Eris, Eris Lovelace, como la diosa de la discordia, como la chica rarita, como la fenómeno de un instituto promedio.
Al menos hasta que llegué a Nevermore, donde lo más extraño es lo común, donde el misterio y la sangre acechan en todos lados, y don...
Llamé a la puerta de una pequeña casa con la fachada pintada de rosa palo, me recordaba a la película Coraline.
Una mujer con aspecto bastante mayor abrió la puerta para mirarme y quedarse paralizada...
- Es imposible... ¿Cómo...?
- Lo sé, pero no soy quien usted cree que soy-
Ella entonces hizo un amago de cerrarme la puerta, yo intenté entrar pero una especie de energía me echó atrás ¿Un hechizo?
- No puedes pasar si no estás invitada- Dijo alterada.
- Por favor necesito su ayuda estoy buscando a Roxanne...- Dije casi gritando haciendo que la señora volviera a abrir la puerta.
- ¿Roxanne?- Ella se quedó pensativa- No conozco a ninguna Roxanne
- ¿Cómo? Pero...- Saqué la fotografía y se la mostré. Ella se quedó pensativa, miró a ambos lados y luego me miró a mí.
- Te permito pasar. Pero en silencio- Dijo dejándome entrar sin que esa energía volviera a hacerme retroceder.
Su casa era muy poco iluminada, llena de cuadros y figuritas de porcelana. Me indicó que me sentase en su sofá para luego traer té y pastas.
- Muchas gracias- Dije mientras me servía el té.
- ¿Por qué estás aquí niña?
- Estoy buscando información sobre esa mujer, y me dijeron que usted podría hablarme de ella...
- Ha pasado mucho tiempo sin ver su rostro- Dijo sentándose en su sillón- Eres su viva imagen ¿Es tu madre o algo?-
Me extrañaban sus palabras. Habla de ella como si estuviera viva. Cuando lo más probable es que hubiera muerto hace 300 años.
- Señora Jones ¿Podría decirme lo que sabe sobre ella?- La Señora suspiró y reacomodó sus gafas redondas.
- Evangeline era nuestra niñera. Mis padres la contrataron durante el verano de 1945- Yo no comprendía bien si me estaba hablando de la misma persona a la que buscaba- Eran tiempos duros. La guerra había terminado y todo el mundo lloraba las pérdidas y el hambre. Por ese entonces era muy pequeña, yo tenía 10 años y era una niña bastante rebelde, francamente, no sé cómo Evangeline me soportaba, pero supongo que era cosa de su dulzura natural, y del hecho de que necesitaba ese trabajo para sobrevivir-
Ella hizo una pausa para tomar un sorbo de té y coger de la mesa un álbum de fotos.
- Ella tenía por ese entonces unos 20 años, pero la recuerdo muy madura y sabia, casi como si su alma fuera muy vieja, aunque su rostro decía lo contrario- Ella abrió el album de fotos y mostró una página con una fotografía de Evangeline.
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- Por desgracia para mi familia, papá falleció y mi madre empezó a hacer recortes de presupuesto, por lo que Evangeline perdió su trabajo. Aunque eso no impidió que la siguiera viendo, hasta que de la noche a la mañana, simplemente desapareció - Entonces la mujer se llevó un dedo al ojo para secar sus lágrimas- El tiempo pasó y crecí olvidando a Evangeline. Me casé y me hice cargo de los gastos de mi madre mientras mi marido trabajaba y yo hacía las tareas de la casa. Pero un día, justo como hoy, alguien llamó a mi puerta-
