𝟑𝟓. 𝐄𝐥 𝐩𝐮𝐥𝐬𝐨 𝐝é𝐛𝐢𝐥

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Roxanne corría por el bosque perdiéndose en la oscuridad, rezando porque nadie más la hubiera visto. Esperando a llegar a su destino. El centro del bosque.

Ella se vió sola ante los árboles y sus sonidos. Sentí frío, y al parecer, ella también.

- ¿Qué haces aquí?- Una voz femenina y enfadada hizo que Roxanne temblara levemente.

- Me iré de la ciudad

- ¿Ahora que pierdes a tu amiga el resto valemos tan poco que nos abandonas?- De entre las sombras salieron tres brujas encapuchadas. No veía sus caras, solo sabía que una de ellas tenía un cabello muy largo y rubio platinado.

- He acabado con quien os mató a prácticamente todas. He frenado a Joseph Crackstone- Sentenció Roxanne, haciendo que las tres brujas dieran un paso atrás- He derramado la sangre de un ser querido por un aquelarre al que ni si quiera pertenezco, y ahora me iré

- No lo has hecho por nosotras Roxanne- Dijo la rubia- Lo has hecho por tí, o quizás pensando en Goody, pero eso no te hace más merecedora de nuestro respeto.

- Solo eres una burguesa con la vida fácil que decidió meterse donde no debía- Dijo otra de las encapuchadas, esta tenía el cabello negro como el tizón.

Roxanne no mostró miedo, de las tres solo parecía haber una cuyo silencio mostraba estar a favor de ella. Respiró profundo.

- Nunca conseguiré que me aceptéis, fuera o no de mi condición social, pero ese problema no es mío. Ya no- Tras decir eso, se teletransportó a través de un chasquido. Y yo acabé donde ella.

A partir de ahí todo fueron flashes. Roxanne había descubierto por Goody Addams el secreto de la inmortalidad, y sus primeros pasos en ese mundo fueron algo decadentes. El poder a menudo ciega a las personas, y las lleva a límites que la mortalidad nunca llegaría a probar.

Y así fueron sus pasos hasta caer enamorada de nuevo. Esta vez, de un banquero. Tuvieron un hijo, y al nacer éste, Roxanne se planteó dejar para siempre su ritual para ser inmortal y acabar con su vida como bruja.

Pero fue entonces cuando un accidente de tráfico acabó con la vida de su marido y su hijo, dejando que solo sobreviviera ella.

Supo en ese momento que las brujas de Jericho habían maldecido su existencia con la soledad, y que todo descendiente de su sangre acarrearía esa maldición.

- La falta de amor es peor que cualquier muerte- Susurró Roxanne, quien cambió su nombre hasta borrar en la memoria el original.

Ella continuó con su inmortalidad, poco a poco perdiendo la esperanza de buscar una cura para su maldición. Nos transportamos a los años en que Roxanne fue niñera de Gretchen, los años de la guerra, una guerra que asoló el mundo y lo dejó de luto.

Roxanne decidió marcharse de la casa de la señorita Jones y fundar poco a poco una familia. Tuvo tres hijas, como dijo la Señora Jones cuando fuí a su casa.

Me pareció curioso el hecho de que a cada una de las tres le ofreciera una virtud diferente; bondad, belleza e inteligencia. Virtudes que convergerían entre ambas, pero de las que predominaría una principalmente.

La primera hija nació en los bellos años 60, y la llamaron Briseida, ella era la buena, heredó unos ojos ámbar de su padre y un cabello oscuro de su madre. Sin embargo Roxanne no pudo hacer nada contra la maldición y la niña murió ahogada en un lago; su inexplicable fallecimiento provocó una tristeza irrefrenable en Roxanne, quien tardó en tener a su segunda hija, Maeve, la más bella.

Maeve era morena como su padre, con los ojos azules de su madre. Había algo en ella que me resultaba llamativo, noo lo sabía muy bien, pero extrañamente sentí como si la recordara. Ella por suerte para Roxanne, no falleció, de hecho, cuatro años más tarde tuvo otra hija...Minerva.

𝐋𝐚𝐬 𝐛𝐫𝐮𝐣𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫𝐦𝐨𝐫𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora