aunque su desesperación era notable, yo seguía sin saber cómo es que me ayudaba.

Al llegar a casa, a pesar del cansancio y de lo cao que me dejó la comida caliente que preparó cosa, no pude irme a dormir, tenía que seguir practicando si quería progresar como para descubrir los secretos de Roxanne y dominar más mi magia, de lo contrario, si realmente había una nueva amenaza, no podría tener ni una sola oportunidad.

Estuve toda la noche en el salón de la casa, congelada por la falta de calefacción y muerta de sueño. Hasta que, por fin cuando se acercaba el amanecer, comencé a poder trabajar correctamente con la telekinesis, conseguí levantar hasta un sillón viejo y bastante pesado.

La emoción y la falta de sueño me hicieron probar a mover diferentes cosas. Luego, preparé pociones curativas como práctica. Me hice una raja en la palma de la mano y probé ungüentos hasta crear uno que curase todo sin dejar un solo rastro de sangre o herida. Y cuando por fin lo tuve todo controlado, me vestí para ir de nuevo con Aretha.

Aquel día dijo que me enseñaría a teletransportarme, lo cual me aterraba bastante, porque sabía que una sola equivocación me haría acabar atravesada por una valla de metal o en una dimensión paralela.

- La meditación es crucial, Eris- Ella se sentaba en posición india en el suelo con ojos cerrados- Debes controlar lo bastante tu alma como para saber dónde quieres ir, y luego, concentrar tu energía en el desplazamiento de tu cuerpo- Tras decir eso, se levantó chasqueó y acabó al fondo de la sala- Ahora tú-

Me levanté algo temblorosa, me concentré, y la imité. Acabé al lado suya, pero cayendo violentamente.

- ¡Tienes que tener seguridad niña, si no tienes seguridad tu magia se esfuma!- Me regañó mientras yo me recomponía- Escucha, tiene que entrar de una vez en tu cabeza que eres una mujer poderosa, y que con tu magia y tu esencia puedes hacer más cosas de las que imaginas, pero la confianza en tí, es lo que determina si en una batalla, ganas o pierdes ¿Entiendes?-

Asentí y me volví a posicionar.

- Otra vez- Sentenció.

Yo volví a concentrarme, esta vez, sintiendo que adentro de mí había un pacto conmigo misma, en mi cabeza se produjo una recopilación que todos aquellos momentos en los que me había sentido poderosa, y un cosquilleo recorrió cada fibra de mi cuerpo. Entonces chasqueé los dedos.

Acabé donde antes, de pie, perfectamente frente a Aretha. Esta me miró con satisfacción.

- ¿Ves? Eso normalmente suele salir bien a la de 50 veces, y a tí te ha salido bien la segunda vez- Estrechó mi mano y comenzamos a reír.

El resto de la semana fue más práctica y ejercicio, conseguí convocar correctamente, transportarme con soltura, volar y controlar la gravedad de los objetos... Aprendí alquimia, un poco de nigromancia y gran cantidad de artes adivinatorias hasta llegar a casa el domingo recibiendo con ello, una llamada de los Addams.

'' ¿Cómo vas querida brujita?'' El señor Addams me trataba como si me hubiera convertido en su hija.

-Esta búsqueda está siendo un éxito, muchas gracias por todo

'' Estamos muy contentos por tí, Eris'' Morticia siempre hablaba con esa dulzura y sensualidad que la caracterizaba.

''Llamábamos para decirte que mañana volverán las clases, y queríamos saber si al final llegarías a tiempo o necesitarías algún tipo de justificante...''

Lo había olvidado por completo. Sentía que llevaba aquí como dos meses, y en realidad, se habían acabado mis vacaciones, y aunque estaba preparada y había mejorado mi magia, necesitaba conseguir respuestas, necesitaba, tal vez unos días más.

- Les agradecería si podrían notificar mi llegada unos días más tarde, no necesitaré más de cuarto o quizás cinco días lo prometo.

''Si eso es lo que necesitas y deseas, así será'' Morticia habló haciéndome sentir más calmada. No había caído en cuánto tiempo llevaba fuera.

'' Que pases buena semana querida'' El padre de Miércoles se despidió de mí mientras yo les deseé lo mismo para acabar colgándoles y cayendo de lleno en el sofá.

Me tumbé mirando la puerta de la entrada de la mansión. Entonces observé una carta debajo de la puerta, que tomé extrañada.

 Entonces observé una carta debajo de la puerta, que tomé extrañada

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Esta situación era cada vez más extraña. Ni siquiera sabía quien era ''L'', pero al parecer, alguna de estas pruebas me revelaría lo que necesito saber. Además me habían dado el día libre, así que, por qué no prepararme.

𝐋𝐚𝐬 𝐛𝐫𝐮𝐣𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫𝐦𝐨𝐫𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora