Capitulo 16

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El día en el instituto no tardó en acabarse. Rebecca había ido a su casa a cenar con su familia, yo por mi lado, husmeaba en internet las ultimas tendencias en moda. Escuché vibrar mi celular que yacía del otro lado de donde me ubicaba, la pereza hizo lo suyo y decidí ignorarlo. Volvió a sonar unas dos veces mas indicándome la llegada de mensajes. Decidí levantarme cansada del sonido y al prender la pantalla me encontré con un numero desconocido. 

-Buenas noches Isabel, disculpa la hora, solo quería saber como te sentías y si te habías mejorado por completo :) ...Soy Lucia, por cierto. 

Su foto de perfil confirmó lo que mi mente intuía. Mi corazón se aceleró, mi boca se secó, mis manos sudaban más de lo habitual y el nudo en el estómago me estaba matando. Era ella. 

Me quede de pie varios minutos observando el chat como si de una estatua se tratase. Mi cerebro no lograba procesar que la Srta. Lucia tenia mi numero privado y se interesaba en preguntar por mi y mi estado de salud mientras yo lo único que hacia era huir de ella. 

¡¿Pero como había logrado conseguir mi número?! trate de recordar si en alguna ocasión se lo había dado pero la respuesta a todos los escenarios que se producían en mi mente a mayor velocidad de la habitual era negativa. Y entonces, su cara vino a mi como una ráfaga de luz. Rebecca.

Rebecca te voy a matar, ya entendí porque no me dijiste todo lo que ocurrió ayer. Era demasiado simple decir  «Amiga le di tu numero a la profesora lucia».- La nota de voz que le estaba enviando a Rebecca imitando su voz era a simple vista el producto del enojo pero no era mas que mi cuerpo demostrando los nervios que me producía el saber que el número de la Srta. Lucia estaba entre mis contactos.

Decidí agregarla y tratar de pensar como responderle mientras le daba tiempo a Rebecca para responder las 5 notas de voz que había dejado en su chat. Entre en pánico, se supone que debería escribir algo simple pero al tratar de escribir al menos una palabra no tenia ni idea si sonaba muy "no me importa" o tal vez muy "Cásate conmigo". Me tire en la cama buscando alguna solución en el techo mientras suspiraba. Agarre mi celular por decima vez y coloque lo primero que pensé. 

-Buenas noches. Srta. Lucia. Sólo era un resfriado, ya me recuperé por completo, siendo sincera no esperaba el mensaje pero muchas gracias por preocuparse ❤. -

Lo revisé incontables veces antes de enviarlo y hasta tratando de omitir por un momento la traición de Rebecca, le envié un screenshot de lo que había escrito, obteniendo su aprobación decidí enviarlo y dar un pequeño grito interno. 

Luego de unos minutos que se hicieron eternos, respondió. 

-No hay de que, este es mi número si deseas guardarlo. Espero que descanses y nos vemos mañana en tutoría. 

Justo cuando estaba gritando internamente de alegría, el recuerdo de lo ocurrido en su carro ahora permanecía en mi mente y todos los sentimientos de pena y vergüenza me hicieron colocar una almohada en mi cara tratando de olvidarlo. Me cuesta entender porque la Srta. Lucia sigue siendo tan cordial conmigo sin sacar ese tema a relucir. Aunque solo hoy habíamos tenido contacto desde que eso ocurrió. Quizá ella como cualquier otro piense que solo fue un error y yo tampoco soy relevante en su vida para pensar que hubo algo mas allá de un simple equivocación. Ese pensamiento me desanimó e hizo que mis pies volvieran a tierra. La Srta. Lucia es mi profesora y nada más. Mañana en tutoría, tal vez debería pedirle una disculpa. 

Bajé las escaleras en busca de un vaso con agua haciendo mi mayor esfuerzo en no caerme por la oscuridad que había en la casa. Antes de llegar escuché la voz de Martin que sostenía una conversación con otra persona. Era tarde y para esta hora ya debió haberse ido. Todos incluyendo a Amelia ya dormían. Sin embargo, parece ser que no todos, la otra voz era sin duda la voz de mi padre. Coloque mi oído en la puerta que dividía la cocina pero aun así no lograba escuchar exactamente lo que decían. Solo pude entender un "Nadie se puede enterar de esto Martin, de lo contrario todos los esfuerzos que he dedicado en mi campaña serian en vano. Perdería todo, ¿entiendes?". Escuché unos pasos del otro lado al parecer dispuestos a dirigirse donde yo me encontraba y me escabullí subiendo las escaleras lo mas rápido que pude. Si mi padre se enteraba que espiaba sus conversaciones me mataría. Sin embargo, no puedo negarlo, me da mucha curiosidad e intriga el saber de que estaban hablando y que es eso tan grave de lo cual nadie se puede enterar. 

El beso que me debes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora