Había pasado ya un tiempo desde que se fue de Argentina. No había vuelto a hablar ni a ver a Enzo. No podía decir que ya no sentía nada por el pero había aprendido a vivir con eso.
Jugaba como delantero en el Manchester City, era conocido mundialmente y muchos lo consideraban como uno de los mejores futbolistas juveniles
Sabía que tenía que estar feliz con su vida y de hecho lo estaba, pero eso no implicaba el pequeño tirón en el pecho que sentía cada vez que escuchaba alguna noticia del morocho o veía alguna foto.
Poco tiempo después de que él se fuera, el contrario hizo lo mismo y se mudó a Portugal para empezar a jugar en el Benfica, quería creer que él no estaba relacionado con la decisión del menor pero le resultaba difícil. Estaba seguro de que si hubiera estado en su lugar habría hecho lo mismo, no podría seguir jugando en River sabiendo la cantidad de recuerdos que tenían juntos allí.
Su rutina desde que llegó se podría considerar bastante aburrida y monótona. Sus horarios de entrenamientos eran estrictos así que apenas se despertaba, desayunaba e iba a entrenar, terminaba a la tardecita o a veces a la noche, volvía a su casa a comer, estar con su hija y dependiendo el día, se ponía a limpiar, ver una película o salir a hacer las compras semanales.
No solía salir mucho, ya que solo se había hecho una amiga allí y ella tampoco disfrutaba mucho el salir, así que casi siempre que se veían era en la casa de alguno de los dos. De vez en cuando iba a las reuniones que hacían los otros integrantes del club, ya que no quería sentirse tan excluido, pero de igual forma sentía que había algo ahí que no le permitía terminar de integrarse con ellos.
Se había traído a su hija con el, sabía que viajar hasta otro país solo, iba a ser complicado y no la podía dejar a ella allá, así que supuso que sería la mejor decisión. Tenerla con el lo hizo sentir mejor aún que sabía que la gata extrañaba a su otro padre (obviamente lo seguía considerando como tal) pero no había nada que pudiera hacer al respecto, él también lo extrañaba.
...
Ese día le tocaba hacer las compras semanales, era lunes después de todo, así que luego de un, bastante cansador, entrenamiento fue a su casa, y decidio que llevaría a su hija así ella también podía dar un paseo, a veces se sentía mal por tenerla todo el día encerrada, las únicas veces que la sacaba era cuando iba a comprar o cuando iba a la casa de su amiga, aún que a decir verdad eso no parecía importarle mucho a la gata. Ninguno de los dos se consideraban a si mismos seres muy sociables.
Siempre iba al mismo lugar a comprar, permitían animales y la gente que atendía le resultaba agradable. Ahí nadie le había hecho un comentario burlándose o mirado raro por su marcado acento al hablar, como si había sucedido en otros lugares.
Con su amiga se conocieron en ese mismo lugar, ella era cajera allí y siempre le atendía cuando iba, tenía el pelo teñido de rosa y también había notado que no era de ahí, pero a diferencia de él, su idioma natal era el aleman. Le había caído bien, primero consideraba hablarle, capaz no le venía mal el tener una amiga allí, además el pin con la bandera lésbica que tenía en su mochila le hizo saber que no iban a haber confusiones. Así que un día que no había mucha gente empezaron a hablar, la chica primero pareció media desconcertada pero de igual forma luego de unas palabras pudieron tener una conversación, corta pero amena y quedaron para verse otro día fuera del lugar.
Luego de buscar sus cosas y de pagar, le llegó un correo de la AFA, eso le sorprendió así que rápidamente se dirigió a su casa para ver sobre que era.
Al llegar dejo todo arriba de la mesa y abrió el correo con su gata en el regazo, a medida que leía sus ojos se iban abriendo con más sorpresa. En definitiva no se esperaba que lo convocarán para jugar en un mundial, aún que sea de suplente nunca se espero que siendo tan joven pudiera llegar tan lejos. Estaba atónito, se sentía orgulloso de si mismo pero en igual medida los nervios lo invadían.
Justo cuando estaba a punto de salir del correo para decirle está noticia a su familia algo llamo su atención, en la lista de los demás convocados resaltaba un nombre.
Enzo Jeremías Fernández.
Sintió como su corazón se detenía por un segundo y sus manos empezaban a temblar. Lo iba a volver a ver.
Se van a reencontrar y van a tener que convivir por más de un mes.
Sabía que no estaba preparado para volver a verlo tan pronto pero ya no le quedaba más opción, de igual forma una pequeña parte de él le emocionaba la idea de volver a hablarle pero el como terminaron las cosas le desanimaba.
No sabía que esperar del reencuentro pero se tenía que preparar ya que en tan solo unos días debía viajar a Argentina para tener una charla con los directores técnicos y los demás jugadores convocados.
...
Actualizo recién ahora porque acabo de llegar a mi casa, espero que pasen una bonita navidad <3
Y perdón por hacerlos sufrir pero había que agregarle un poco de drama a la historia.
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Antes de Perderte | Enzo x Julián
FanfictionA medida que pasa el tiempo se van a dar cuenta que tener una relación siendo figuras públicas no es tan fácil como pensaban Historia inspirada en Antes de Perderte de Duki