Su opinión me es muy importante :3
Miranda Livingstone
Al terminar el otoño terminan de abandonarnos los pocos rayos cálidos quedantes del verano. Llega el invierno con oscuridad, lluvias y temperaturas heladas, pero al final siempre vuelve a ser primavera.
Supongo que no siempre fueron malas estas fechas de invierno. Mientras la psicóloga Hoffman me da la inducción a este tétrico lugar recuerdo las navidades, las reuniones familiares, las fotografías en las piernas de Santa en las plazas, los cursos de ballet presentando el cascanueces, los intercambios de regalos con mis hermanos, las cenas. Las posadas escolares, el no encajar con mis compañeros en ningún salón de clase a pesar de cambiar de escuela constantemente, quedarme sin voz al intentar decir mis deseos que ante algunos parecen ridículos, sentirme una extraña al tener a los familiares que apenas veo durante el año sobre mí, ver como todos lucen espectaculares y yo me ponga lo que me ponga...
—Miranda —llama mi atención la psicóloga.
—A menos que me de mi salida no quiero hablar con usted.
—Nos veremos el siguiente sábado.
Ella me da una sonrisa antes de que yo intente cerrarle la puerta a la que me están forzando a entrar en la cara. Finalmente es ella quien cierra y creo sospechar que la ha asegurado desde afuera el enfermero que la acompaña.
¿Y ya? ¿Eso fue todo? ¿A mis veintiún años me privarán de la vida?
Termino de entrar echando un vistazo a todo alrededor. Hay una cama, un mueble y una puerta al fondo que supongo que es el baño, todo es blanco, todo enferma.
Mis ojos arden cuando el nudo en mi garganta amenaza en dejarme sin aire, cuando el golpe de realidad me dice que es probable que jamás salga de aquí. Que quizá me están haciendo lo mismo que a mi madre. La vida se me irá en este lugar. La poca vida que tenía.
Me aterro, mis nervios implotan en mis adentros haciendo colapsar mi mente. Mi boca expulsa un chillido desgarrador.
一¡Yo no he venido por cuenta propia, saquenme de aquí! ¡Es mentira lo que están diciendo!
Grito solo siendo secundada por un eco. Golpeo la puerta tan fuerte como puedo, tanto que mis manos terminan con los nudillos rojos y una uña rosa por romperse.
—Que grites no servirá de nada niña —me responde una voz masculina en la espalda. A centímetros de mí.
—¿Quién eres tú? ¿Qué haces aquí?
Giro bruscamente encontrándome con un hombre muy alto recargado en la pared, él no luce como el resto de internos, ni siquiera sus ropas, no lo han obligado a colocarse la bata blanca y los zapatos esponjosos. Su tez es morena, de cabello con ondulaciones castañas, sus ojos son color miel, es mayor que yo, tal vez de la edad de Alessandro o esté por debajo de los treinta años y muy ejercitado. Ni siquiera mi hermano siendo modelo tiene esa complexión.
Su ropa me hace prever que no pertenece aquí, viste jeans de mezclilla y una polera marrón con figuras oscuras debajo de su abrigo beige.
Al no tener con que defenderme me quito los zapatos que no son más que unas estúpidas y suaves pantuflas.
—Es claro que hay una confusión... —excusa cuando lo intercepto.
—¡Largo de aquí! ¡No sé cómo entraste, pero vete!
—Eso quisiera.
Responde irónico señalando la perilla y, ¡Exacto, no abre! Me estreso tensa dispuesta a agarrarlo a pantuflazos si se mueve un milímetro.
—La doctora Hoffman me registró en esta habitación. Usó palabras como "Lleven al paciente demente y con carácter de mierda a la habitación trescientos cuatro"—me analiza divertido antes de lanzar un siniestro comentario—. Ya entendí porque nos confundieron, cariño.
—¡Imbécil igualado! ¡Doctora Hoffm...—su mano cubrió mi boca y la otra se abrazó en mi estomago. Mi paranoia se desató al creer que uno de los enfermos mentales de la zona psiquiátrica se coló en mi habitación, puede ser un psicópata y me quiere usar como rehén o en su defecto matarme a sangre fría sin que nadie se de cuenta.
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Esta es la tercera parte de la ahora trilogía Último Otoño. No es necesario leerse los libros anteriores ya que no interfieren con este, pero si quieren mayor contexto les dejo los nombres aquí:
Libro 1: Amor a segunda vista (Primera aparición de Miranda).
Libro 2: Antes de los veinte (en proceso, pero no aporta nada a esta historia).
Libro independiente, (con información sobre Maximiliam): Un café para dos.
Libro 3: Al terminar el otoño.
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Al terminar el otoño [L #3] - Último Otoño
Teen FictionUn productor acusado injustamente de desfalco ocultándose de las autoridades en una clínica psiquiátrica. Una joven con distintos complejos en reintegración. Una confusión que hará que ambos sean ingresados a la misma habitación donde él deberá co...