𝟏𝟓. 𝐏é𝐭𝐚𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐫𝐨𝐬𝐚

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La celda se cerraba con su fuerte sonido metálico mientras el sheriff apuntaba nuestros nombres y se preguntaba por qué Miércoles y yo siempre acabábamos en el hospital o en comisaría.

Xavier y yo habíamos sido encerrados en la celda con el padre de Miércoles, mientras Morticia y Miércoles estaban en la celda de al lado, mientras tanto sus padres reaccionaban pegajosos.

- Voy a perder la cordura- Sentenció la chica de trenzas.

Yo miré alrededor de la sala hasta encontrar una cámara de seguridad y un micro ocultos.

- ¿Qué viste Eris?- Intervino Morticia rompiendo el silencio.

Yo me mantuve callada y me hice espacio para decir dos palabras en latín y chasquear los dedos. Enseguida aparecí afuera de la celda y destruí la cámara y el micrófono- Por si acaso-

La familia sonrió ante la escena y Xavier me miró igual.

- Vi lo que pasó, sé que fue Morticia quién lo mató, pero hubo algo más...- La madre de Miércoles se pegó aún más a la celda y me miró como si la fuera a juzgar por lo que fuera- Había un frasco con un líquido azul, él lo tomó antes de conseguir desarmar a Gómez y murió para cuando le clavaste la espada.

- ¿Sabrías decir qué era?- Preguntó Gómez, el padre de Miércoles.

Yo negué con la cabeza- Lamentablemente no sé si puedo ayudar más, el sheriff nos dejara libres a todos excepto a Gómez, por lo que descubrir qué era el veneno y tomar pruebas es una tarea a parte.

- ¿No podría haber alguna forma de mostrar lo que viste a la gente a modo de prueba?- La pregunta de Morticia hizo que inevitablemente me echaste a temblar. Miré mi mano vendada tras haber despertado por el dolor que me hizo Xavier.

- ¿Hay algo más, verdad?- Miércoles habló por fin.

Yo me mantuve callada, sin saber qué decir, lo que había visto durante mi visión había sido francamente aterrador. Y la familia y Xavier parecieron notarlo en mi expresión.

- No sabría decirlo, pero no creo que pueda, lo siento mucho- A pesar de haber sido de poca ayuda, la familia pareció comprenderlo, y volví a teletransportarme adentro de la celda.

El sheriff no tardó en llegar y liberarnos a todos menos a Gómez, una vez fuera de la comisaría, Morticia se acercó a mí.

- Has hecho mucho por nosotros Eris, te lo agradezco con mi alma, tu familia debe estar orgullosa- Miré al suelo evitando sus ojos negros- ¿Qué pasa?

- Es adoptada y sus padres son ausentes, es complicado- Dijo Miércoles.

Yo ignoré sus palabras y las caras de lástima que echaron sus padres.

- ¿Puedo ayudar en algo más?- Dije preguntando a Miércoles y Morticia.

- Ahora mismo nos encargamos nosotras, pero te llamaré si necesitamos algo más- Contestó la chica de trenzas, y alargó su mano para estrecharla en un incomodo y extraño gesto de cariño.

Antes de comenzar a caminar de vuelta a la academia Xavier y yo, me giré para mirar de nuevo a las dos Addams- Suerte - ambas asintieron como respuesta mientras las perdí en la bruma.

Llegué a mi habitación bastante cansada, había sido un día agotador y todavía no habían dado ni las seis de la tarde. Me cambié para ponerme una falda azul y un cárdigan blanco y me preparé una taza de té para leer y estudiar más hechizos. Entonces llamaron de nuevo a la puerta.

- ¿Xavier?- Arqueé una ceja al ver al chico, sonreía de lado y tenía un brillo raro en los ojos.

- No quería que terminas es el día de las familias sola- Dijo sacándome una sonrisa. Se veía tierno- Ven-

Sin que me diera tiempo de reaccionar me tomó de la mano y corrimos por el pasillo hasta llegar a su hall, donde abrió la puerta de su habitación espectante.
Había limpiado, preparó la mesa de su escritorio y le puso un mantel color vino tinto. Había palomitas en el centro de la mesa y zumo de uva en dos tazas de té. No pude evitar reír y sorprenderme ante ese gesto.

- ¿Has hecho tú todo esto?- Me moví por la habitación para darme cuenta de que también había decorado su habitación con dibujos de orquídeas fantasma y flores.

- Como te dije, no quiero que vuelvas a sentirte sola, y sé que si ambos pasamos este día juntos sería más ameno- Él movió una silla indicando que me sentase para luego sentarse frente a mí.

- Eres increíble- Dije riendo sin dejar de contemplar la habitación.

- Tu también- Contestó el mirándome a mí.

El resto de la noche estuvimos hablando, comiendo palomitas y simplemente siendo dos amigos pasando el rato. En un momento, el sacó un tocadiscos con el que empezó a reproducir Every Rose has Its thorn de Poison, y me extendió la mano para bailar, a lo que accedí riendo.

- Me encanta esta canción- Dije mirándole a los ojos.

- Lo sé, es la que tarareas siempre que pintas- Dijo haciéndome sonreír un poco más mientras sentía mis mejillas arder.
Entonces extendió su mano pidiéndome en silencio salir a bailar. Y lo respondí levantándome y tomando su mano.

Bailar con Xavier era mágico. Yo no sabía pero no hacía falta, era como si él bailara por los dos, guiándome y enseñándome mientras el resto de la habitación desaparecía.

- ¿Quieres ver algo genial?- Pregunté mirándole a esos profundos ojos azules. Él asintió y yo me concentré hasta que empezaron a llover pétalos de rosa.

El momento era perfecto. Me sentía muy cómoda con él y me hacía sentir segura mientras que por su parte ya no sentía incomodidad, sino paz.

Entonces nos comenzamos a mirar, y nos acercamos hasta sentir su aliento. No sabía muy bien si a este punto actuaba por mi cuenta o volvía a estar poseída, solo sabía que dejarme llevar era lo mejor que podía hacer.

- Eris, Xavier, vamos necesito vuestra ayuda- Miércoles entró en la habitación haciendo que todo volviera a la normalidad, y a esa habitación llena de rosas al lado de dos adolescentes que se acababan de despegar del susto y se miraban sonrojados ante lo que estaba a punto de pasar.

Pero no pasó. Y no sabía exactamente por qué me molestaba

𝐋𝐚𝐬 𝐛𝐫𝐮𝐣𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫𝐦𝐨𝐫𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora