Llámenme loca, pero tenia que verlo con mis ojos, ver su felicidad al lado de un hombre guapo, con dinero, y un gran futuro que ofrecerle. Sólo llevaba una semana en el instituto pero sólo eso ha bastado para volverme frenéticamente obsesiva, una semana donde las únicas interacciones que he tenido con ella han sido meramente académicas. Sin embargo, no pude engañarme, desde que la vi no paro de pensar en ella, en su sonrisa, en sus ojos, su cuerpo, sus labios, sus manos cuando se aparta uno que otro cabello en clase. Claramente acepté la invitación de mi madre con la esperanza de ver que todo aquello que había salido en aquella entrevista donde hacia pública su relación fuese mentira, una farsa, un circo perfectamente elaborado. En el carro mientras mi madre leía una que otra revista, me imaginaba como estaría vestida, indudablemente se vería hermosa.
Cuando llegamos a su residencia que por supuesto gritaba la magnitud de quienes allí residen. Pasé desapercibida casi todo el evento, hablé con unos cuantos viejos amigos de la familia que también habían sido invitados, la mayoría gente de negocios. La vi unas cuantas veces a la lejanía sosteniendo la mano de quien seria su novio y a pesar de lo que en pantalla se veía, ella mantenía una sonrisa amplia en las fotos pero apenas el flash de los celulares se apagaba. Así mismo se apagaba su sonrisa. Ese pequeño detalles sin lugar a dudas captó mi atención.
En el transcurso de la noche me limite a sonreír en alguna que otra foto y a responder los halagos de varias personas que se acercaban a mi madre y a mi. Estuve un rato distraída en mi celular respondiendo varios mensajes y correos pendientes, ya que ahora que al parecer mi madre ha vuelto y quiere instalarse permanentemente aquí de nuevo, me ha incorporado a la empresa de licores de la familia. Levanté mi mirada buscando a mi mamá para irnos pero no la encontré así que supuse que debía estar con alguna nueva conquista, para este momento la mayoría de personas habían abandonado el lugar y era más que urgente que encontrara a Mamá.
En mi búsqueda frenética con la mirada me topé con la de ella y mi corazón se detuvo por unos segundos, ella caminaba hacia mi y al estar en una distancia prudente pronunció un Buenas noches, quise felicitarla por su noviazgo pero no pude traicionar a mi corazón y mi sonrisa se borró. Al rescate vino el tan nombrado Novio invadiendo nuestro espacio, nuestra conversación, nuestro momento. En efecto, no solo mi corazón me traicionaba sino las palabras que emanan de mi boca. En el momento en que Guillermo reveló lo que todos sabíamos siendo el hecho de que cualquier hombre quisiera tener a Isabel, susurré mi pensamiento inconscientemente- Cualquier mujer también, así como yo- Mire rápidamente ambas caras para saber si habían podido escucharlo pero Isabel parecía absorta en la cara de Guillermo que miraba con lujuria sus senos. Pedí permiso y me retiré sabia que ya se me había arrebatado nuestra conversación y era hora de irme. Encontré a mi madre y ambas coincidimos en que era la hora de irnos. En la salida tropecé con Rebecca, quien al parecer por lo que he visto estos días se ha convertido en una gran amiga para Isabel. Pero la carga de sentimientos solo me permitieron esbozar un simple "hola". No necesitaba voltearme para encontrar la confusión en sus ojos.
La noche había terminado.
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El beso que me debes.
RomanceA decir verdad, la mayoría de personas sueñan con la fantasía de poner algún día tener el amor de algún profesor o en este caso profesora. No obstante, ese deseo que permanece en muchos, es cumplido en pocos.