𝟑𝟕. 𝐄𝐥 𝐫𝐞𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨

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Llegué a mi cuarto bastante tarde. La verdad es que hablar con Xavier hacía que el tiempo se me pasara bastante rápido, así que no es de extrañar que para cuando llegara, Miércoles y Enid vinieran justo de cenar en el comedor.

Cuando la puerta del dormitorio se cerró tras ellas, la neutralidad de sus rostros cambió por emoción. Al menos por parte de Enid, quien vino a mí gritando y lanzada a darme un abrazo que me acabó tumbando en el suelo.

- ¡TE HEMOS ECHADO MUCHO DE MENOS ERIS!- La rubia gritaba mientras yo sentía que perdía la respiración. A veces era increíble pensar que he superado a la muerte muchas veces pero que una abrazo de Enid podría dejarme sin respiración más fácilmente.

- Me...Aplastas- Intenté decir cuando ya sentía que su peso superaba lo que podía soportar.

- Uy perdón- Ella se levantó de encima mía y le devolví el abrazo más tranquila.

- ¿Ha sido un viaje prometedor?- Preguntó Miércoles cuando recuperé el aliento por completo.

- Sí, gracias a tí y a tu familia he descubierto un montón sobre Roxanne y mi pasado, además he aprendido a controlar aún más mi magia.

- Pero no la tenías ya controlada?- Enid preguntó extrañada- Porque yo te ví con total control cuando te elevaste del fuego y mataste a Crackstone.

- Yo también lo creía, pero resulta que toda esa magia era magia de sangre.

- Y la magia de sangre es como una droga- Intervino Miércoles- Cada vez es menos potente y por tanto necesitas de más magia, sacrificios y poder para hacer menos.

- Exacto- Dije sorprendida- Pero ahora ya no la uso, de hecho he aprendido muchísimo más, mirad-

Me subí a la cama y me concentré en mi animal, en el cuervo. Cuando estuve lista, salté de la cama al suelo para convertirme en uno y comenzar a volar por toda la habitación ante los grititos de Enid y la sonrisa maquiavélica de Miércoles.

Cuando les enseñé arte de los nuevos trucos que había aprendido, comenzamos aponernos al día sobre nuestras vacaciones, quedándonos durante horas hablando.

- ¿Y qué averiguaste sobre Roxanne?- Preguntó Miércoles.

- Es largo de contar, mi viaje ha sido muy extraño, y casi podría escribir un libro sobre lo que he vivido estas últimas semanas- Dije riendo- Resulta que Roxanne fue una de las colonas que habitó en Jerichó, se casó con Crackstone y comenzó a tener vínculo con las brujas a las que más tarde matarían en muchas ocasiones, su mejor amiga, Goody Addams- Ese comentario hizo que Miércoles abriera aún más los ojos- Fue condenada por Crackstone, por lo que, el día de su muerte, Roxanne mató a Crackstone y huyó al bosque para avisar a las brujas, pero al parecer estas odiaban a Roxanne y la maldijeron con la soledad eterna, una maldición que afectaría a todo ser que estuviera con ella.

- Wow, entonces Roxanne y una pariente de Miércoles tuvieron lazos- Dijo Enid sorprendida ante mis palabras.

- Continúa por favor- Dijo Miércoles totalmente interesada por mi relato.

- Resulta que Roxanne descubrió el secreto de la inmortalidad y la eterna juventud, se lo enseñó su amiga Goody, y se mantuvo usando este secreto para vivir por siglos. Ella intentaba formar una familia, ayudar al mundo con su magia y desde las sombras, pero la maldición hizo que todo aquel que se acercaba a ella acabara muerto o le surgiera algún tipo de desgracia. Entonces llegaron los años sesenta, ella conoció a un marín con el que se casó y tuvo tres hijas, la primera falleció, pero la segunda se casó y tuvo una hija, y la tercera se convirtió más tarde en una de las directoras de Nevermore.

- ¿Y ese es el vínculo que mantienes con ella?- Preguntó Enid.

- No exactamente, resulta que  su segunda hija tuvo descendencia, y tras ello falleció aunque no conozco la causa.

- Entonces...- Susurro Enid.

- Quiere decir eso que...- Dijo Miércoles.

- ERES LA NIETA DE ROXANNE- Dijeron ambas sin dejarme terminar. Yo asentí sorprendida ante su capacidad de intuición.

- Eso explica mis poderes, mi parecido con ella, y la soledad que he sufrido durante toda mi vida.

- Entonces estás maldita?- Preguntó Enid- Pero si ahora nos tienes a nosotras, Xavier, Killian, Eugene...

- Eso es lo que temo, que os pase algo por culpa de mi maldición- Confesé acariciando mi cabello con incomodidad.

Ellas quedaron en silencio y se miraron extrañadas- ¿Y qué más da?

- ¿No tenéis miedo? Entenderé perfectamente que os apartéis de mí

- ¿Y dejarte sola de verdad? Ni de broma- Dijo Enid sonriendo- Ahora estamos condenadas pero da igual, como si eso fuera lo más raro que nos hubiera pasado.

- Además, no tienes por qué haber heredado la maldición, y de hacerlo, sabrías protegerte ante ello- Dijo Miércoles, Xavier tenía razón, Nevermore la había cambiado, cada día ella era más humana.

Las tres, sorprendentemente, las tres, nos dimos un abrazo que fue bastante reconfortante. Me alegraba saber que por fin había dejado atrás esa vida solitaria, tal vez tenían razón, quizás no estaba destinada a la soledad, tal vez tenía una posibilidad de salvación. Y esa idea, era la que me hizo conciliar el sueño aquella noche, gracias a esto sabía por qué luchaba.

𝐋𝐚𝐬 𝐛𝐫𝐮𝐣𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫𝐦𝐨𝐫𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora