Antes de Perderte | Enzo x Julián

Capitulo Trece

No sabía cómo sentirse después de la reunión. Ya había llegado a su departamento en buenos aires y lo único que podía pensar es en la leve interacción que tuvieron (se miraron por dos segundos).

No sé sorprendió al darse cuenta de que el otro estaba enojado con el, no es que se esperara que lo recibiera con un abrazo y le pidiera que fuera a tomar un café después de que lo terminará de una forma más horrible de que se le ocurrió y se fuera a otro país sin siquiera avisarle, pero de igual forma se había sentido un tanto decepcionado.

Tenía que pensar en algo para poder acercarse al otro. No tenía idea de cómo hacerlo pero algo ya se le iba a ocurrir.

...

Era su primer entrenamiento como equipo. Les habían informado que iban a practicar algunos días todos juntos antes de ir a Qatar, para que el equipo técnico pueda ver cómo era su comportamiento dentro de la cancha con sus nuevos compañeros.

Al principio todo estaba bien, primero eran ejercicios separados y después hicieron algunos en grupo, hasta ahora Enzo no lo había mirado en ningún momento.

Hasta que dijeron que debían hacer ejercicios de a dos, su corazón se aceleró pensando que tal vez lo ponían con el morocho ya que estaban en un nivel bastante parecido de juego pero cuando dijieron que el tenía que entrenar con Alexis y el menor con Lautaro, no sabía si se sentía aliviado o decepcionado, capaz un poco de las dos.

En especial al ver la cara de felicidad del contrario usando dijieron el nombre de su compañero, no le gustaba lo cercanos que se veían esos dos.

...

Ya había terminado el entrenamiento y estaban todos en los vestuarios buscando sus cosas y arreglándose para ir cada uno a su casa.

Julian sabía que Enzo era lento en esos casos, cuando estaban en River casi siempre se quedaban al último los dos solos, pero esta vez noto que fue uno de los primeros en irse, parecía como si estuviera huyendo. Estaba huyendo de él.

Eso lo decepcionó, tenía ganas de intentar hablar al menos un poco con el contrario si se llegaban a quedar solos pero era obvio que el morocho lo estaba evitando.

Obligándose a mantener una actitud positiva se dijo a si mismo que lo iba a seguir intentando durante los siguientes días.

...

Pasaron los días y por más que lo intentará no tenía ningún momento en el cual pudieran estar solos, se estaba empezando a frustar.

Hasta que un día se harto, era el último día en el que iban a entrenar en Argentina, a la mañana siguiente viajarían a Qatar, así que se animó a si mismo y esa misma noche, después del entrenamiento, cuando vio que el morocho se estaba a punto de ir, lo detuvo.

-¿Te podes quedar un ratito más? Quiero hablar con vos, por favor.

Era la primera vez que le hablaba después de lo que parecían años. Lo había tomado de la muñeca y le hablo cerca de su oído, no de la forma tan íntima como hacía tiempo atrás pero lo suficiente cerca como para poder susurrarle y que el contrario lo escuche. Sintió un escalofrío del lado contrario y como se le erizaba la piel.

El menor primero se vio desconcertado, no se esperaba que le hable, después lo dudo, estuvo algunos segundos sin saber que hacer, lo cual hizo poner nervioso al castaño, sentía que en cualquier momento era capaz de pegarle por atravesé a hablarle después de todo lo que hizo, no era como si no se lo mereciera pero ciertamente era algo que le gustaría tratar de evitar, a menos de que eso ayudará a que el morocho lo perdone, en ese caso no tenía ningún problema en dejarse violentar a total disposición del lindo mediocampista.

Después de un tiempo, el más alto asintió, mirándolo con desconfianza, no le hablo, solo fingió como que estaba buscando unas cosas, total nadie parecía prestarle atención a ninguno de los dos.

Una vez que todos se fueron, se acercó al contrario. Estaba nervioso, por más de que lo haya practicado cientos de veces el que le iba a decir, ahora sentía un nudo en la garganta que le impedía hablar.

El otro lo miraba expectante, se ve que el tiempo que estuvieron esperando a que el lugar se vaciara, le había servido para poder ocultar los nervios que estaba seguro que contenía, de igual forma se notaba que no tenía intensión de hablar y como sabía que tenía poca paciencia, este se iba a cansar y se iba a ir, perdiendo cualquier tipo de oportunidad que tuviera en ese momento.

-Hace mucho que no nos vemos...

Dijo lo primero que se le vino a la mente, no lo juzguen.

La única respuesta que tuvo fue un sonido de afirmación del contrario. Todavía parecía estar recio a hablar.

-Me enteré que estás jugando en el Benfica, es un gran club.

La respuesta que obtuvo fue igual de sosa que la anterior. Lo que a, duras penas se podría llamar conversación, siguió igual por unos minutos, el mayor haciéndole comentarios o preguntas mientras que el morocho respondia con monosílabos o con apenas sonidos

El ambiente era totalmente incómodo, cada palabra que decía el castaño parecía más pesada que la anterior así que luego de unos minutos se harto de ese vago intento de charla y decidió ir al punto.

-Enzo, yo...

Se sentia como cuando tuvo que terminar con él pero esta vez no tuvo su mano en el muslo y la mirada tranquilizadora junto a su sonrisa diciéndole que todo iba a bien, en cambio, al levantar la vista se encontró con los ojos penetrantes del contrario mirándolo con una frialdad que casi no podía reconocer. Le dolió pero igual se obligó a seguir.

-No debí irme sin avisarte, se que estuvo mal y me arrepiento.

El silencio se prolongó durante unos minutos, en los que ambos lo único que hacían era mirarse a los ojos.

-¿Eso es lo único que tenés para decir? - Era la primera vez que lo escuchaba decir tres palabras seguidas desde que se reencontraron.

Lo tomo por sorpresa y se ve que su silencio fue suficiente respuesta para el. Soltó una risa de incredulidad y cuando se estaba por ir, como pudo el castaño volvió a hablar.

-No, yo... Es solo que no se que decir, no me gusta que no nos hablemos.

-¿De quien crees que fue la culpa?

Al escuchar eso miro al piso avergonzado, sabía tenía la razón. Al ver esto el morocho pareció apiadarse un poco de él por lo que volvió a hablar.

-Mira, Julián, estamos por jugar un mundial, esto va mucho más haya de nosotros dos, vamos a tener que convivir por bastante tiempo en Qatar, además de tener que trabajar en equipo así que no quiero que las cosas esten mal entre nosotros pero no esperes que todo vuelva a ser como antes porque eso no va a pasar, somos compañeros, punto, nada más.

Cuando termino de hablar, agarró sus cosas y se fue. Mientras el otro todavía parecía estar procesando todo lo que le dijo.

En primer lugar se sentía un idiota, ni estaba seguro del porqué pero así era. En segundo lugar, debía admitir que las cosas podrían haber salido peor, mucho peor, así que lo sintió como un avance, uno pequeño pero uno al fin y al cabo.