Capitulo Catorce

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Desde lo que pasó en los vestuarios no volvieron a hablar, debía admitir que las cosas se sentían menos tensas pero de igual forma ninguno podía sentirse relajado con la presencia del contrario cerca.

Ya habían llegado a Qatar, en el viaje no estuvieron sentados cerca y eso ayudo a que ambos pudieran estar más tranquilos. Fue bastante pacifico el recorrido, sin contar todas las veces que se ponían a cantar y a gritar por la emoción pero bueno, era algo comprensible que a nadie le molestaba.

Salvo cuando eran las cuatro de la mañana, todos estaban intentando
dormir después de ocho horas de viaje, sin contar las que todavía les quedaban y a alguien (De Paul) se le ocurrió que era buena idea ponerse a cansar Muchachos por decimoctava vez consecutiva, lo único que logro fue que una persona desconocida (Dybala) le tirara un neceser a la cabeza diciéndole que se callara.

Después de eso el viaje siguió con tranquilidad.

...

Estaban ya en las habitaciones del hotel, a él le había tocado dormir Dybala. En realidad, se enteró que su primer compañero era Enzo pero se ve que este se enteró antes y logro convencer al director técnico de que lo cambiara de habitación.

Se sentía un tanto decepcionado por eso, no es que se esperara que por estar en la misma pieza todo fuera a mejorar de golpe pero supuso que el estar obligados a convivir los dos solos fuera del entrenamiento les iba a ayudar con su prácticamente nula relación.

Más grande fue su disgusto al darse cuenta de que el compañero que había elegido el morocho era Lautaro. No tenía forma de probarlo pero estaba seguro de que algo había ahí.

Pasaban los días y cada vez se sentía más seguro de ello.

Veía la confianza con la que interactuaban, el como hablaban, los pequeños roces de los cuales ninguno parecía percatarse por estar acostumbrados.

No quería admitir el ardor en su estómago que le daba cada vez que los veía juntos. Como tenía que apretar los puños para no hacer nada que sabía que no tendría una buena justificación después.

Le molestaba cada vez que lo escuchaba llamarlo por ese estupido diminutivo de su nombre nada original.

...

Se encontraban entrenando, Scaloni los había hecho poner en parejas de a dos que el mismo eligió, para su fortuna, le tocó con Enzo.

El ejercicio estuvo bien, por lo visto, todo lo que pasó entre ellos no afectó su conexión dentro de la cancha. El ver cómo Enzo esquivaba a uno de la pareja contraria y le pasaba la pelota de una forma perfecta para que pueda terminar lanzandola al arco marcando un gol, le parecía hermoso.

Todo se sintió como antes, como cuando estaban en River pero el ver que el contrario apenas le sonrió y levanta un pulgar en su dirección le hizo recordar que eso ya era cosa del pasado, muchas cosas habían entre medio de esos chicos jóvenes, inexpertos e ilusionados y estos de ahora, que lo único que podrían hacer era mirarse de lejos, siendo concientes de que la distancia que sentían el uno del otro iba mucho más allá de lo físico.

Pero lo que más me molestó, sin duda, fue cuando, al terminar el ejercicio, Lautaro se le acercó al contrario y le hablo.

-Enzito, estuviste muy bien hoy, se noto que te esforzarte.

No sabía que le molestó más, el estupido apodo, que, para su miseria, no era la primera vez que lo escuchaba decirlo, la mano en su hombro que amenazaba con bajar a su pecho, o el como lo recorrió con la mirada de arriba a abajo, mostrando una pequeña sonrisa juguetona al terminar de hablar y parecía a punto de morderse un labio. Julián sentía ganas de vomitar y más al ver qué el contrario le seguía el juego. No podía seguir mirando.

Pero sin duda lo que provocó que él castaño saliera corriendo del lugar, mientras se agarraba la panza y lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, fue lo que vio esa misma noche.

Scaloni le había pedido que vaya a buscar a algunos de sus compañeros faltantes porque quería decirles algo, los había citado a una reunión a todos en la sala común del hotel y todavía había algunos que no llegaban, entre ellos estaban Enzo y Lautaro, pero trato de ignorar ese detalle.

Fue a la pieza de algunos de ellos y la mayoría respondió que ya bajaba. Al llegar a una de las puertas la golpeó y se extraño al no recibir respuesta pero antes de que pudiera tocar de nuevo se escuchó un ruido adentro como de algo cayendose, seguido de un quejido, eso hizo que se preocupara y entrará a la pieza, la cual no tenía seguro. No debería haber hecho eso.

Lo primero que vio al entrar fue a Enzo, este estaba contra una pared siendo aprisionado por los brazos de Lautaro, se estaban besando, Lautaro estaba sin remera y una de las piernas de Enzo estaban sobre la cadera del mayor.

Parecía que ni siquiera habían notado que entro a la habitación puesto que seguían besandose.

La escena frente a sus ojos era demasiado para el, así que solo pudo cerrar la puerta detrás de si y salir corriendo.

Al llegar a su habitación, el castaño corrió al baño, sentía que en cualquier momento iba a vomitar.

Era la primera vez que le pasaba, nunca le habían dado ganas de vomitar por celos, pero también era la primera vez que veía a Enzo con otra persona tan de cerca, la foto de las noticias no contaba, ni siquiera podia asegurar que era él.

Se quedó allí unos segundos pero nada salió, eso le molestó más, por lo menos si vomitaba tal vez podría dejar de sentir esa sensacion de revoltijo en su estómago cada que recordaba la escena recién vista.

Cuando estuvo a punto de levantarse para irse a acostar, escucho la puerta abrirse, eso lo alarmó, defensivamente no quería que Paulo lo vea en esa situación así que se intentó parar de forma rápida para disimular la situación pero el que se haya estado sintiendo mal últimamente no lo ayudo y solo provocó que se tambaleara y buscará estabilidad en el lava manos.

Para ese momento Paulo ya estaba en el baño con él, lo estaba ayudando a ir hacia su cama mientras le preguntaba si estaba bien o si quería un doctor.

Lo único que pudo hacer en los brazos de su amigo fue llorar y abrazarlo. Al principio Paulo parecía un poco sorprendido por su accionar pero después de unos segundos correspondió al abrazo y empezó a decirle palabras de consuelo.

El castaño no estaba seguro si lo que hizo a continuación fue por la intensidad del momento y porque internamente ya estaba cansado de soportar todo el peso de lo que había pasado en los últimos meses él solo sin que nadie más lo sepa.

Así que en algún momento, el castaño miro a su amigo y luego de preguntarle si podía confiar en él y recibir una respuesta afirmativa, le contó todo lo que había pasado en los últimos años, iniciando por su relación con Enzo y como se había sentido atraído por él apenas lo vio, para terminar contando la escena recién vista, obviando el nombre de su otro compañero, no lo iba a exponer de esa forma tampoco.

Se descargo, podrían haber pasado horas mientras hablaba pero al otro no parecía importarle, lo escuchaba atento y sin interrumpir, para cuando termino sentía la boca seca y no podía ver a su amigo a la cara, si tenía que ser sincero le daba un poco de miedo su reacción y el que pueda hacer con tus la información que le acababa de decir.

Antes de Perderte | Enzo x Julián  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora