Estoy acostumbrada a que me persigan, no a yo perseguir. Sin embargo, esto no se compara a nada que haya manejado en el pasado, la duda me mata y por lo tanto ni siquiera me puedo concentrar en mis actividades diarias, mi corazón que dejaba de latir por segundos aumentando mi respiración no me dejaba pensar con claridad. Rebecca que fue la autora de esta maravillosa idea, es igual de cobarde que yo y lo noto cada vez que me mira de reojo pensando si me arrepentí en haber aceptado su propuesta pero ya no había marcha atrás. Estábamos en el auto de los padres de Rebecca con gorras y gafas negras puestas siguiendo el carro de Lucia que se encontraba a unos pocos metros que el nuestro, íbamos a una distancia prudente para evitar que se diera cuenta que alguien la seguía. El objetivo era simple: saber porque canceló la tutoría y si el motivo estaba relacionado con su amiguita Susana.
Ni siquiera yo sabia como un simple regreso a casa despues de clase terminó en una persecución secreta a nuestra maestra pero aquí estamos, estacionándonos en la misma calle donde se encontraba lo que parecía su casa y con una vista perfecta de lo que pasaba. Lucia se bajó del auto y una mujer con apariencia mayor abrió la puerta recibiéndola en un abrazo. Su rostro me resultaba familiar pero no recordaba con exactitud quien era. Hasta que mi inteligente amiga me iluminó, esa mujer era la viuda del Sr. Márquez, que ya había visto en la presentación de mi noviazgo con Guillermo y por lo tanto también Lucia, su hija.
- Así que esta es la casa de los Márquez.- Dijo mi amiga viendo el lugar.
-¿Sabes? De cierta manera esto me genera alivio y al mismo tiempo cierta intriga, a ver parece ser que iba a visitar a su mama, pero ¿porqué no haberlo dicho? tal vez decir diligencias personales hubiese sido mejor que mentir alegando que se sentía mal. Eso no lo entiendo en lo absoluto.
- Estoy de acuerdo contigo amiga, todo indica que es una reunión familiar. Esperemos un rato mas a ver si pasa algo, Quizá llegue tu mejor amiga Susana. - Dijo esto ultimo haciéndome cosquillas a la vez que se llevaba un regaño de mi parte. Nos quedamos 30 minutos sentadas observando pero no pasaba nada, la puerta permanecía cerrada y realmente me estaba quedando dormida, sin mencionar que Rebecca que había sido la genia de quedarnos un rato más, se había quedado dormida hace 10 minutos. Estaba lista para despertar a Rebecca e irnos, hasta que en ese preciso momento un carro se acercaba a nuestra posición y como pude baje la cabeza de mi amiga y la mía evitando que nos vieran. El auto se estacionó y como si Rebecca tuviera de profesión ser Bruja o adivina, Susana bajaba de el. Nuestros ojos se abrieron como platos viendo a aquella mujer tocar la puerta y ser recibida en un caluroso abrazo por la mamá de Lucia. Aunque, contrario a lo que pensábamos no entró a la casa, sino que una Lucia con una ropa mas cómoda llegaba a recibirla afuera proporcionándole un pequeño beso en la mejilla.
-Yo sabia que algo estaba mal- Le dije a Rebecca que acercara el carro un poco porque necesitaba verlo todo con detalles pero la alarma del carro sonó arruinando nuestros planes, Ahora la mirada de las tres mujeres se dirigiría en nuestra dirección. Afortunadamente Rebecca arrancó tan rápido como pudo y los vidrios polarizados no permitían tener una visión desde afuera. Por un momento el miedo a ser descubiertas nos paralizó, en el camino Rebecca decía en voz alta lo que yo pensaba en mi interior, mi amiga tampoco entendía que buscaba Lucia con sus actos, el porqué de si fue ella quien creó toda esta situación ahora cambia tan repentinamente y aunque yo permanecía en silencio sentía punzadas en el corazón. No debí ilusionarme por ese beso. Ni mucho menos creerle a una mujer que se debe estar divirtiendo en confundir a la hija del futuro presidente. Rebecca dijo algo que yo no me había planteado incluso en las veces que me he cuestionado a mi misma y a mis sentimientos.
- Amiga, no te comenté nada porque me pareció irrelevante pero ayer escuché a mi padre decir que La Sra. Márquez busca hacer proyectos con tu padre así como uno que otros negocios, en principio me pareció algo normal. Pero ahora que lo pienso y si Lucia ha querido acercarse a ti por algo relacionado con esos negocios....- Lo que planteaba Rebecca me había dejado muda, en mi mente la lejanía de Lucia se podía deber a una falsa ilusión o diversión pero jamás en que tuviera algo que ver con negocios y dinero. Y si tan solo Rebecca llegara a tener razón, me destruiría el corazón.
- Olvídalo, son suposiciones demasiado lejanas, aparte yo vi algo en los ojos de Lucia al mirarte. No creo que ella sea capaz de algo así y si lo hace, la mataré con mis propias manos.- Mi amiga trato de dar palabras reconfortantes al ver la expresión en mi rostro, sin duda me sentía triste. Llegamos a casa y me dio un ultimo abrazo hasta que ya no vi su carro. No tenia ánimo en lo absoluto, reflexione sobre algunas cosas como que no debo dejar que esto me atormente mas y mucho menos seguir dedicándole tiempo en mi mente y espacio en mi alma a una persona que solo me usó para divertirse un rato independientemente sea el motivo, así que trate de dormir. Fue un largo día.
Al día siguiente, me vestí lo mejor que pude, en mi maquillaje resalté mis ojos y arregle mi cabello en una coleta perfectamente alineada. Había decidido ser quien debo ser, Isabel De Castilla, la hija del próximo presidente.
Al llegar a clase recibí varios halagos de mis compañeros y mi amiga que esbozaba un Wow desde lejos. Incluso Jaime, siendo muy respetuoso me halagó como si de un padre se tratase. El día llegaba a su final y la clase de ella estaba por comenzar. Contrario a ayer, su apariencia se veía mas agotada y no se había tomado ni la molestia en cubrir sus ojeras. Hicimos contacto visual por error pero fui yo quien esta vez apartó la mirada. Lucia dio instrucciones para formar parejas y realizar una actividad. Rebecca me susurró en el oído que Leo quería sentarse a mi lado. Leo pertenecía al equipo de futbol y no mentiré, no estaba nada mal. Aunque también era inteligente. Rebecca se levantó intercambiando su puesto con Leo y un carraspeo llevo la atención de todos a Lucia que me miraba fijamente con las cejas fruncidas.
- Perdón.- Fue lo único que dijo al sentir la mirada de todos y al instante retomando la actividad. Mis oídos escuchaban a Leo hablar apasionadamente del tema pero mi mente divagaba en todo lo que había pasado ayer y la forma en como se esta comportando Lucia. Era muy notorio que le había molestado la presencia de Leo a mi lado. Sin embargo, ese es su problema, no el mío.
-Chicos aquellos que se cambiaron de puesto, regresen al suyo inmediatamente, cambie de opinión, la entrega será individual. - Una lucia con actitud poco agradable dijo mirándonos a Leo y a mi disimuladamente. Varios se colocaron de pie y regresaron a su silla pero Leo prefirió quedarse a mi lado.
- Señor Leonardo, lo que acabo de decir también va dirigido a usted.- Tenia un tono desafiante, Leo le hizo una suplica con las manos mientras los demás chicos se reían, yo me limitaba a sonreírle a Leo y a dedicarle miradas coquetas. Lucia abrió la puerta del salón y le ordenó salirse. Al instante el silencio se hizo presente y de las risas, mis compañeros se miraban con terror los unos a los otros. Rebecca y yo intercambiábamos miradas cómplices mientras veíamos a Leo ser expulsado del salón. La clase terminó no sin antes sentir su mirada fulminante puesta en mi. Nos disponíamos a salir hasta que nombró mi apellido. Ordenando que me quedara. No quería escucharla ni mucho menos hablar con ella. Me quede de pie en frente de su escritorio a una distancia prudente.
-Srta. De Castilla, No entregó el informe, ¿cierto?- Con todo lo que tenia en la cabeza, olvide por completo el asunto del informe. Los nervios se apoderaron de mi pero trate de ocultarlos.
-No, no lo entregué, me sentía un poco indispuesta de salud y lo olvidé por completo. - Use su misma excusa para hacerle saber que yo sabia que había mentido, sin duda mi respuesta la sorprendió un poco.
-No volverá a suceder, entiendo que tengo mala calificación, no se preocupe no tengo reclamos.- Con lo anterior dicho me dispuse a salir del salón, no quería estar ni un minuto mas ahí, hasta que sentí su mano en mi muñeca.
-Isabel, necesito hablar contigo.-
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El beso que me debes.
RomanceA decir verdad, la mayoría de personas sueñan con la fantasía de poner algún día tener el amor de algún profesor o en este caso profesora. No obstante, ese deseo que permanece en muchos, es cumplido en pocos.