𝟏𝟗. 𝐕𝐞𝐬𝐭𝐢𝐝𝐨 𝐫𝐨𝐣𝐨

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Estaba en mi cuarto entre mis sábanas de nuevo. Pudríendome en mi propia miseria. No sabía exactamente cuánto tiempo había pasado sin salir de mi habitación, pero tampoco quería pensarlo.

Escuché la puerta de mi habitación abrirse, tal vez sería Evanora. La verdad, su presencia había pasado desapercibida.

- ¿Pero qué demonios Eris?- Escuché la voz de Enid en mi cuarto.

No pude evitar asomar la cabeza de entre las sábanas para ver a Enid, Miércoles, Xavier y Killian.

- Esto es deprimente y no como me gusta- Dijo Miércoles tomando un paquete vacío de palomitas del suelo- ¿Enserio te has visto tres versiones diferentes de solo en casa?

- ¿Qué hacéis aquí?- Pregunté algo molesta saliendo del todo de las sábanas.

- Evanora nos dijo que estabas deprimida, pero no pensé que sería hasta este punto- Dijo Enid mirando mi lado de la habitación.

- Eris, sé que estás mal, pero esta forma de sobrellevarlo no te está haciendo bien- Killian se acercó a mí para mirarme con tristeza- Mírate, tienes los ojos muy rojos.

Miré al suelo para ocultarlo. La verdad, sentía una mezcla extraña de pena, vergüenza y autodesprecio.

- Tengo una idea- Enid cambió su expresión a su característica energía- Miércoles y yo iremos con Eris por un vestido para el baile de mañana mientras Xavier y Killian limpiáis.

- ¿Qué baile?- Pregunté extrañada.

- Tú conclusión es que os vais a pasarlo bien y disfrutar de una tarde de chicas mientras nosotros convertimos este basurero en una habitación- Dijo Xavier mirándola con ironía. No pude evitar soltar una pequeña carcajada.

- Exacto- Dijo Miércoles mirando a ambos- Un cambio de roles, los chicos quitáis la depresión de su habitación y nosotras de ella.

- Pero...- Killian iba a hablar, pero Enid ya me había tomado de la mano y me arrastraba corriendo afuera de la habitación.

- Adiós chicos, nos vemos luego- Ella y Miércoles me arrastraron a su habitación, donde me dejaron darme una ducha y Enid me prestó algo de ropa. Por suerte para mí, era lo menos colorido de su habitación; una cárdigan blanca, una blusa azul pastel y una falda mini de satén azul algo más oscura.

La verdad, he de admitir que me sorprendió el hecho de que hubiera personas lo bastante interesadas en mí como para notar que estaba mal. No hacía que mi problema de falta de tutor legal se arreglase, pero amenizaba el dolor. Y eso era suficiente.

Llegamos a la tienda de la señora Crawn. La verdad, desde la última vez que fuí para tomar mi vestido para el baile he pasado varias veces para tomar té con ella. Es una señora muy agradable, de unos 65 años, influente en el pueblo y rica, pero sin descendencia o personas con las que hablar. Me ha dicho en más de una ocasión que le recuerdo a ella. Aunque no tengo claro en qué sentido.

- Buenos días Señora Crawn- Enid entró por la puerta llamando la atención de la dueña del local y tres clientas que tal vez buscarían como nosotras, algo que ponerse en el baile.

- Hola chicas- La Señora salió del mostrador para verse con nosotras- Vaya Eris ¿Te encuentras bien? Pareces enferma.

- Necesita un vestido- Dijo Miércoles llamando la atención de la señora- Las tres necesitamos uno.

- Han organizado otro baile en la academia, y esta vez podemos vestir como queramos- Enid sonrió llamando la atención de la señora. La verdad, las tres éramos unas personas peculiares, pero de alguna forma, sentía que eso agradaba a la señora Crawn.

- Acompañadme, os llevaré a mí almacén- Nos guiñó un ojo para llevarnos donde guardaba sus vestidos hechos a mano.

La verdad, el lugar era, sin más un almacén con bastantes más vestidos de los que sería capaz de hacer una señora mayor común. Había de todos los colores y tipos.

- Os dejo para que os probéis lo que queráis- Dijo cerrando la puerta y volviendo a su tienda.

En ese momento. Enid empezó a sonreír y a correr a probarse cosas gritando de la emoción. Miércoles la siguió, aunque solo corriendo, y yo no pude evitar imitarlas.

Pudimos estar toda la tarde probándonos todo tipo de vestidos, muchos de ellos a modo de disfraz. Aunque llegó un punto en el que no sabíamos qué más probarnos.

- Oye, y ¿Con quién iréis al baile?- Preguntó Enid- Ya sabéis, que se vista de vuesto color...

- Imagino que irás con Ajax ¿Me equivoco?- Preguntó Miércoles mirando el brillo de los ojos de Enid, que asentía orgullosa.

- ¿Qué hay de tí Eris?- Preguntó la rubia- Porque os llevo observando un tiempo, y veo que entre Xavier y Killian tienes para elegir...

- Francamente no tenía pensado ir con nadie- Contesté mirando al techo- No estoy para calentarme la cabeza con temas amorosos...

- ¿Miércoles?- Preguntó de nuevo la rubia.

- ¿Cosa cuenta como pareja?

Me levanté para volver a mirar unos vestidos que no había parecido ver antes. Eran color rojo, uno más claro y otro más bien burdeos.

- Oye Miércoles- Dije llamando su atención y tomando ambos vestidos- ¿Y si vamos juntas?-

La chica de trenzas calló mirando el vestido burdeos, lleno de detalles victorianos y mangas abullonadas para luego sonreírme como una psicópata.

Al final decidimos ir juntas. Me habría hecho gracia que Enid se uniera a nuestro plan de bailar vestidas de rojo, pero eligió un vestido verde de tirantes porque según ella ''combinaba con los ojos de Ajax''.

Pagamos y nos despedimos de la señora Crawn para volver a la academia y encontrar mi cuarto incluso más limpio que antes, Xavier y Killian nos esperaban a las tres, ambos estaban apoyados en mi escritorio. Entonces sentí mis pupilas disminuir.

Mi escritorio. Con mi cuaderno de dibujos. En el que había pintado a ambos chicos.

- ¿Qué tal las compras chicas?- Killian nos recibió sonriendo.

- Bien, la señora Crawn es muy amable- Contestó Enid dejando la bolsa con mi vestido sobre mi cama.

Francamente, no había caído en la cuenta de que la tarde me había arreglado bastante el día. No había pensado en mis problemas, solo había estado riendo con mis amigas.

- Oye chicos- Dije llamando la atención de todos- Muchas gracias. Lo necesitaba-

Enid corrió a abrazarme haciendo que se unieran todos, menos Miércoles, pero el hecho de que aceptara ser mi pareja para el baile ya era bastante muestra de cariño por un día.

Poco después volvieron cada uno a sus habitaciones. Era tarde y mañana sería el baile, así que debíamos avanzar en tareas.

Saqué el vestido de la caja en la que estaba para colocarlo en mi armario. Era perfecto, era ceñido hasta la cintura, con una manga larga y la otra al descubierto, y una falta con algo de vuelo, de un tono escarlata.


𝐋𝐚𝐬 𝐛𝐫𝐮𝐣𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫𝐦𝐨𝐫𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora