𝟏𝟎. 𝐄𝐥 𝐛𝐚𝐢𝐥𝐞

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La Señorita Thornhill estaba especialmente aburrida esta mañana. Era como si ese día no tuviera ganas de dar clase, como si ya le diera igual hablar de esporas y nombres en latín de plantas.

La verdad, no la culpo, pero sí la culpo de las ganas de dormir que tenía por su culpa.

- Bueno chicos, sé que estáis emocionados por el baile, así que no habrá tarea para el fin de semana- Dijo dejándonos salir unos 15 minutos antes.

La verdad, ese baile no estaba en mis pensamientos precisamente. Pero si gracias a él podía salir antes de clase, felicidades, tienes toda mi atención.

No era mi intención ir, ni invitar a nadie, y sabía que nadie me invitaría a mí, pero al menos sería una excusa para cotillear sobre las parejas y la euforia de algunas personas.

En concreto, Enid estaba bastante emocionada, frente a Miércoles, que lo consideraba una especie de ritual o algo raro. No sé, entiendo que no sea lo más divertido del mundo, pero tampoco nos hace esclavos de la sociedad querer bailar un poco.

Acabé en mi cuarto, pintando como siempre, hasta que alguien llamó a mi puerta.

- ¿Enid?- Me extrañó bastante ver a la rubia y a Miércoles en mi puerta- ¿Necesitas algo?

- Ven con nosotras a comprar vestidos para el baile- Ella fue directa.

- Esto... No creo que vaya- Contesté desviando la mirada.

- Venga, pero aunque sea para tener una tarde de chica, además, puedes comprarte algo, y si por lo que sea no lo usas, lo puedes devolver- Dijo intentando convencerme. Entonces empezó a poner ojos de lobo triste, y cosas infantiles, al final accedí para que dejara de hacer eso, daba un poco de cringe.

- Me invitarás luego a un té

- Como ordene mi British girl

- Por Dios me conformo con que no me vuelvas a llamar así- Dicho eso, tomé mi chaqueta de cuero y fuí con ellas.

Supuestamente el tema de la fiesta era ir de blanco, y todas las chicas estaban en la misma tienda buscando el vestido perfecto. Enid fue una de ellas, que entró eufórica a una tienda, mientras Miércoles se dirigió a una tienda de antigüedades en la que se veía un vestido negro muy de su estilo.

Yo por mi parte miré algunos vestidos, sin que me convenciera ninguno, había vestidos con muchas plumas y lentejuelas, y los que no eran muy pomposos, parecían vestidos de novia.

- Mira Eris ¿Te gusta?- Enid me enseñó un vestido corto y los zapatos que llevaría a juego.

- Te pega mucho, te quedará genial- Contesté sacando mi mejor sonrisa. Yo por mi parte seguí buscando hasta que ví a la dueña de la tienda acercarse a mí.

- ¿Buscas algo querida?- Ya la recordaba, era la señora a la que atendí en la cafetería, gracias a ella Tyler tuvo muchísima clientela- Vaya, me acuerdo de tí, eras esa chica tan agradable de la cafetería, desde que me lo recomendaste el Earl Gray es mi té favorito.

- Me alegro que le gustase señora- Constesté sacando mi mejor sonrisa- Y sí, estaba buscando algún vestido blanco para el baile de la academia, pero no veo nada que me convenza-

Ella entonces recolocó sus gafas y me miró con una sonrisa algo pícara- Creo que tengo el perfecto para tí, acompáñame-

Entonces sacó una llave con la que abrió la puerta que daba al almacén, ahí había mucha más variedad y calidad en vestidos, y entre ellos, encontré uno blanco de tirantes pegado hasta la cintura, con una abertura en la pierna derecha, de satén color crema y un poco de cola.

𝐋𝐚𝐬 𝐛𝐫𝐮𝐣𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫𝐦𝐨𝐫𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora