A Lautaro le había llamado la atención Enzo desde que lo vio por primera vez.
Ese aire de inocencia e inexperiencia que ocultaba con una sonrisa de seguridad y viveza. A él no lo pudo engañar pero si se robo toda su atención.
Esa misma noche, se decidió por hablarle, después de todo, no perdía nada con intentarlo.
Estuvo un tiempo esperando a que se vayan el chico y la chica quienes estaban hablando con el mejor y cuando por fin sucedió, se acercó hacia él.
Al principio fue una charla amena con las clásicas preguntas que le haces a alguien que no conoces, pero mientras más pasaba el tiempo mejor se desenvolvían ambos y todo se sentía más fluido y cómodo.
Al terminar la noche, cada uno se fue por su lado junto a la promesa de mantenerse en contacto.
...
En este momento el mayor se sentía bastante frustrado. Desde el comienzo habían aclarado que solo iban a ser amigos, pero con cada toque, beso, suspiro, que compartía con el menor se le llenaba el pecho de un sentimiento que bien sabía no era amistad.
Luego de su primer beso ya habían aclarado el como iba a seguir su relación, al principio estuvo de acuerdo ya que creía que sus sentimientos por el menor no iban a aumentar o interferir, ahora se podía dar cuenta de lo equivocado que estaba.
No lo pudo controlar y se dejó llevar bajo el toque del centrocampista. Sabía que estaba mal, que cada vez que estaban juntos, su amigo pensaba en otra persona. Nunca se lo había dicho, claramente, pero se podía dar cuenta. Cómo cerraba los ojos fuertemente y nunca, nunca había dicho su nombre mientras lo hacían.
No fue hasta que llegaron a Qatar que logro descubrir por fin en quien tanto pensaba su ahora compañero.
Le parecía irónico pensar que también era quien le había reemplazado en su puesto como titular.
Pero estaba bien, porque sabía que si decía algo, si enfrentaba al menor con sus sentimientos o le hacía saber que ya se había dado cuenta de los ajenos, todo iba a terminar, su especie de relación e incluso su amistad. Se iba a quedar sin nada y no estaba dispuesto a hacerlo.
...
No iba a negar que hablar con Julián le causaba cierta incomodidad, pero sabía que era algo infantil así que trato de ocultarlo lo mejor que pudo. Siendo compañeros de equipo no se podía permitir tener una mala relación con él, sabía que eso los iba a afectar a todos, sería egoísta de su parte.
Aún que tenía que admitir que tampoco estaba siendo una persona falsa, el cordobés le había agradado, sabía que eso era algo bueno pero había una pequeña parte de él, que aún que no lo quisiera admitir, le molestaba un poco aquello.
...
Al verlos besarse al frente de todo el mundo sintió una mezcla de varias emociones, de las cuales dos predominaban. Una era la alegría, aún que pareciera raro conociendo su situación, estaba feliz por Enzo, sabía cuánto había sufrido el menor por el otro chico y al ver qué por fin se animó a dar ese gran paso, de cierta forma lo animo.
La otra no sabía muy bien como describirla, claramente no era el final que deseaba, una parte de él creyó que el menor se iba a dar cuenta de que Julián era un boludo, lo iba a superar y se terminaría enamorando de él, dejandoles su felices para siempre, eso no pasó pero el ver la brillante sonrisa de su amigo le reconfortó, aún que fuera en brazos de otro hombre, si Enzo era feliz, él también lo era.
...
Ya habían pasado dos meses desde el beso público entre Julián y Enzo. Lautaro se encontraba mejor de que lo creía, hablaba constantemente con su amigo y eso lo alegraba, había aprendido a sobrellevar la amargura que le crecía en el pecho cada vez que el menor le hablaba de su novio. Aún que en la actualidad está era casi nula.
Habían quedado de verse con el mediocampista en la casa del último nombrado, hacía mucho que no convivían en persona y ya se extrañaban.
Estuvieron toda la tarde juntos, merendaron, charlaron tomando mate, vieron una película, además, de el mayor aprovecho para conocer y convivir con la hija de su amigo.
Estar en la casa del chico del que hace poco estaba enamorado, rodeado de fotos suyas con su novio y escuchándolo hablar de como fue conocer a su suegro, más el momento romántico que tuvieron esa misma noche, pensó que lo iba a afectar más de lo que en realidad lo hizo.
Estaba feliz de ver a su amigo hablar emocionado sobre su pareja y más contento lo puso el darse cuenta de que ya no tenía ese sentimiento negativo que le impedían estar plenamente alegre por el menor.
Cuando ya estaba por irse de la casa, escuchanron la puerta abrirse. Julián había llegado.
Cuando llegó al living y los encontró a los dos en el sillón, no parecía sorprendido, supuso que el menor ya le había contando sobre su presencia allí.
Luego de saludarlos e ir a cambiarse, se sentó junto a ellos, uniendose a la charla.
Aún que estaba seguro de que el cordobés sabía sobre la relación que solía llevar con su amigo, no parecía tenso por su presencia y eso lo alivio.
Lo invitaron a quedarse a cenar pero se negó, había estado el tiempo suficiente allí y aún que ya había podido confirmar que no tenía más sentimientos por su amigo, tampoco tenía ganas de ser la tercera rueda en la relación, así que de forma amable denegó la invitación y se fue a su departamento.
...
El también tenía una mascota pero a diferencia de su amigo, el suyo era un perro. Lo encontró poco después de volver de Qatar, en la calle y al verlo tan solo y desnutrido, no tuvo el corazón para dejarlo allí.
Al principio fue un poco complicado ya que, el animal le tenía miedo, le compro su comida, una camita, lo dejo todo en una esquina para que se vaya acostumbrando y ganando confianza. Se alegró de ver cómo todo funcionó y al poco tiempo ya lo tenía durmiendo en su cama junto a si mismo.
Al llegar a su hogar fue rápidamente recibido por su mascota, parecía recién despierto pero eso no evito que le ladre con la misma emoción que siempre tenía cuando ingresaba a su casa.
Se preparó su cena junto a la compañía del animal y se dirigieron ambos a comer al sillón, el perro también tenía su plato con balanceado.
En ese momento pudo apreciar lo feliz que se sentía, ya no estaba enamorado de su mejor amigo, además de que seguía teniendo una buena relación con él, también tenía muchas buenas amistades más, disfrutaba plenamente de su trabajo y todos los días al volver a su departamento tenía la compañía de su perro.
Por ahora no necesitaba una pareja, estaba satisfecho con lo que tenía y no lo cambiaría por nada.
ESTÁS LEYENDO
Antes de Perderte | Enzo x Julián
Fiksi PenggemarA medida que pasa el tiempo se van a dar cuenta que tener una relación siendo figuras públicas no es tan fácil como pensaban Historia inspirada en Antes de Perderte de Duki