-¿Ya vas a llegar?- Suspiré pesadamente un poco irritada por la tardanza de Rebecca.
-Si amiga, respira profundo, es date vuelta ya llegué.- La cabeza de una niña boba asomada por la ventana del carro levantando sus cejas en forma de juego me sacó una sonrisa y entré al auto- ¿Por qué tanta prisa? sabes que no hay excursión sin nosotras-
-Amiga, con todo lo que ha pasado necesito despejar mi mente- Dije tratando de cerrar un poco los ojos, algo que fue completamente en vano porque cada vez que los cierro la veo a ella, Obtuve una mirada confusa de parte de Rebecca- ¿Y como planeas hacer eso? Acaso vas a volver invisible a Lucia o qué tienes pensado?- Ni siquiera yo sabia que pensar de todo, la conversación de anoche que me queda muy claro que ella va a tratar de retomar pero por otro lado mi lado desconfiado que prefería sencillamente olvidarme de todo esto y solo seguir con mi vida. Aunque no puedo mentir, tengo un poco de curiosidad del significado de sus palabras.
Llegamos al instituto y fuimos directo a la zona de embarque de los buses, no soy muy creyente, pero en este momento tengo el rosario en la boca para evitar que me toque en el mismo bus que ella. Todos sabíamos perfectamente que en cada bus habían 2 profesores asignados como mínimo. Lo bueno de esto es que Rebecca no se separaría de mi ni un solo segundo. Sin embargo, nuevamente el Universo me manda señales de que me odia. Al subir los escalones del bus la primera cara con la que me crucé fue la de ella dando los "Buenos días". Trato de darme una leve sonrisa pero al ver que no la correspondí se hizo a un lado permitiéndonos el paso a mi amiga y a mi.
¿Así de mal estuvo la conversación de anoche?- Susurraba mi amiga en mi oído mientras nos acomodábamos en los puestos de atrás y la observábamos a ella en la zona delantera dando la bienvenida a los demás estudiantes en compañía de Jaime. -Pésima.-
Todos los que faltaban ya estaban en sus puestos y segundos despues el viaje había dado inicio. Los 10 primeros minutos me dedique a contarle a Rebecca todo lo que había pasado anoche con detalles exactos, aprovechando que el silencio ya no reinaba y el ruido de mis compañeros hablando no permitía que se escuchara nada. Mi amiga giró su cabeza unos segundos para observar los movimientos de Lucia que se encontraba en la primera fila y se encontró con sus ojos posados en mi. - Te está mirando, creo que tu plan de evitarla en este pequeño viaje no va a durar mucho.- Susurró Rebecca en mi oído.
Luego de 2 horas de camino, llegamos a nuestro destino, el sol resplandeciente era evidencia de ello y el sonido de las olas que chocaban con las rocas no se quedaba atrás. Desabotoné uno de los botones de mi camisa dejando un poco de mis senos a la vista debido a que el calor me obligaba. Los buses que nos transportaban se habían detenido en el hotel y se nos fueron asignadas habitaciones a parejas. Rebecca y yo dormiríamos juntas. Aunque me daba un poco de curiosidad saber si a los profesores también les aplicaba esa regla.- ¿Escuchaste a los chicos que estaban delante de nosotras? Susana, la noviecita de Lucia no pudo venir. Poor baby - Hice un falso puchero y Rebeca acompañó mi risa.
Mientras recogía mi cabello por el sudor, inhale un perfume que conocía perfectamente y que inevitablemente alteraba todo mi sistema. De reojo la vi pasando a ella al lado de Ximena (la encargada de estudiantes) a centímetros de mi dedicando una mirada sin pudor a mi escote que dejaba ver el comienzo de mis senos.
Ximena, no me preocupa. Todo lo contrario, me dejaba satisfecha, tal vez así Lucia en este viaje aprenda buenas costumbres como ser madura. Ximena era una señora de unos cuarenta y tantos, bajita, pelo corto y gafas cuadradas que reflejaban la seriedad de su cargo.
Jaime y varios profesores daban instrucciones sobre encontrarnos en 2 horas en el museo marítimo, mientras tanto podíamos descansar en las habitaciones y así fue a excepción de que en esas 2 horas, Rebecca y yo decidimos escabullirnos e ir a la playa. Vestíamos bikinis reveladores y muy sexys en mi opinión y la de los hombres que nos miraban de reojo mientras caminábamos por la arena, el mío era rojo intenso y el de mi amiga azul.
Estábamos disfrutando del día acostadas en la arena hasta que una sombra que ahora era el obstáculo entre el sol y yo, no me dejaron otra salida que levantar mi rostro y enfrentarme con el de ella.
-Señoritas las han estado buscando los profesores- Una Lucia un poco molesta con cejas fruncidas nos miraba a ambas.-Vístanse y nos vemos en el museo ¡Rápido!- Me levante sin caer en cuenta que mi cuerpo era solo cubierto en mis senos y entrepierna, las cejas fruncidas de Lucia ahora habían desaparecido y su mirada que vacilaba entre mis piernas, mi abdomen y el comienzo de mis senos hicieron que no encontrara diferencia alguna entre su cara y un tomate.
Sin decir palabra alguna, se retiró a pasos rápidos de donde nos encontrábamos. Le dediqué una sonrisa burlona a Rebecca y ella tenia que decir algún comentario como siempre. - Ves, te dije que tus senos hacían maravillas.
Nos vestimos con lo apropiado, faldas y tops propios del clima y la cultura cálida. A los minutos ya nos encontrábamos en el museo mirando los barcos que estaban exhibidos y divisando a los lejos al grupo de nuestros compañeros que se limitaba a seguir a Ximena. Por un momento Rebecca salió corriendo para apreciar el barco de sus sueños pero el cansancio no me permitió seguirla y me encontraba ahora sola mirando una que otra pieza exhibida. Parecía como si estuviera esperando el momento perfecto para acercarse porque a los segundos mi nariz inhalaba nuevamente su perfume que ahora estaba a centímetros mío.
-¿Piensas ignorarme toda la vida?- Me limite a mirarla y seguir caminando despacio simulando estar interesada en unos cuadros que no tenia ni la menor idea de que significaban - Ese cuadro se llama "Dos mujeres corriendo por la playa" de Picasso, una autentica obra. ¿Quién diría que le tuviera tanta envidia a un cuadro?- Seguí fingiendo desinterés- A mi me encantaría correr por la playa con una mujer muy hermosa cuyo apellido es De Castilla, ¿La conoces?- Ya no pude seguir haciéndome la de los oídos sordos. - ¿Qué quiere, Srta. Márquez?.
Lo siguiente que sentí fue su mano empujándome hacia afuera del museo y llevándome a los baños del edificio. Su cuerpo ejerció presión sobre el mío que estaba acorralado por la pared.
- ¿Sientes eso?- El latido de nuestros corazones acelerados era evidente- Lo que yo quiero, es que me escuches, Mira....Perdóname por las estupideces que hice en estos días, pero necesitaba convencerme que tu no eras para mi y mucho menos de que tuviese sentimientos por mi alumna, besé a Susana esperando sentir algo igual o similar a lo que sentí cuando te besé. Sin embargo, me equivoqué. Ya no puedo ocultar que me gustas y siempre me has gustado, no se si esto sea un error del que me vaya a arrepentir pero no puedo dejar que este viaje pase en vano y no sepas lo que siento. -Nuestros ojos conectados y las respiraciones agitadas de ambas nos jugaron una mala pasada, en especial a mi que batallaba con todas mis fuerzas en no estar cerca de ella. Sentí sus labios tocar los míos con suavidad y cierto miedo, Pero poco a poco el beso fue tomando forma y mi cuerpo perdió la batalla con el suyo, ahora nuestros labios luchaban por dominar sobre el de la otra, su lengua pidiendo permiso para entrar reflejaba la pasión con la que nos besábamos a escondidas en ese cubículo, sumidas por una especie de necesidad. Sentí una de sus manos posada en mis caderas querer bajar hacia mis piernas y al mismo tiempo subir para levantar la falda que tenia. Con su otra mano tocó levemente mi trasero hasta agarrarlo fuerte, provocando un mi un gemido casi que inaudible. Quise detener lo que estaba pasando al caer en cuenta en el lugar donde nos encontrábamos aunque cada intento de desprenderme del beso era fallido, ambas queríamos esto y mucho mas. Sin embargo, el sonido de una voz, preguntando si estaba ocupado nos hizo separarnos un poco asustadas. Esperamos que los pasos se alejaran hasta no escucharlos cerca.
-Tienes 10 minutos para contarme la verdad.- Le di una ultima mirada a Lucia antes de salir del baño.- Te invito a tomar una copa de vino. - Acepté retirándome y acomodando mis prendas antes de incorporarme al grupo otra vez.
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El beso que me debes.
RomanceA decir verdad, la mayoría de personas sueñan con la fantasía de poner algún día tener el amor de algún profesor o en este caso profesora. No obstante, ese deseo que permanece en muchos, es cumplido en pocos.