Capitulo Veintitrés

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Después de ese momento no hablaron más por los siguientes dias, las cosas habían quedado tensas entre los dos y todos en el equipo se dieron cuenta.

Aún que en los entrenamientos individuales eran igual de buenos que siempre, cuando debían hacer ejercicios en equipo se notaba la incomodidad entre ambos.

Scaloni les hablo un par de veces, tanto juntos como por separado, para que hablen y arreglen las cosas entre ellos pero ambos parecían recios a dar el brazo a torcer.

Julián tenía miedo de lo que le fuera a decir el menor, no quería tener que enfrentarse a un rechazo directo y quedarse sin esperanzas de volver a estar con quién amaba.

En cambio, Enzo no estaba seguro de que hacer, la nueva información que le dio el mayor lo dejo confundido.

...

Cada vez se acercaba más la fecha de la final así que sus compañeros de equipo, al ver qué ambos estaban recios a conversar y arreglar las cosas entre los dos, decidieron intervenir.

El Dibu y Otamendi contaron a los demás lo que vieron esa noche en el balcón, el estado de los dos más chicos y la posición en la que se encontraban.

Primero intentaron convencerlos de forma tranquila, Lautaro hablo con Enzo y Dybala con Julián, ninguno tuvo éxito.

Los dos involucrados estaban demasiado enfocados en sus propias incógnitas como para arriesgarse al ser el que da el primer paso.

Al ver qué lo planeado no salió como esperaban, decidieron ir por un lado un poco más violento.

Paulo le mando un mensaje a Julián diciéndole que había encontrado un perrito en uno de los baños en la parte de abajo del hotel, no sabía cómo había llegado hasta ahí, así que le pidió que lo ayudará a sacarlo. El castaño no lo dudo y fue a dónde su amigo le indico.

Lautaro le puso la misma excusa a Enzo, solo que cambio al perrito por un gatito.

A sus compañeros les preocupo un poco que ambos se lo hayan creído tan fácilmente pero decidieron ignorar ese detalle.

Primero llego el castaño quien, al ver qué no había nadie en el lugar, agarró su celular para mandarle un mensaje a Dybala. Justo cuando terminó, escuchó la puerta abrirse, al levantar la vista se encontró a la persona que menos quería ver en ese momento, Enzo.

Ninguno tuvo tiempo de reaccionar cuando se cerró la puerta detrás de el morocho y escucharon como la trababan del lado de afuera.

Se quedaron un tiempo procesando lo que pasaba hasta que escucharon un grito.

-¡Ninguno va a salir de ahí hasta que arreglen lo que sea que pasó entre ustedes! ¡Maduren, mierdas!

Se formó un extenso silencio entre los dos, en el que ambos evitaban la mirada del contrario, uno miraba el piso y el otro la pared.

Pasaron unos cuantos minutos en ese silencio incómodo.

-Creo que deberíamos hablar, a no ser que quieras pasar acá la noche. - Fue el morocho el que rompió el hielo, logrando que ambos se mirarán a la cara por primera vez.

-Si, tenés razón... - Hubo un momento en el que no sabía muy bien como comenzar a hablar- No cambió lo que te dije hace unos días, realmente me gustabas y me gustas y ya se que eso no justifica lo que hice y que probablemente nada lo haga pero no puedo cambiar lo que siento. -El castaño hablo.

-Vos también me gustas. - Respondió el morocho.

-Eso es algo bueno, supongo. - El castaño se había movido unos pasos  más cerca del menor, quedando a una corta distancia.

-No, no lo es.

El mayor frunció el seño en una mueca de confusión.

-No entiendo.

-No voy a volver a estar con vos sabiendo que hay posibilidades de que vuelva a pasar lo mismo. No quiero que estemos juntos si nos vamos a tener que estar escondiendonos, quiero un novio, no un puto secreto.

-Espera, ¿Estás queriendo decir que les digamos a todos que estamos juntos? No podemos ¿Qué pensas que va a pasar con nuestras carreras? Todo se va a terminar.

-Por dios, Julián, no es el fin del mundo que te guste la pija. Además nuestra carrera no se va a terminar por una estupidez como esa. Probablemente sea más complicado pero estoy dispuesto a afrontarlo, ¿Sabes por qué? Porque si lo hacemos, vamos a estar juntos, y estar con vos es lo que necesito para afrontar toda la mierda que nos pueda a llegar a tirar la gente. Puedo aceptar cualquier cosa, menos que nos ocultemos.

-Enzo, yo...

-No. Vos nada, esto es así, yo no merezco ser el puto secreto de nadie, si vos no te animas salir del clóset y querés vivir en una condenada mentira por el resto de tu vida está bien, me alegro por vos, pero no me vas a arrastrar a mí a eso.

Dicho esto se quedó callado por unos minutos esperando a que el contrario hablara.

El castaño pensaba en qué contestarle, lo que dijo lo tenía un poco atónito así que le costó un poco el poder ordenar sus pensamientos y palabras para poder hablar.

-Tenes razón, no es justo lo que te estoy haciendo.

Se quedó callado por un tiempo, hasta que continuo.

-Mañana vamos a jugar la final, es mejor que les digamos que ya estamos bien para que nos dejen salir, ambos tenemos que descansar.

Por un segundo pudo notar una mirada de decepción en la cara del morocho pero decidio ignorarlo, sabía que si hablaba probablemente lo volvería a arruinar.

-¿Nos pueden dejar salir? ¡Ya nos arreglamos! - El castaño fue el que llamo a sus compañeros.

-¡Les quitamos el seguro cuando escuchamos a Enzo gritar, teníamos miedo de que te intenté asesinar y vos no puedas huir!

La voz se escuchaba de lejos, supusieron que ninguno quería estar cerca del lugar cuando ellos salieran.

A penas terminó de hablar la persona de afuera, que creían que era el Cuti, el morocho salió de allí, dejando solo a Julián. Minutos después entro Paulo.

-¿Todo bien?

Se miraron por unos segundos.

-No. - Hablo el castaño mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y se ocultaba entre los brazos del contrario.

-Espera que vayamos a la habitación y hablamos bien, ¿Sí?

El mejor solo respondió con un subido afirmativo.

Por suerte, o por pedido del mayor, no sabía, cuando salieron del baño no había nadie así que el camino hasta su pieza fue tranquilo.

Sabía que una vez que llegarán a su pieza, va a tener que hablar con él y esperaba que su amigo lo ayudará a sentirse un poco menos miserable, aún que sabía que no se lo merecía.

Antes de Perderte | Enzo x Julián  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora