Ya era el día del partido contra países bajos, se sentía ansioso. No había hablado con Enzo y de cierta forma eso lo hacía poner peor.
Aún que se relajo cuando lo vio bajar las escaleras con una sonrisa mientras hablaba con Mac Allister. Cuando sus miradas conectaron no recibió una expresión de odio, solo una casi imperceptible sonrisa, eso lo alegro.
Se dirigieron temprano al estadio, como siempre, se podía notar la emoción y la ansiedad antes del partido, de igual forma todos se tenían fe.
...
Las cosas no estaban saliendo como esperaban. El que el árbitro les haya agregado 10 minutos de alargue y el gol a último minuto de países bajos los tenía desconcertados.
Hubo un gran cambio en el ambiente y una tensión palpable, ninguno de los que estaban afuera sabía que decir o hacer para ayudar a los actuales jugadores.
En cierto momento, Enzo entro en el campo de visión de Julián y este último pudo percibir lo intranquilo que se encontraba, quería poder acercarse y decirle algo pero sabía que no era posible dadas las circunstancias.
Cuando anunciaron que el partido se iba a penales todos sintieron caer una gran tensión sobre todo el estadio, más de la que había antes.
Los primeros fueron lanzados dejando una ventaja para Argentina.
Era el turno de Enzo, si lo metía serían los ganadores y pasarían a la semifinal. Julián podía percibir a la perfección la tensión que había sobre el cuerpo del contrario y el como los jugadores del otro equipo lo molestaban. Quiso acercarse para ayudarlo pero era tarde, el árbitro ya los había corrido y el morocho se posicionaba para patear.
Estaba seguro de que eso fue lo que le hizo errar el penal.
Al ver la expresión del contrario no pudo evitar, que cuando se acercó hacia donde estaba él y el resto de sus compañeros, ir a abrazarlo.
Lo rodeo con sus brazos apretandolo contra su cuerpo. El contrario al principio no reaccionó, dejando sus brazos al costado de su cuerpo pero si logro posar su cabeza en el hombro del contrario, ocultando su cara en el cuello de mayor.
-Está bien, Enzi, no pasa nada. Todavía no termino.
Mientras decía esas y algunas otras palabras de consolación le acariciaba el pelo con una de sus manos.
-Ya está ¿Si? Está por patear Lauti, veamos.
Al decir eso soltó el cuerpo del contrario, quien solamente se giro un poco para poder ver. Supuso que fue el nerviosismo del momento lo que le impulso a agarrarle la mano al mayor y apretarla con fuerza. Tenía miedo.
Cuando lo vieron meter el penal sintió que podía volver a respirar, estaba bastante seguro que se le había bajado la presión.
Lo único que pudo hacer fue dejarse caer de rodillas al suelo mientras se tapaba la cara con sus manos. Quería ir a abrazar a Martínez pero sentía que no tenía la suficiente fuerza para moverse.
De igual forma, segundos después, este llego a su lado y se tiro a abrazarlo. Julián también estaba ahí, puesto que, apenas el castaño metió el gol, y el mismo se tiró al piso, el castaño había hecho lo mismo mientras lo abrazaba, al igual que Lautaro segundos después.
Al poco tiempo llegaron el resto de sus compañeros para tambien tirarse encima de ellos. Todos sentían demasiada euforia, tanto los jugadores que lo único que podían hacer en el momento era abrazarse, como la hinchada que lloraba y gritaba celebrando el triunfo que los estaba llevando más cerca de la final.
...
Ya habían vuelto al hotel. Todos seguían con el ambiente de festejo, cantando canciones de la hinchada y gritando cada vez que podían.
Julián también se sentía feliz y eufórico, cantaba junto a ellos pero se abstenia de gritar.
A pesar de ello, se sentía muy preocupado por Enzo. Aún que esté tratará de disimularlo, sabía que se sentía mal consigo mismo por haber errado ese gol.
Por eso, cuando termino de ducharse, decidió ir a la habitación del menor para hablar con él, total antes de ir a la propia pudo ver a Lautaro irse con el Papu y Otamendi a no sabe dónde así que supuso que no iba a estar allí.
Cuando llego tocó la puerta y espero, está se abrió segundos después y pudo ver a un Enzo muy decaído, tenía el pelo mojado y ropa cómoda que creyó era su pijama, además tenía los ojos un poco rojos, era como si se hubiera estando aguantando las ganas de llorar.
El otro no parecía sorprendido de verlo allí, era como si se lo hubiera estado esperando.
-¿Puedo pasar? - pregunto cuando noto que el menor no parecía tener intensiones de hablar ni de moverse de al lado de la puerta.
Con un sonido afirmativo, le dio la espalda y se fue a sentar a la que supuso que era su cama.
-Lo que te paso hoy es algo que le pasa a todo el mundo, no te tenés que culpar como si fueras al único que le pasó o como si hubiéramos perdido. Ganamos, Enzo, eso es lo importante, sos alto jugador y por eso estás acá, todos confían en vos y lo siguen haciendo porque un pequeño error no te va a limitar como jugador.
El morocho estuvo mirando al piso en todo momento, no podía asegurar de que lo hubiera escuchado.
-Juli...
-¿Sí?
-¿Me podes abrazar?
El nombrado en vez de responder fue hasta donde estaba el contrario, sentándose a su lado y rodeando su cintura con sus brazos, atrayendo el otro cuerpo hacia el propio, hasta quedar completamente pegados.
Está vez si fue correspondido, el menor paso una de sus manos por los hombros del mayor y la otra la dejo apoyada en la parte de atrás de su cabeza, atrayendolo más hacia él, como si fuera posible unirse más.
Estuvieron así un tiempo, el castaño había empezado a acariciar la cintura del menor intentando calmarlo. Cuando vio que el morocho se empezaba a relajar y escondió su rostro en su cuello buscando mayor comodidad, confirmo que eso había funcionado.
-Gracias, Juli, por venir y por estar conmigo, lo necesitaba. Te necesitaba.
Esto lo dijo luego de separar su cara del cuello del castaño y se quedó mirándolo a los ojos a una corta distancia.
-No tenés que agradecer, Enzi, yo también te necesitaba y quiero poder estar siempre para vos. - Mientras hablaba le acariciaba uno de sus cachetes con su mano.
Por la distancia en la que estaban sería demasiado fácil acercarse unos centímetros y juntar sus labios pero sabía que eso estaba mal. No iba a aprovecharse de la vulnerabilidad del menor en estos momentos.
Se conformo con quedarse abrazados un rato más, hasta que se dio cuenta de que ya era hora de volver a su habitación.
Cuando se estaba por ir, el menor le volvió a agradecer y este solo pudo darle un besito en la frente como despedida, antes de salir por la puerta rumbo a su propia pieza.
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Antes de Perderte | Enzo x Julián
FanfictionA medida que pasa el tiempo se van a dar cuenta que tener una relación siendo figuras públicas no es tan fácil como pensaban Historia inspirada en Antes de Perderte de Duki