Miranda Livingstone
Sé que pasó más de una hora para que cerrará los ojos más que rendida a la idea de morir de una manera así de humillante. De aparecer en las noticias con notas como; gas fulminante acabó con su vida. Su última parada o… De pronto la puerta se abre frente a mí, mi primer instinto es llorar en una combinación de ira y alegría por continuar con vida.
—Que gas tan violento —zanja Maximiliam antes de ser empujado fuertemente por mí—. No, no, descuida he encontrado cosas peores en los baños públicos.
Ironiza con gran asombro para después abrir su boca con incredulidad.
—¡Gran imbécil! —chillo antes de abrazarme a él como cría asustada.
—No me presiones que por algo venía a…
—Te odio.
—Y así te viniste de polizona en mi viaje.
—¡La puerta se atascó y yo… y… entonces quise que de ocupado a libre y…. Caí sobre la asquerosa tapa y…. Luego tú —Lloro más fuerte sin entenderme.
—Habría sido mejor si ambos hubiésemos estado ahí —no le escucho, solo me aferro a su cuerpo con temor de que la puerta vuelva a cerrarse—. ¿Qué te costaba enviar un mensaje?
—Todas mis pertenencias se dirigieron a la recepción del primer piso sin mí. Yo regresé a hacer pipí y luego el bus comenzó a moverse con la puerta atascada y… y…ahora estoy aquí…y…
—¿Y todo esto te pasó por venir a mear? ¿Piensas que te creo? Es más sencillo si solo admites que te querías venir conmigo —Forma esa sonrisa carroñera que no sé odio o amo—, no tan literal.
—¡No malformación anormal, yo solo quería ir al baño! ¿Dónde estamos? ¿A dónde me llevas secuestrada?
—¿Secuestrada? Tú eres la que te has escabullido aquí.
—No te quiero cerca, de hecho estar aquí me meterá en problemas —le repito agotada.
Salgo de ese reducido espacio apoyada de su brazo viendo por las ventanillas que afuera ha oscurecido ¿Cuántas horas estuve ahí?
—¿Dónde estamos?
—A dos horas de llegar a Arias.
—¡Y porque me has traído aquí! ¡Llevo horas gritando, pero no te has tomado un segundo para sacarme! —cierro los puños en su pecho
—Perdóname intrusa, pero nadie te ha metido aquí. ¿Y cómo saber que estabas ahí?
Miro para todos lados intentando reconocer el tramo de la autopista, quizá puedo bajar y hacer que alguien de mi equipo venga por mí antes de que mi familia se entere.
—Esto debe ser una broma, ¿Dónde están las cámaras? No puedo viajar con este loco.
—Lo dice quien busca cámaras imaginarias.
Lo abucheo sentándome, esta es una broma cruel. Ridícula, pero cruel.
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Al detenerse el autobús anunciando la llegada Maximiliam se pone de pie para bajar su maleta y desde luego se centra en mí como si fuese un pendiente más.
—El bus pasará la noche en el patio de la casa de Hannah, mañana partimos muy temprano para el restaurante donde ya seremos esperados por el equipo.
—El chofer puede llevarme rápido ahora mismo.
—Son ocho horas de ida y ocho de regresó Livingstone, además necesitamos que el bus esté a nuestra disposición para los rodajes.
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Al terminar el otoño [L #3] - Último Otoño
Teen FictionUn productor acusado injustamente de desfalco ocultándose de las autoridades en una clínica psiquiátrica. Una joven con distintos complejos en reintegración. Una confusión que hará que ambos sean ingresados a la misma habitación donde él deberá co...