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¿Recuerdas la clase de deportes?

El entrenador castigó a todo nuestro salón porque ninguno nos quisimos poner el uniforme para hacer ejercicios.

Corrimos durante quince minutos alrededor de el campo. Tú traías unos auriculares puestos, y creo que no te cansabas de correr, bueno, se veía que ibas al gym, yo, sin embargo, a la primera vuelta estaba que no podía más, mis piernas las sentía débiles y en la parte baja de mi estómago se instaló un pequeño dolor. Sabía a que se debía, estaba respirando por la boca, papá me había enseñado que cuando corría respirara por la nariz, pero me era imposible.

Habían pasado tres minutos y yo estaba caminando en vez de correr, no podía más, necesitaba tirarme al suelo, y casi lo hago, pero tú tomaste mi mano y comenzaste a correr, no sé cómo pero hiciste que me dieran ganas de correr, corrimos juntos durante cinco minutos ya que el profesor nos dijo que fuéramos al salón, que ya era suficiente.

—Gracias —te dije con la respiración agitada mientras caminabamos al salón.

—De nada Jenna, me caes bien, por eso te ayudé a correr.

—¿Cómo te llamas? —te pregunté y te detuviste para responder.

—Pues, me llamo Brandon.

—Un gusto conocerte.

—El gusto es mío, calabacín.

—¿Eh? —fruncí mi ceño y tú reiste para luego continuar caminando.

Ya luego te preguntaría el por qué de ese apodo.

¿Recuerdas?✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora