𝟑. 𝐎𝐛𝐬𝐞𝐫𝐯𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚

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Mi primera semana en Nevermore no fue nada del otro mundo.

Resulta que mi compañera de habitación es una vampiresa, se llama Evanora y no solemos coincidir, se junta mucho con los vampiros en general, y sus clases están programadas a altas horas de la noche. La verdad, no me molestaba en absoluto, ella era ordenada y silenciosa, todo lo que podría pedir en una compañera de habitación.

En cuando a mi adaptación, fue, a mi manera, bastante buena. La vida era simple, deambulaba sola, mirando a mi alrededor y analizando a todo ser que se cruzara cerca mía. Personalmente, solía coincidir con Enid, Miércoles y ese chico tan raro que resultó robar mi cuaderno, sí, ese cuaderno que olvidé recoger de la sala de arte y que cuando volví ya no estaba. No puedo confirmar 100% que me lo robó ese chico castaño de pelo largo, pero tampoco hay que ser Einstein para saber que era el único que estaba ahí.

También observé más de una vez al resto de mi clase, por ahora las más parecidas a las matonas de mi antiguo instituto eran las sirenas, no sé si era su canto, o su mirada fría, pero siempre miraban por encima del hombro a los demás.

Y bueno, luego estaba yo, la verdad es que una de las cosas buenas de este instituto era que no había casos de bullying como en mis antiguos institutos, la gente pasaba de mí, pero al menos no me herían.

- Señorita Lovelace- Elevé mi mirada para coincidir con los ojos de la Señorita Thornhill, que nos enseñaba básicamente botánica- Sé que está cansada pero al menos podría atender un poco.

- La planta que sostiene es un hongo diente sangrante, o Hydnellum peckii, común en América del Norte y ciertas partes de Europa, es una especie que produce esporas en la superficie de sus espinas verticales o proyecciones como dientes que cuelgan de la superficie inferior de su esporocarpo- Terminé de decir, no sabía cómo, no había visto esa planta en mi vida. La profesora quedó en silencio y yo me acomodé la capucha de una chaqueta oversized que llevaba sobre el uniforme.

Por suerte para mí, justo a tiempo sonó el timbre y me levanté sin tiempo de que la profesora me llamase la atención.

Andé más rápido de lo normal hasta llegar al bosque, y cuando me sentí lo bastante sola saqué mi teléfono y llamé a mi tía.

''- Hola querida ¿Necesitas algo?- Su voz se escuchaba animada tras el teléfono''

- Déjate de queridas, sé que me has enviado aquí por algo ¿Qué soy tía?- Ella quedó en silencio unos segundos.

''- Estás ahí porque eres especial, y por tu salud y la de los que te rodean- Su voz esta vez era seria y dura''

- ¿Pero por qué ahora? ¿Y por qué no he hablado con mis padres al respecto?

''- Ellos no son tus padres biológicos''

- ¿Y me tengo que fiar de que tú si seas mi tía biológica?-

Enseguida sentí una presencia a mi alrededor, una presencia oscura.

''... Y sé que es nuevo, y difícil, y...''

- Luego hablamos tía Minerva...- Dije sin darle tiempo de contestar y quedarme sola en el bosque, cada vez más oscuro. Entonces esa presencia se hizo familiar y mis latidos volvieron a ralentizarse- Sal del árbol Miércoles-

La chica de trenzas salió  de entre las sombras- ¿Cómo me has visto? Nunca me encuentran

- Pues mira, esta vez te encontré yo- Dije con algo de molestia- La oscuridad se presiente, siento decepcionarte.

- Buscaba al monstruo- Entonces recordé ese rumor de los asesinatos recurrentes que sucedían cada vez más en Jericho, aunque ella parecía especialmente conectada a ello.

- ¿Y creías que podía ser yo?- Ella no contestó- Me lo temía, a ver Miércoles, vivimos rodeados de un bosque en el que aparentemente puede haber algo de privacidad, no te sorprendas si alguien recurre a este sitio en busca de eso.

- No creo que seas el monstruo- Contestó neutral como siempre- Pero quiero que me ...- Ella parecía tener dificultades, pero sabía lo que quería decir.

- ¿Por qué necesitas mi ayuda?

Eso- Terminó la frase- Creo que tienes algo, no sé que es pero siento que puedes conectar con el monstruo, aunque no sé por qué

- ¿Y por qué crees que lo haría? Apenas te conozco, y no me interesa mucho que digamos lo que me pides- Ella me miró con esos ojos negros y vacíos.

Yo me dí la vuelta para volver, empezaba a hacerse de noche y hacía frío.

- Porque sé que quieres conocerte más- Contestó haciéndome frentar- Conozco tu historial, y lo que pasó en tu instituto, sé que tus padres son desatentos y tu tía es el sombrerero loco. Sé que el fuego lo provocaste tú, y que quieres saber por qué a pesar de que nadie quiere contestarte.

- ¿Y por qué iba a conocerme encontrando a un monstruo?

- Porque tenemos que registrar todos los archivos de Jericho y Nevermore, y te aseguro, con total certeza que tus respuestas están ahí-

Ella me extendió la mano, como si fuéramos a hacer un pacto, a lo que yo vacilé. No tenía ganas de arriesgar mi vida por una causa de la que dudaba. Pero si algo había observado en Miércoles era que tenía facilidad para revisar cualquier tipo de documento u olisquear cualquier tipo de pista. Y eso me llevaría a muchas ventajas.

Respiré hondo antes de tomar una decisión que me quitaría de ese estado de paz en que yo solo era una mota de polvo más en Nevermore

- Hecho- Nos estrechamos la mano en lo que un rayo sonaba. No podía evitar sentir que acabab de vender mi alma al mismo diablo.


𝐋𝐚𝐬 𝐛𝐫𝐮𝐣𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫𝐦𝐨𝐫𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora