Especial (Dybala)

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Paulo se encontraba acostado sobre el cuerpo firme de su compañero, apoyando su cabeza contra el pecho ajeno y recibiendo constantes caricias sobre su cabello.

Le encantaba la paz que le transmitían los momentos así. Estar los dos solos, únicamente escuchando la respiración del contrario, cada uno metido en sus propios pensamientos.

Habían pasado bastantes cosas para que pudieran llegar a eso.

Al principio, se conocían solo de cara y coincidian en algunas reuniones pero nunca llegaron a entablar una conversación, hasta que tuvieron que jugar en el mismo equipo.

Al principio su relación fue de solo amigos pero desde que se hablaron por primera vez supieron que había algo más.

Cómo ninguno estaba interesado en apurar las cosas, les tomo casi un año darse su primer beso.

Este había pasado gracias a qué, un día saliendo del entrenamiento, Paredes había decidido ofrecerle al mayor ir a comer a su casa. Al cordobés no le pareció raro esto ya que en ese tiempo lograron tener una relación cercana y eso era algo que, aún que no fuera habitual, ya había pasado un par de veces. Así que acepto y ambos se dirigieron a la casa del menor.

Al llegar, como ninguno tenía muchas ganas de cocinar algo elaborado, decidieron preparar un paquete de fideos con salsa y se sentaron a comer en el sillón, mientras ponían una serie, que habían empezado hace un par de días juntos.

Todo siguió normal hasta que, sin darse cuenta, se había hecho bastante tarde y considerando que el cordobés vivía a una gran distancia de su casa, no era conveniente que se vaya a esas horas, así que el menor le ofreció quedarse a dormir.

Al principio se negó, no quería ser una molestia pero luego de discutir por unos minutos noto que el cansancio era más grande que sus ganas de no aprovecharse de la generaciodad de su amigo.

Lo que si, se negó a dejar que el dueño de la casa durmiera en el sillón así que, junto a sus quejas, este le ofreció una manta y una almohada para que descansara.

Los dos ya estaban acostados, cada uno en una habitación distinta. El mayor ya estaba intentando dormirse hasta que siente unos pasos bajando la escalera y segundos después una mano tocando su hombro.

Al abrir los ojos se encontró a su amigo mirándolo fijamente a la cara.

-¿Estabas durmiendo?

-¿Que te parece? Genio. - Su voz sonó un poco más molesta de lo que pretendía, ya que en realidad, no estaba ni cerca de estar dormido y la interrupción de su amigo tampoco era algo que le molestara.

-Perdón.

Se dio cuenta de que el menor parecía realmente avergonzado así que decidio apiadarse de él.

-Está bien, idiota, ¿Qué paso?

Antes de responder lo pensó por unos segundos.

-En realidad nada pero no podía dormir y quería saber si vos tampoco.

El de ojos verdes soltó una corta risa y se terminó de sentar en el sillón, dejándole un espacio a su amigo.

Este lo noto rápidamente y se sentó a su lado, tapándose también con su manta. El mayor aprovecho la cercanía para apoyar su cabeza en el hombro contrario.

-¿Querés hacer algo? Podemos poner alguna película o algo así.

-Na, nos quedemos así un rato.

Hubo unos segundos de silencio.

-Paulo.

-¿Qué?

-¿Puedo hacer algo sin que te enojes?

Antes de Perderte | Enzo x Julián  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora