Antes de Perderte | Enzo x Julián

Capitulo Siete

Julián y Enzo estaban acostados sobre una manta en el pasto al lado del río, algunas veces mirando hacia el cielo y otras mirandolo al contrario, tenían a su pequeña hija caminando sobre ellos y viendo el lugar, también estaban rodeados por bastantes tipos de comida.

Esa noche habían decidido hacer un pic nic, ya que Enzo se dio cuenta de que nunca antes habían tenido una cita. Si habían salido bastantes veces juntos o con amigos pero nunca tuvieron una oficial, así que esa misma tarde, mientras estaban entrenando le digo que tenía que ir a su casa dentro de unas horas, ir vestido cómodo y lo único que tenía que llevar era a su linda gata.

...

Para cuando llego, el morocho ya tenía todo listo así que directamente fueron a dónde el menor los guiaba ya que el contrario no tenía idea de que estaba pasando.

Luego de caminar un poco llegaron a una especie de parque, estaba a la orilla del río y había bastantes árboles, el lugar era muy bonito y lo mejor era que no había mucha gente así que iban a poder estar tranquilos sin que nadie los molestará.

Al principio el castaño no entendía muy bien lo que iban a hacer ya que Enzo se había negado a decirle cualquier cosa pero una vez que el morocho tiró la manta sobre el pasto y empezó a acomodar toda la comida arriba de esta sintió como su pecho se llenaba de alegría.

Lo que el morocho había hecho le parecía la cosa más tierna del mundo, había preparado bastante comida, la cual parecía cacera, además de haberle traído también la comida de Nicki con un recipiente para el agua.

Ambos se sentaron y empezaron a hablar y a jugar con la gata, no sabían cuánto tiempo había pasado pero ya no quedaba casi nada de comida, el felino parecía que se había cansado de explotar el lugar nuevo y se terminó acostando al lado de la pierna del menor.

Los dos terminaron acostándose para mirar las estrellas, antes de eso ninguno hubiera pensado que estarían en esa situación ya que les parecía una de las cosas más cursis del mundo pero en ese momento ninguno podría estar más feliz.

Estaban en un cómodo silencio, con sus manos entrelazadas, en un momento el morocho giro la cabeza para poder llegar a verlo bien y le empezó a hablar

-Sos muy lindo, Juli, me gustas mucho.

Al principio el castaño se quedó en silencio, sentía como su corazón se había acelerado y no podía controlarlo, pero después de unos segundos logro hablar.

-Vos también me gustas, Enzo - mientras una hermosa sonrisa aparecía en su cara.

El morocho le devolvió la sonrisa mientras que se estiraba un poco para llegar a darle un beso al contrario, era lento, en el cual ambos trataban de transmitirse todo el amor que sentían.

Una vez que se separaron, se miraron por unos segundos y Enzo volvió a hablar.

-¿Me dejarías ser tu novio?

A lo que el otro solo pudo soltar una risa de la felicidad mientras asentía con la cabeza y se le tiraba encima para volver a juntar sus labios.

...

Una vez que llegaron a la casa del morocho, ya que era la que más cerca quedaba del lugar en donde estaban, ambos se pusieron a acomodar las cosas que habían llevado, asegurándose de devolverle la comida y el agua de la gata a su lugar.

Una vez terminado, ambos subieron a su habitación, habían dicho de ver una película pero antes de decidir siquiera cual iban a ver ya se estaban besando.

Primero era un beso lento pero a medida que el morocho se iba subiendo arriba del otro, se volvía mucho más brusco, con ambos compitiendo por cual llevaría el control

Cuando se separaron, el morocho empezó a dejar besos y chupones en el cuello del contrario, mientras que empezaba un lento movimiento de caderas haciendo rozar sus miembros, logrando sacarle algunos jadeos al chico abajo suyo.

Le saco la remera, bajando sus caricias por el pecho y el abdomen bien marcado del contrario pero cuando llego al borde del pantalón lo miro con un brillo divertido en sus ojos y volvió a besarlo, dándose vuelta, haciendo que, está vez, quede el castaño arriba suyo.

Mientras se besaban, el mayor lo empezó a desnudar, primero le saco la remera, los pantalones, asegurándose de dejar un par de caricias "accidentales" en su miembro y antes de bajarle la ropa interior lo miro por unos segundos para confirmar que está de acuerdo con eso, a lo cual el otro, solo puedo asentir sintiendose cada vez más desesperado.

Cuando termino de desnudarlo, empezó a masturbarlo lentamente, escuchando como el otro dejaba salir algunos jadeos en su oreja, lo que solo hacia que se sintiera más excitado.

Para no quedarse atrás, el morocho también empezó a quitarle la ropa al contrario. Cuando termino de quitarle la ropa interior, abrió sus piernas para dejar al mayor posicionarse entre ellas, haciendo que sus miembros rozen sacándoles jadeos a ambos.

El castaño lleva una de sus manos a la boca del otro, abriéndosela y haciendo que chupe tres de sus dedos, este le hace caso, pasa su lengua entre medio de los dedos mientras succiona y lo mira directamente a los ojos. El mayor sintió un tirón en su miembro al ver esta escena y sentir la calidez de su boca.

Saco su mano y la llevo a su entrada, con cuidado primero metió un solo dedo, sacándole un quejido de dolor al contrario.

-Tranquilo, ya va a pasar.

Susurró en su oído mientras dejaba besos en su cuello y empezaba a masturbarlo lentamente para distraerlo.

Cuando empezó a notar que el menor empezó a soltar leves jadeos y a mover su cuerpo buscando más contacto, metió el otro dedo, haciendo lo mismo hasta que sintió que ya estaba listo para los tres dedos.

Luego de unos minutos, el morocho entre jadeos empezó a pedir por más, de forma vergonzosa, así que el castaño saco sus dedos y los reemplazo por su miembro.

Empezó a entrar lentamente mientras lo besaba, agarrando una de sus piernas y poniéndolas sobre su pecho. Una vez que ya estuvo adentro de él por completo, se quedó quieto por unos segundos esperando a que se acostumbrara. Empezó a dejar besos y lamidas por su pecho centrándose en su pezón izquierdo y con una de sus manos acariciando el derecho.

Cuando el otro ya se acostumbro empezó a entrar y salir, primero lento, ya que no quería lastimarlo pero cusando ve que el otro se empieza a mover, acelera sus movimientos agarrándolo de la cadera, estaba seguro que eso iba a dejar marcas a futuro y solo lo impulsaba apretarlo más fuerte.

El morocho paso sus brazos sobre el cuello del otro atrayendolo hacia él permitiendose besarlo. A mitad del beso, este soltó un gemido y ahí supo que había dado en su punto dulce. A partir de ahí todas las embestidas fueron dadas hacia ese punto, acelerando sus movimientos, los gemidos de Enzo se mezclaban con los jadeos de Julián en su oído, este último volvio a masturbar al contrario, logrando que se venga sobre sus pechos con un gemido mucho más fuerte.

La forma en la que se contrajo su interior, apretandolo mucho más fuerte y los sonidos que hacía el contrario logro que unos instantes después este se venga en su interior.

Se quedaron así por unos segundos, regulando su respiración, hasta que el mayor salió de dentro de su novio y dejándole un rápido beso en sus labios fue a buscar una toalla al baño para limpiarlos.

Ya listos se volvieron a acostar abrazados y con un último beso ambos cayeron dormidos rápidamente con la calidad del otro rodeandolos y una sensación de satisfacción y tranquilidad en sus pechos.