𝟏𝟏. 𝐋𝐚 𝐠𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐛𝐞𝐬𝐭𝐢𝐚

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Corrí al bosque como siempre, en busca de privacidad, estaba cansada de que jugaran conmigo, de ser una apestada. Cansada de que no me importase y de que de repente todos mis sentimientos florecieran de la noche a la mañana.
No pude evitar correr, sin rumbo, solo correr, hasta que llegué a un punto en el que me derrumbé por completo.

Caí de rodillas al suelo y me llevé las manos a la cara para llorar como nunca lo había hecho. Tal vez porque antes no me permitía llorar.

- Odio este lugar- Musité para mí misma- Te odio Xavier Thorpe, me has hecho daño-

Me permití un momento de dolor, tras el que me sentí aliviada, y cansada. Pero recordemos que este lugar es Nevermore, y que aquí, una de las cosas más típicas es la imposibilidad de la normalidad.

Escuché unos sonidos extraños, seguidos de un grito. Un grito que conocí muy bien.

- ¡EUGENE!- Grité mientras me levantaba para correr hacia el lugar del que venía el sonido, para ver una sombra arañarle el torso y fijarse en mi.

Mi primera reacción ante esto fue confiar en lo poco que sabía controlar mis habilidades, no me quedaba otra, era eso o morir.
El monstruo permanecía inmóvil mientras yo me movía, era extraño, no parecía querer atacarme, conseguí situarme frente a Eugene, que yacía herido y cubierto de sangre en el suelo. Cuando me situé, coloqué mi mano frente al monstruo, no podía verlo bien, estaba oscuro y solo se distinguía su silueta.

Pero la paz paró cuando el monstruo gruñó y me lanzó contra un árbol para luego acercarse lentamente mientras yo gritaba. Cómo si alguien fuera a oírme.

 Cómo si alguien fuera a oírme

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Narrador omnisciente

Xavier y Killian permanecían callados tras ver a Eris huir al bosque, ninguno supo qué decir, ambos habrían entrado a una pelea de no ser por los gritos que se escucharon tras un rato en el bosque, pero no parecían ser de Eris.

- ¿Qué demonios?- Killian caminó siguiendo el camino que había seguido anteriormente la chica luna.

- ¿Eh A dónde vas?- Xavier empezó a seguir sus pasos.

- Mira tío, no te conozco y tampoco que apetece después de lo que acabo de ver, quiero asegurarme de que todo está bien, porque no sé si lo sabes pero hay un monstruo suelto- Dicho esto, Killian adoptó su forma de lobo y se adentró en la oscuridad.

Xavier entró de nuevo en Nevermore, corrió como pudo hasta llegar al gimnasio, tomar un arco y flechas, y seguir al lobo.

Pero cuando llegó, se encontró con una escena que prefería no haber visto.

Eris's Pov

Me encontraba viendo la muerte, una oscura muerte, e invocando como podía mis dones para tener si quiera una oportunidad, pero por mucho que  lo empujase hacía atrás, el monstruo era muy fuerte, y me estaba empezando a cansar.

- Eris- Oí a Killian gritar mi nombre cuando lo ví tras el monstruo.

- KILLIAN CUIDADO- Grité levantándome y corriendo para interponerme entre el monstruo y él, aunque eso solo hizo que me llevase otro golpe que hizo que mi labio comenzase a sangrar.

Sinceramente no recuerdo mucho más, solo una imagen borrosa del monstruo huyendo, para verme levantada por Killian.

- Espera, puedo sola- Me bajé de sus brazos y me puse en pie para dirigirme a Eugene y colocar mis manos sobre él para leer su energía- Está estable pero necesita ayuda urgente-

Rápido, el lobo cargó al chico mientras yo les seguía cada vez más cansada, hasta llegar a Nevermore, donde nos esperaba Xavier, parecía que nos buscaba, estaba armado con su arco, pero no lo hizo. No estuvo, una vez más.

Yo me apoyé en un banco del mismo jardín en el que había estado antes mientras Xavier pedía ayuda, y Killian dejaba al chico en el suelo. Entonces yo me levanté para colocar de nuevo mis manos sobre él.

- Está peor- Dije mirando a Killian. Entonces recordé el último hechizo que leí, no lo había practicado pero era la única opción que teníamos si queríamos que Eugene sobreviviera.

- Eris conozco esa mirada- Dijo Killian preocupado- ¿ Qué vas a hacer?-

No contesté, solo puse mis manos sobre él y repetí las mismas palabras

"Da dolorem tuum, da vulnera" "Da dolorem tuum, da vulnera" "Da dolorem tuum, da vulnera"

Entonces volví a sentir su energía, sonreí a mis interiores y me levanté para mirar a Killian, quién me miraba pálido.
Entonces noté que todo el mundo empezaba a salir del salón del baile, y que mi barriga comenzaba a arder.

El hechizo que había hecho traspasaría las heridas de Eugene a mi cuerpo. Por su puesto, con las consecuencias que eso suponía.

Miré a los ojos a Killian, mientras empezaba a ver borroso, y conforme él se acercaba corriendo a mí, seguido de Xavier, miré mi estómago, en el que había quedado marcada la garra del monstruo, que se expandía con su color rojo por mi cintura, hasta hacerme caer mientras escuchaba el bullicio de las personas de fondo.

𝐋𝐚𝐬 𝐛𝐫𝐮𝐣𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫𝐦𝐨𝐫𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora